Quirónsalud
Blog de la Unidad de Cefaleas del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz
La migraña es una enfermedad neurológica incapacitante que afecta a millones de personas. En los últimos años, una nueva clase de medicamentos ha revolucionado su tratamiento preventivo: los anticuerpos monoclonales que bloquean la vía del péptido relacionado con el gen de la calcitonina (CGRP). En 2022, la Federación Europea de Cefaleas (EHF, por sus siglas en inglés) actualizó sus recomendaciones sobre el uso de estos fármacos, y aquí te resumimos lo más importante.
¿Qué son los anticuerpos monoclonales anti-CGRP?
Son medicamentos diseñados específicamente para prevenir la migraña. Actúan bloqueando el CGRP o su receptor, una molécula clave en los ataques de migraña. Hay cuatro fármacos aprobados: erenumab, fremanezumab, galcanezumab y eptinezumab.
¿Funcionan realmente?
La guía se basa en estudios clínicos rigurosos y datos del mundo real. Todos los anticuerpos analizados demostraron reducir significativamente los días con migraña, tanto en personas con migraña episódica como crónica. Además, aumentaron la proporción de pacientes que lograron al menos una reducción del 50% en sus crisis mensuales y disminuyeron la necesidad de medicación para los ataques.
La evidencia es tan sólida que la EHF recomienda su uso con un nivel de confianza alto y con una recomendación fuerte, tanto en migraña crónica como episódica.
¿Son mejores que los tratamientos tradicionales?
En un estudio comparativo entre erenumab y topiramato (un medicamento oral clásico), el primero fue más eficaz y tuvo muchos menos efectos secundarios. Mientras que un tercio de los pacientes abandonaron topiramato por efectos adversos, solo un 10% lo hizo con erenumab.
¿Cuándo empezar con ellos?
Aunque antes se recomendaban como tercera línea, hoy la EHF sugiere que pueden ser una opción de primera línea, especialmente si el paciente no tolera bien otros tratamientos o busca una opción más cómoda y eficaz. Su perfil de seguridad es excelente y tienen un inicio de acción rápido: muchas personas mejoran en las primeras semanas.
(*En España para que sean financiados por la seguridad social, todavía exigen 3 preventivos previos, si es migraña crónica, uno de ellos debe de ser Toxina tipoA)
¿Y si ya estoy tomando otros medicamentos?
No hay evidencia clara sobre si deben combinarse con otros preventivos o si es mejor suspender estos al iniciar un anticuerpo monoclonal. La decisión debe individualizarse, valorando el historial médico y las preferencias del paciente.
¿Cuándo saber si están funcionando?
La evaluación de la eficacia debe hacerse tras tres meses de tratamiento continuo. Algunas personas responden antes, otras pueden necesitar un poco más de tiempo (6-12 meses).
¿Hay que hacer pausas?
La guía sugiere considerar una pausa tras 12 a 18 meses de tratamiento, pero si el paciente sigue con beneficios y buena tolerancia, puede continuar. Si la migraña empeora al suspender, se recomienda reiniciar. (En la práctica clínica, se valora la retirada de manera individualmente dado el gran número de recidivas al no ser un tratamiento curativo)
¿Sirven si tengo sobreuso de medicación?
Sí. Aunque algunas guías sugieren desintoxicación previa, los estudios muestran que los anticuerpos anti-CGRP también son eficaces en personas con sobreuso de fármacos para el dolor, incluso sin retiro previo.
¿Y si no me funciona uno?
Cambiar de anticuerpo puede ser una opción válida, especialmente si el primero no fue eficaz o produjo efectos secundarios. Algunos bloquean el CGRP y otros su receptor, lo que puede influir en la respuesta del paciente.
En resumen: los anticuerpos monoclonales anti-CGRP son una alternativa eficaz, segura y bien tolerada para prevenir la migraña. Su uso está cada vez más respaldado por la ciencia y las guías clínicas, ofreciendo esperanza a quienes no han encontrado alivio con otros tratamientos. Consulta siempre a tu especialista para valorar si esta opción es adecuada para ti.
Este año 2025 se cumplen 10 años de la creación de la Unidad de Cefaleas.
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En 2015, un año después de empezar a trabajar en la Fundación Jiménez Díaz, el Dr. J. M. Serratosa, jefe de Servicio de Neurología en aquel momento, me propuso montar una consulta monográfica. En ese momento, era la Unidad de Trastornos del Movimiento dirigida -aún hoy en día- por el Dr. Pedro García Ruiz, quienes pinchaban toxina tipo A a las migrañas crónicas, dada su experiencia en el manejo de este fármaco para otras indicaciones. Tras conseguir un hueco en Hospital de Día y abrir una nueva agenda de cefaleas para pacientes nuevos, empezó a rodar el embrión de la unidad. Un año después ya ocupaba toda mi actividad (5 días) y en 2017, la Dra. Marta Oses empezó a ayudarme con la consulta con su propia agenda de revisiones y toxina.
En 2018 se incorpora el Dr. Alex James Sánchez, que sustituye a la Dra. Oses y comienza con tres agendas de cefaleas semanales. En el 2020, justo antes del inicio de la pandemia del SARS- COV2, con el apoyo incondicional de la Dirección de centro, incorporamos Enfermería a tiempo completo, con Olga Pajares. Desde 2021, una cuarta persona se incorpora al equipo, la Dra. Andrea Gómez García. Finalmente, a principios de 2024, un cuarto neurólogo añade una agenda más y en noviembre, el Dr. Jesús Porta Etessam se incorpora al hospital como jefe del Servicio de Neurología, añadiendo de golpe un impulso más al desarrollo de la unidad con uno de los mayores expertos en cefaleas y presidente de la Sociedad Española de Neurología.
La Unidad de Cefaleas de la Fundación Jiménez Diaz es, hoy en día, referencia nacional. A nivel asistencial no solo abarca una de las mayores áreas de la comunidad, sino que es líder en asistencia de pacientes de otras áreas que piden el seguimiento en nuestro centro (casi el 60 por ciento del total). Esto se debe a que el centro ha sabido invertir en personal cualificado para dar cobertura a la primera causa de consulta neurológica y segunda de discapacidad de todas las enfermedades. Nuestra cartera de servicios incluye desde infiltraciones con toxina tipo A (líderes nacionales) a bloqueos anestésicos, anticuerpos monoclonales y gepantes, y contamos con un Hospital de Día para la administración de medicación parenteral. Somos, además, de los primeros centros con enfermera especializada en cefaleas a tiempo completo.
Pero no todo es asistencia: nuestra Unidad de Cefaleas participa en la formación de residentes de Neurología (tres por año) y de familia, y acoge a rotantes residentes de otros centros a nivel nacional. Participamos en las clases universitarias de las universidades Autónoma de Madrid y Alfonso X. Y desde 2024 somos centro de excelencia en nuestro ámbito, y ya han pasado cuatro neurólogos por el centro.
En investigación, llevamos varios años participando en congresos nacionales e internacionales como ponentes o moderadores. Publicamos artículos en revistas nacionales e internacionales de impacto y participamos en cinco ensayos clínicos internacionales.
No es casualidad que nuestra Unidad de Cefaleas haya sido finalista cuatro años en los premios Best in Class (BiC) de Unidad de Cefaleas. Cada vez estamos más cerca de alzarnos con el reconocimiento gracias al apoyo de la Dirección del hospital, de nuestros jefes de servicio (los doctores Serratosa, Javier Pardo y Porta, sucesivamente) y de nuestro esfuerzo.
Dr. Jaime S. Rodríguez Vico
Coordinador y fundador de la Unidad de Cefaleas
Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz
La migraña afecta predominantemente a mujeres. Es posible que hayamos leído, oído, nos hayan comentado, etc, que la migraña desaparece con la menopausia. Pero, ¿cuánto hay de cierto en esto?
Imagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contextoDe sobra es conocida la influencia de las hormonas femeninas en la migraña; de ahí la variabilidad que experimentan muchas mujeres a lo largo del ciclo menstrual, en embarazo, lactancia...
La menopausia es una etapa de transición, donde los estrógenos y los progestágenos que han estado presentes durante toda la vida fértil de la mujer van declinando hasta alcanzar un "estado quiescente" con niveles muy bajos pero estables durante el resto de la vida. Las fluctuaciones que se producen hasta llegar a este estado producen, en un alto porcentaje de mujeres, un empeoramiento de la migraña durante los años que dura la transición para, posteriormente, hasta en dos de cada tres pacientes (y no en el 100%...), mejorar significativamente, incluso llegando a desaparecer.
Pero entendamos mejor la menopausia. Esa transición que hemos mencionado probablemente sea más larga de lo que imaginamos, pues puede llegar a comenzar hasta 10 años antes de que los períodos empiecen a ser irregulares. Sin embargo, el cambio importante se produce a una edad media de 51-52 años, con una gran horquilla (40-60 años). La transición hormonal más marcada puede llegar a durar hasta unos 4 años, nuevamente con mucha variabilidad.
Por estructurarla, hablamos de perimenopausia temprana cuando se ha tenido menstruación los últimos tres meses, aunque empieza a ser menos predecible, perimenopausia tardía cuando ha habido dos o más faltas de menstruación con períodos sin sangrado superiores a 60 días, y postmenopausia precoz cuando han pasado 12 meses desde el último período. Es en estas dos últimas fases cuando el patrón hormonal es irregular y se tiende a descontrolar la migraña. En esta etapa lo habitual es que empeore la frecuencia de episodios, que sean más intensos y que dejen de responder a medicación de rescate. Incluso hay mujeres que experimentan su primera migraña en esta fase (hasta un 13% de los casos, nada desdeñable). A todo esto se suman otros síntomas típicos de la menopausia que complican aún más la evolución de la migraña, como son los sofocos (que desgraciadamente parecen ser más frecuentes en migrañosas), los cambios en el sueño (normalmente es una etapa en la que comienza a haber dificultades para dormir), los cambios en el estado de ánimo, el aumento de peso...
¿Cómo tratar la migraña en este período?
A priori, tanto los tratamientos de las crisis como los tratamientos preventivos empleados no difieren respecto a otras fases, ya que no hay estudios dirigidos para esta etapa, si bien se puede favorecer el uso de ciertos antidepresivos, como son el escitalopram o la venlafaxina, ya que pueden ayudar también con los síntomas vasomotores (p.e. sofocos).
En cuanto a la terapia hormonal sustitutiva (THS), se trata de tratamientos con estrógenos y/o progestágenos para contrarrestar de alguna manera la caída que se produce en sus niveles. Se emplea en determinados casos para tratar los síntomas propios de la menopausia y la osteoporosis, ya que no está exenta de riesgos. Su eficacia en la migraña es muy variable según los estudios, con resultados inconsistentes, algunos incluso relacionándola con un empeoramiento de la misma (sobre todo con dosis altas), aunque en general parece que puede ser beneficiosa. Si hemos de utilizarla, siempre a mínima dosis eficaz y favoreciendo aquellas formulaciones que producen una liberación más continuada como pueden ser los parches subcutáneos.
Como comentario final hasta cierto punto optimista y como hemos comentado en otro párrafo, grosso modo hasta dos tercios de las pacientes mejoran de sus migrañas tras la menopausia, aunque sin poder determinar exactamente en qué punto en toda esta vorágine hormonal.
Dra. Andrea Gómez García
Servicio de Neurología
Unidad de Cefaleas
Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz
La hipotensión intracraneal espontánea (HIE) es una afección poco conocida pero muy incapacitante. Se produce cuando hay una fuga de líquido cefalorraquídeo (LCR) a nivel de la columna vertebral, lo que genera una reducción del volumen de este líquido en el sistema nervioso central. Aunque no se trata de una enfermedad mortal, puede causar un gran impacto en la calidad de vida de quienes la padecen.
Síntomas característicos: el dolor de cabeza postural
El síntoma más característico de la HIE es el dolor de cabeza ortostático, es decir, un dolor que empeora al estar de pie y mejora al acostarse. Este dolor puede aparecer de manera brusca o progresiva y, con el tiempo, la característica ortostática puede perderse, dificultando el diagnóstico. Además del dolor de cabeza, los pacientes pueden presentar otros síntomas como mareo, náuseas, alteraciones del equilibrio, zumbidos en los oídos, alteraciones visuales y, en casos graves, disminución del nivel de conciencia.
Causas y factores de riesgo
Las fugas de LCR pueden producirse de manera espontánea sin una causa evidente. Sin embargo, en algunos casos, pueden estar relacionadas con alteraciones en el tejido conectivo, como el síndrome de Marfan o el síndrome de Ehlers-Danlos, que pueden hacer que las membranas durales sean más frágiles y propensas a la fuga de LCR.
Diagnóstico: un desafío para los especialistas
El diagnóstico de la HIE puede ser complicado, ya que la presión del LCR en una punción lumbar puede ser normal en muchos casos. Por ello, la neuroimagen juega un papel fundamental. La resonancia magnética cerebral con contraste puede mostrar signos característicos como realce difuso de las meninges, colapso de las cisternas basales y descensos de las estructuras cerebrales. Para localizar la fuga, se pueden utilizar estudios como la mielografía por tomografía computarizada (TC) o la mielografía con sustracción digital.
Opciones de tratamiento
El tratamiento de la HIE depende de la gravedad del caso. En algunos pacientes, el reposo y la hidratación pueden ayudar a aliviar los síntomas. Sin embargo, en muchos casos es necesario realizar un parche hemático epidural, una técnica en la que se inyecta sangre del propio paciente en el espacio epidural para sellar la fuga. En casos más complejos, cuando se puede localizar el sitio de la fuga, puede ser necesaria una cirugía dirigida para cerrarla.
Importancia del reconocimiento temprano.
Muchas personas con HIE pueden ser diagnosticadas erróneamente con migraña, meningitis o incluso trastornos psicológicos. Es fundamental que los médicos y pacientes sospechen de esta afección cuando hay cefaleas posturales persistentes y otros síntomas neurológicos. Un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado pueden marcar la diferencia en la calidad de vida de los pacientes.
Si tienes un dolor de cabeza que mejora al acostarte y persiste sin explicación clara, consulta con un especialista en cefaleas o neurología para evaluar la posibilidad de una hipotensión intracraneal espontánea. El conocimiento y la difusión de esta afección pueden ayudar a mejorar el acceso a un tratamiento adecuado y reducir el sufrimiento de muchas personas.
Desde hace varios meses contamos en España con un nuevo dispositivo inalámbrico de neuromodulación no invasiva para el tratamiento agudo y/o preventivo de la migraña. Se trata del "Nerivio" y lo podemos usar solo o asociado a otros fármacos sintomáticos o preventivos de la migraña. Esto nos permite ampliar con seguridad (ya que no interacciona con ningún fármaco) el arsenal terapéutico de la siempre escurridiza y versátil migraña. Ha sido autorizado por la FDA y tiene certificado europeo.
Su mecanismo de acción no tiene nada que ver que con los fármacos que usamos de forma habitual, ya que emplea una estimulación eléctrica no dolorosa a través de las fibras nociceptivas de la parte superior de brazo (A delta y C), que modula los centros del dolor a nivel troncoencefálico. En concreto, parece que libera serotonina hacia el núcleo trigémino cervical, modulador del dolor craneofacial.
Podemos usarlo en mayores de 12 años tanto para el tratamiento agudo (cortar las crisis de dolor), como el tratamiento preventivo de la migraña con y sin aura. Episódica (15 días al mes de cefalea)
Se ha publicado recientemente su uso en tratamiento agudo en niños de 6-11 años.
Klaus Werner1*, Trevor Gerson2, Alit Stark‐Inbar3, Sharon Shmuely3, Alon Ironi3, Christina L. Szperka4 & Andrew D. Hershey5. Acute treatment of migraine in children aged 6−11: Real‐world analysis of remote electrical neuromodulation (REN) Annals of the Child Neurology Society 2024; 00(00): 1–11
Para poder usarlo, nos lo tiene que prescribir un médico, a ser posible un neurólogo que nos certifique que tenemos migrañas (primer paso para un tratamiento óptimo), y su adquisición requiere la prescripción médica escrita.
Hay que instalar una aplicación en el móvil que nos permite controlar en remoto la banda que nos colocaremos en el brazo. Creamos una cuenta en la aplicación del móvil y lo conectamos con el dispositivo. Este se coloca en la parte superior del brazo y se ajusta con un brazalete que tiene una extensión si es preciso. Una vez instalado, cuando queramos usarlo, controlaremos la intensidad desde el móvil, que empezará en un 20% (mínimo eficaz). Se recomienda incrementar despacio. La intensidad debe ser fuerte, pero cómoda y no dolorosa (25-45%). Cuando empiece a molestar, se debe bajar 1-2%.
Está contraindicado en pacientes con epilepsia no controlada o en personas con algún dispositivo médico implantado tipo marcapasos o implante auditivo.
Se tolera, en general, muy bien. Podemos notar cosquilleos al principio en el brazo, pero no son molestos, cuando subimos por encima del 30%, pueden aparecer mioclonías suaves en el brazo (espasmos), que nunca deben de ser dolorosas.
Se ha descrito calor y enrojecimiento de la piel. Todo suele desparecer al poco de retirar el aparato.
Para el tratamiento de las crisis de migraña (sintomático), tenemos que llevar la banda activa unos 45 minutos y tenemos que usarla antes de que pase una hora desde el inicio del dolor de cabeza para que sea eficaz. Notaremos que baja la intensidad del dolor y al cabo de un tiempo, puede cortar la crisis cuando es eficaz (67% alivio del dolor y 37% sin dolor, a las 2 horas*)
*Headache 2019;59:1240-1252
En el tratamiento preventivo, se debe usar 45 minutos en días alternos (-4 días de migraña al mes de media*) Si nos da una crisis en el día que no toca, podemos usarlo sin problemas.
*Headache. 2023;63:377–389.
Cada banda que viene en una caja y tiene unos 18 usos.
Blog para informar a los pacientes de novedades y actualización en Cefaleas y dolor craneao-facial. Coordinados desde la Unidad de Cefaleas de la FJD
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