Cáncer de tiroides
¿Cuál es el pronóstico del cáncer de tiroides? Toda la información sobre los tipos, los síntomas y los tratamientos de esta enfermedad.
Síntomas y causas
El cáncer de tiroides es una proliferación de células malignas que comienza en la glándula tiroidea. Esta glándula, situada en la base del cuello bajo la nuez, se encarga de producir hormonas esenciales para regular funciones vitales del organismo, como el crecimiento, la frecuencia cardiaca, la presión arterial, el peso o la temperatura corporal.
En función de a qué células afecte, se distinguen los siguientes tipos de cáncer tiroideos:
- Cáncer de tiroides diferenciado: el cáncer surge en las células foliculares, que producen y almacenan las hormonas tiroideas. Las células cancerosas de este tipo tienen estructuras y funciones maduras, su aspecto al microscopio es similar a las células sanas y tienden a crecer y diseminarse más lentamente.
- Cáncer papilar de tiroides: es el tipo más frecuente. Generalmente se origina en un solo lóbulo de la glándula y a menudo se expande a los ganglios linfáticos adyacentes. Aun así, suele tener un pronóstico favorable.
- Cáncer folicular de tiroides: no suele propagarse a los ganglios linfáticos, pero sí metastatizar por el torrente sanguíneo afectando a otras partes del cuerpo, como los pulmones o los huesos. También tiene una tasa de curación alta.
- Cáncer de células Hürthle: es un cáncer tiroideo poco frecuente y es agresivo, por lo que es más difícil de detectar y tratar.
- Cáncer medular de tiroides: se origina en las células C de la glándula tiroides, encargadas de producir calcitonina, la hormona que regula la cantidad de calcio en la sangre. Se puede propagar a los ganglios linfáticos, los pulmones o el hígado. Hay una variante del cáncer medular tiroideo que es hereditaria.
- Cáncer anaplásico de tiroides (indiferenciado): es muy poco frecuente, muy agresivo y difícil de tratar. A veces se origina en un cáncer papilar o folicular ya presente.
- Linfoma de tiroides: es una neoplasia rara que se origina en las células del sistema inmunitario del tiroides y crece muy rápido.
- Sarcoma de tiroides: tumor primario extremadamente raro con tendencia a producir metástasis a distancia. Tiene muy mal pronóstico.
- Cáncer paratiroideo: se origina en las glándulas paratiroideas, cuatro glándulas adheridas a la tiroides en la parte posterior que ayudan a regular los niveles de calcio. Es muy poco frecuente.
Síntomas
La mayor parte de los cánceres tiroideos no manifiestan síntomas en sus primeras etapas. A medida que el cáncer crece, puede aparecer:
- Bulto (nódulo) de consistencia dura en la parte anterior del cuello. En ocasiones crece rápidamente.
- Hinchazón en los ganglios linfáticos.
- Dolor en el cuello y la garganta que puede extenderse al oído.
- Ronquera u otros cambios en la voz persistentes.
- Dificultad para tragar y respirar.
- Tos constante.
Causas
Las células tiroideas comienzan a reproducirse sin control cuando se desarrolla un cambio o mutación en su ADN que activa el proceso reproductivo de las células o que desactiva los mecanismos de destrucción celular. En el caso del cáncer medular hereditario, se debe a la mutación producida en el gen RET o en el gen BRAF. No se conoce la causa última que provoca estas mutaciones en el ADN celular, pero se considera que pueden verse favorecidas por la conjunciones de determinados factores ambientales y genéticos.
Factores de riesgo
Estas son las condiciones que aumentan la probabilidad de desarrollar un cáncer de tiroides:
- Edad: en el caso de las mujeres, suele presentarse entre los 30 y los 50 años. En el caso de los hombres, entre los 60 y los 80.
- Sexo: como casi todos los trastornos tiroideos, es más frecuente en mujeres.
- Antecedentes personales de bocio.
- Antecedentes familiares de enfermedad tiroidea o cáncer tiroideo.
- Exposición previa a radiación.
- Deficiencia de yodo.
- Obesidad.
- Trastornos hereditarios, como neoplasia endocrina múltiple, síndrome de Cowden, síndrome de Carney o poliposis adenomatosa familiar.
Complicaciones
A pesar de que el pronóstico del cáncer de tiroides suele ser muy bueno, en ocasiones puede presentar complicaciones. Por un lado:
- Recurrencia: es probable que el cáncer vuelva a aparecer una vez tratado si es un tipo agresivo o se ha extendido. Suele reaparecer en los ganglios linfáticos, en restos de tejido tiroideo no extraído en la cirugía, en los pulmones o en los huesos.
- Metástasis: aunque es poco probable, en ocasiones el cáncer de tiroides se extiende hasta los ganglios linfáticos, los pulmones, los huesos, el cerebro, el hígado o la piel, disminuyendo las probabilidades de curación.
Prevención
La única forma efectiva de prevenir el cáncer de tiroides es realizar pruebas genéticas para confirmar la presencia de mutaciones en los genes relacionados con el cáncer de tiroides medular. De ser así, se puede proceder a la extirpación quirúrgica de la glándula tiroides.
¿Qué médico trata el cáncer de tiroides?
El cáncer de tiroides es evaluado y tratado por especialistas en endocrinología y oncología médica y radioterápica.
Diagnóstico
Ante la presencia de síntomas de cáncer tiroideo, se realizan diferentes pruebas para confirmarlo:
- Exploración física: se palpa el cuello en busca de nódulos.
- Análisis de la función tiroidea: en una muestra de sangre se miden los niveles de la hormona estimulante de la tiroides (TSH) y de las hormonas tiroideas (T3, T4 y calcitocina). La alteración en estos niveles suele ser signo de enfermedad tiroidea.
- Ecografía tiroidea: imágenes tomadas mediante ultrasonidos que ayudan a determinar el número y el tamaño de los nódulos tiroideos y a comprobar si un nódulo es sólido o está lleno de líquido (los tumores sólidos tienen más probabilidad de resultar cancerosos).
- Gammagrafía tiroidea con yodo radioactivo: la glándula tiroidea absorbe el yodo inyectado y, mediante una cámara de rayos gamma, se aprecia la cantidad de radiactividad que atraen los nódulos. Los nódulos que atraigan una menor cantidad pueden ser cancerosos.
- Radiografía de tóraxRadiografía de tóraxRadiografía : las imágenes por rayos X del tórax pueden mostrar si hay metástasis en los pulmones.
- Otras pruebas de diagnóstico por imagen, como la resonancia magnética o la tomografía computarizada, ofrecen imágenes detalladas de los órganos y tejidos del cuerpo y pueden ser útiles para mostrar la diseminación del cáncer a otras partes.
- Biopsia: se analiza una muestra del nódulo tiroideo, extraída generalmente mediante punción y aspiración con aguja guiada con ecografía (PAAF). Esta prueba suele confirmar y diagnosticar los subtipos de cáncer de tiroides.
Tratamiento
Las opciones de tratamiento dependen del tipo de cáncer, de su estadio y del estado físico del paciente:
- Cirugía: la opción principal siempre que sea posible. Se extirpa una parte de la tiroides (hemitiroidectomía o lobectomía tiroidea) o la totalidad de la glándula (tiroidectomía) para eliminar el cáncer. Es probable que se extirpen también los ganglios linfáticos cercanos para analizarlos e identificar signos de tumor.
- Terapia con yodo radioactivo, que se administra por vía oral. La radiación destruye las células cancerosas cuando absorben esta sustancia. Está indicado especialmente para los cánceres de tiroides diferenciados y es habitual aplicarlo tras la cirugía para eliminar los remanentes de cáncer.
- Terapia con hormona tiroidea: se utiliza para reemplazar la hormona natural cuando se ha extirpado el tiroides o para bloquear la función de la hormona estimulante del tiroides e impedir la multiplicación de células cancerosas.
- Radioterapia: se aplican haces de energía de alta frecuencia dirigidos a las zonas afectadas para destruir las células cancerosas. También se usa en combinación con la cirugía.
- Quimioterapia: los medicamentos administrados se trasladan por el torrente sanguíneo y acaban con las células malignas. Suele usarse para tratar el cáncer más agresivo, como los de tipo medular y anaplásico. En el resto, solo se utiliza si hay presencia de metástasis y los demás tratamientos no funcionan.
- Terapia dirigida: los fármacos administrados identifican marcadores específicos en las células cancerosas y las atacan.
- Cuidados paliativos: terapias centradas en aliviar los síntomas y los efectos adversos de los tratamientos más agresivos.
Documentación relacionada:
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