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Calambres musculares

Calambres muscularesCalambres musculares

¿Por qué se producen los calambres musculares y cómo podemos evitarlos?

Es probable que alguna vez hayas sentido un dolor repentino y fuerte en un músculo, como si este se contrajera sin razón aparente. Ese dolor tan intenso, aunque pasajero, se conoce como calambre muscular, y es algo bastante común.

Aunque solemos restarle importancia -con un simple "es solo un calambre"-, lo cierto es que pueden interferir con nuestras actividades diarias o incluso despertar a alguien en mitad de la noche. Por eso, en este artículo vamos a explicar qué son, por qué ocurren y cómo podemos prevenirlos o tratarlos

¿Qué es un calambre muscular?

Un calambre muscular es una contracción involuntaria y dolorosa de un músculo, que impide relajarlo de forma inmediata. Puede durar desde unos segundos hasta varios minutos y, aunque no suele tener consecuencias graves, sí deja una sensación molesta o de fatiga en el músculo afectado.

Los calambres suelen aparecer en las piernas, especialmente en las pantorrillas y los muslos, aunque también pueden sentirse en pies, manos o brazos. Son más frecuentes después del ejercicio físico o por la noche, cuando estamos en reposo.

Tipos de calambres más frecuentes

Aunque todos los calambres tienen en común la contracción repentina de un músculo, pueden clasificarse según su causa o el momento en que aparecen:

  • Calambres nocturnos: ocurren mientras dormimos, sobre todo en las piernas. Están relacionados con la deshidratación, el déficit de minerales o problemas de circulación.
  • Calambres tras esfuerzo físico: se presentan después de hacer ejercicio o por fatiga muscular. Son comunes en personas activas o deportistas.
  • Calambres viscerales: afectan a los músculos involuntarios, como los del intestino o el útero, y pueden aparecer durante el ciclo menstrual o por problemas digestivos.

¿Qué puede provocar los calambres?

Las causas de los calambres no siempre están claras, pero algunos factores comunes que pueden desencadenarlos son:

  • Esfuerzo físico excesivo: hacer deporte sin calentar, entrenar en exceso o estar muchas horas de pie puede sobrecargar los músculos.
  • Posturas mantenidas: estar sentado o de pie en una misma posición durante mucho tiempo también puede desencadenar calambres.
  • Falta de minerales: niveles bajos de potasio, magnesio o calcio, muchas veces por una alimentación inadecuada o por el uso de diuréticos.
  • Problemas circulatorios: una mala circulación puede reducir el flujo de oxígeno a los músculos, favoreciendo las contracciones.
  • Algunas enfermedades: como la estenosis lumbar, que afecta los nervios en la zona baja de la espalda, y puede causar calambres en las piernas.

¿Quiénes tienen más riesgo?

Algunas personas son más propensas a sufrir calambres musculares, especialmente, las personas mayores de 60 años, ya que la pérdida de masa muscular con la edad hace que los músculos se fatiguen antes; los deportistas, pues al sudar, pierden líquidos y sales minerales, lo que puede facilitar los calambres, y las embarazadas, por los cambios hormonales, el aumento de peso y la presión sobre los nervios, especialmente durante el tercer trimestre.

Consejos para prevenir los calambres musculares

  • La mejor manera de tratar los calambres es prevenirlos. Aquí tienes algunas recomendaciones sencillas que puedes aplicar en tu día a día:
  • Mantente bien hidratado: bebe agua de forma regular, no solo cuando tengas sed. Una orina muy oscura puede ser señal de deshidratación.
  • Estira antes y después de hacer ejercicio: la elongación ayuda a mantener los músculos flexibles y en buen estado.
  • Descansa adecuadamente: no sobrecargues tus músculos. Si haces ejercicio intenso, alterna los días o reduce la duración.
  • Cuida tu calzado: un zapato inadecuado puede generar tensión muscular sin que te des cuenta.
  • Come equilibradamente: incorpora alimentos ricos en potasio, magnesio y calcio como plátanos, frutos secos, espinacas, legumbres y lácteos.

¿Qué hacer si ya tienes un calambre?

Cuando el calambre aparece, lo más efectivo es estirar suavemente el músculo afectado y masajear la zona con las manos o aplicar calor local. Si el dolor persiste, descansar unos minutos y evitar cargar peso sobre la zona.

En casos más persistentes o si los calambres se repiten con frecuencia, es recomendable acudir al médico. A veces, puede ser necesario hacer un análisis para detectar desequilibrios minerales o revisar tratamientos en curso.

¿Cuándo consultar con un especialista?

Si los calambres se vuelven muy frecuentes, aparecen sin razón aparente o interrumpen tu sueño o tus actividades diarias, no lo dejes pasar. Puede ser una señal de que algo más está afectando tus músculos.

En Quironsalud, nuestros especialistas en medicina deportiva y traumatología pueden ayudarte a identificar la causa y recomendarte el tratamiento más adecuado, ya sea a través de fisioterapia, ajustes en la dieta o estudios más específicos.

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