Análisis de reserva ovárica
El análisis de reserva ovárica ofrece información sobre la fertilidad femenina.
Mediante un análisis de sangre, se miden los niveles de hormona antimulleriana, que sirven para estimar la cantidad de óvulos almacenados que tiene una mujer.

Descripción General
El análisis de reserva ovárica se realiza para determinar tanto la cantidad como la calidad de los ovocitos (células germinales presentes en los ovarios desde el nacimiento que, cuando maduran, se convierten en óvulos) de una mujer para evaluar el estado de su fertilidad. Con el paso del tiempo, especialmente a partir de los 35 años, los ovocitos disminuyen, así como su calidad, por lo que conseguir una gestación se vuelve más complicado.
Para determinar la reserva ovárica, se hace una prueba en sangre de hormona antimulleriana (AMH), que es la proteína encargada de hacer la diferenciación sexual del feto durante el embarazo. La ausencia de AMH propicia la formación del aparato reproductor femenino, que, una vez desarrollados los folículos ováricos, comienza a producirla incluso antes del nacimiento y alcanza sus niveles más altos en la adolescencia. La mayor o menor cantidad de AMH en la sangre permite valorar de forma aproximada la cantidad de óvulos que tiene una mujer, aunque no su calidad, por lo que se convierte en un marcador efectivo para valorar la fertilidad.
¿Cuándo está indicada?
Es habitual hacer un análisis de reserva ovárica en mujeres con problemas de fertilidad, como parte del estudio de las causas y para determinar el tratamiento más adecuado para cada caso. No obstante, también está indicado en aquellas mujeres de entre 25 y 38 años que desean preservar su fertilidad mediante la congelación de ovocitos.
En ocasiones, también se hace esta prueba en mujeres que quieren ser madres en el futuro, pero quieren valorar si es preciso adelantar la búsqueda de embarazo si sus niveles de AMH son medios o bajos.
¿Cómo se realiza?
La evaluación de la reserva ovárica se conoce midiendo los niveles de hormona antimulleriana en la sangre. Por lo tanto, se toma una muestra que se analiza posteriormente en el laboratorio.
Riesgos
El análisis de reserva ovárica no supone un riesgo para la salud.
Algunas mujeres sienten mareos con la extracción de sangre. También pueden producirse hematomas en la zona en la que se introduce la aguja.
Qué esperar de un análisis de reserva ovárica
El día de la toma de la muestra, conviene acudir con prendas que se puedan retirar fácilmente para dejar el brazo al descubierto. Es normal sentir un pinchazo en el momento en que se introduce la aguja, aunque no suele ser excesivamente doloroso ni durar mucho tiempo. Aquellas mujeres con aprensión a las agujas, pueden permanecer tumbadas y en un ambiente relajado durante el procedimiento.
Una vez finalizada la extracción, conviene presionar con una gasa estéril la zona del pinchazo para evitar la formación de hematomas. Después, se puede retomar la rutina inmediatamente.
El especialista explica los resultados en una consulta posterior, pasados alrededor de tres días desde la toma de muestra.
En general, cuando los niveles de hormona antimulleriana son muy altos (superiores a 6 ng/ml), las mujeres en tratamiento de fertilidad corren el riesgo de sufrir una hiperestimulación, por lo que el especialista debe controlar la cantidad de medicación que le administra. Por el contrario, si los niveles son muy bajos (inferiores a 0,3 ng/ml), la respuesta ovárica será mínima, incluso con medicación, y conseguir un embarazo es más complicado.
Especialidades en las que se solicita un análisis de reserva ovárica
El análisis de sangre para determinar los valores de hormona animulleriana de una mujer se practica en las especialidades de ginecología y obstetricia y de reproducción asistida.
Cómo prepararse
No es necesario hacer una preparación especial para una prueba de reserva ovárica. Se puede acudir a la extracción de sangre en cualquier momento del ciclo menstrual, especialmente entre los días 3 y 5 días de la menstruación y sin necesidad de hacer ayuno.