Celos
¿Se pueden controlar los celos? Toda la información sobre las causas y los síntomas de esta condición.
Síntomas y causas
Los celos son un conjunto de emociones complejas, formado por miedo, tristeza, rabia y autocrítica, que una persona siente cuando cree que no es correspondida emocionalmente como debería. Es una emoción muy habitual en niños, en los que se desarrolla un sentimiento de resentimiento y envidia cuando, por aparición de terceras personas, ve amenazado el afecto y la atención que le presta su figura de apego, generalmente los padres o cuidadores.
Los celos infantiles se pueden manifestar desde muy temprana edad, y van evolucionando a medida que el niño crece:
- Infancia temprana, de los seis meses a los dos años: los bebés muestran preferencias claras por sus figuras de apego y manifiestan angustia cuando no reciben su atención.
- De los dos a los seis años: el niño desarrolla sus habilidades sociales y emocionales, así como la comprensión de las relaciones. Los celos que se experimentan son más complejos, y se compite con terceros por la atención de las figuras de apego.
- Edad escolar, a partir de los seis años: los celos no surgen solo en el entorno familiar, sino también en el colegio o entre amigos. El niño puede sentir celos si siente que otro compañero recibe más reconocimiento o éxito en áreas que valora, como los estudios, la popularidad o el deporte.
Los celos se basan en dos sensaciones principales, el destronamiento y la culpabilidad. Ambos afectan a la autoestima del niño, que cree que ya no es merecedor de atención. Esto hace que el niño experimente un proceso de duelo, con tres periodos diferenciados:
- Protesta: caracterizada por el enfado.
- Desesperación: predomina la tristeza.
- Resignación: aparece la desgana y la apatía.
Síntomas
Los indicadores de celos en niños son muy variados, ya que dependen de su edad, de su carácter y del ambiente en el que se encuentra. En general, los síntomas más habituales son:
- Tristeza y llanto frecuente.
- Cambios de humor no justificados, rabietas.
- Manifestación verbal de no sentirse querido.
- Malestares físicos sin causa aparente.
- Retraimiento social.
- Comportamiento regresivo: adopción de conductas ya desadaptadas para llamar la atención, como enuresis, negativa a comer solo, deseo de dormir con los padres, uso de un lenguaje más infantil o succión digital.
- Alteraciones en los patrones de comida y de sueño.
- Terquedad, desobediencia y actitud desafiante.
- Culpabilizar a otros de sus problemas y actitudes, especialmente a quien considera como rival.
- Comportamientos agresivos y violentos hacia la persona percibida como amenaza.
Causas
Los celos surgen en situaciones que provocan un desequilibrio en la dinámica familiar ya establecida. El niño experimenta una sensación de pérdida que gestiona emocionalmente a través de los celos. Las causas más habituales de los celos infantiles son:
- Nacimiento de un hermano. También se pueden sentir celos por un hermano mayor.
- Preferencia o dependencia del niño por uno de los progenitores y sentimiento de celos hacia el otro.
- Favoritismos y preferencias de los padres por otros hermanos.
- Familias reconstituidas: el niño puede sentir celos de la nueva pareja de su padre o su madre, así como de sus hijos.
- Rivalidad entre compañeros por la atención de profesores o entrenadores.
Factores de riesgo
La probabilidad de que el niño desarrolle celos aumenta en estos supuestos:
- Carácter sensible, rígido e inseguro del niño, con poca tolerancia a los cambios y con dificultades para expresar sus emociones.
- Comparaciones innecesarias del niño con otras personas, frecuentemente con sus hermanos, por parte de la familia.
- Carencias afectivas en la primera infancia.
- Sobreprotección excesiva por parte de los padres o cuidadores.
- Demasiado intervencionismo de los padres en los conflictos entre hermanos.
- Ambiente familiar muy estricto.
Complicaciones
Generalmente, los celos aparecen como mecanismo adaptativo y suelen reducirse o desaparecer a medida que el niño crece. Sin embargo, en ocasiones estos celos son persistentes en el tiempo, frecuentes y muy intensos, lo que provoca un malestar significativo en el entorno familiar. En este caso podría tratarse de celotipia, o celos patológicos, un trastorno psicológico que necesita intervención profesional. De lo contrario, se puede perpetuar hasta la edad adulta, afectando al desarrollo de la personalidad y creando desajustes en las relaciones interpersonales.
Prevención
El riesgo de la aparición de celos se minimiza potenciando un clima familiar abierto y comunicativo, de afecto y apoyo compartidos, donde se muestre igualdad de trato, sin establecer comparaciones y destacando y validando las características positivas de cada uno de los miembros.
¿Qué médico trata los celos?
Los celos infantiles se diagnostican y tratan por especialistas en psicología y psiquiatría infantil.
Diagnóstico
En caso de que los celos del niño no remitan con el tiempo o se agraven, se puede acudir a un profesional que realice una evaluación psicológica. Esta puede incluir una entrevista en profundidad con el niño y sus cuidadores y una serie de cuestionarios o test para analizar las conductas del niño y sus relaciones con los demás.
Tratamiento
Los celos infantiles se pueden abordar de diferentes maneras:
- Pautas familiares: estrategias para gestionar los celos infantiles en casa.
- Escuchar al niño: validar y entender sus emociones y tratarlas con naturalidad.
- Ignorar las conductas y rabietas celotípicas e intentar reconducir la atención hacia otra cosa.
- Reforzar y celebrar las conductas positivas.
- Pasar tiempo en exclusiva con el niño, mostrando interés por sus intereses e inquietudes.
- Evitar hacer comparaciones. Enfatizar las cualidades únicas del niño.
- No generar expectativas ante la llegada de un nuevo miembro a la familia, sino tratar el cambio con naturalidad.
- Fomentar las situaciones de conexión y apego con la persona causante de sus celos, pero sin forzarle ni obligarle.
- Cuentos y otros recursos educativos: el niño puede identificar y entender su conducta y reflexionar sobre ella.
- Terapia cognitivo-conductual: sesiones individuales y familiares para reforzar la autoestima y aprender diferentes técnicas que ayuden a gestionar las emociones y a eliminar los comportamientos celotípicos.