Biopsia

La biopsia es un método diagnóstico invasivo que consiste en tomar una muestra de tejido del cuerpo para analizarla en el laboratorio. Con este estudio se detectan alteraciones en la cantidad, la forma, el tamaño, la estructura o el comportamiento de las células que pueden ser indicativo de una enfermedad.

Prueba de laboratorioPrueba de laboratorio

Descripción General

La biopsia es un procedimiento diagnóstico por el que se toma una muestra de tejido corporal para posteriormente analizarlo en el laboratorio y determinar sus características. A diferencia de la citología, en la que solamente se examinan las células, en una biopsia se estudia el tejido completo.

Normalmente, se utiliza este procedimiento cuando se han detectado tumores o alteraciones del tejido con otras pruebas diagnósticas, pero se desconoce su naturaleza.

Dependiendo de la técnica utilizada para obtener la muestra de tejido, se habla de varios tipos de biopsia:

  • Biopsia quirúrgica: se lleva a cabo una cirugía para obtener el material tisular necesario para hacer el análisis en el laboratorio y determinar si es benigno o canceroso.
    • Biopsia incisional: se practica una incisión en la piel para tomar una parte del tejido sospechoso y, posteriormente, observarlo con el microscopio.
    • Biopsia escisional: se extirpa la lesión o el quiste en su totalidad, por lo que el diagnóstico suele ser muy preciso, ya que permite analizar exhaustivamente la muestra en el laboratorio. Es habitual que también se tome una muestra del tejido circundante.
  • Biopsia por aspiración: se utiliza una aguja que llega hasta el área anormal para aspirar parte del tejido o del líquido del interior del quiste con ayuda de una jeringa. No es necesaria una cirugía y, en muchos casos, se puede tener un diagnóstico en el mismo día.
    • Biopsia por aspiración con aguja fina (BAAF): la aguja hueca es muy fina. Es un procedimiento sencillo y rápido, pero es posible que diagnostique un falso negativo si la aguja no llega hasta las células malignas o no obtiene la cantidad suficiente como para hacer todas las pruebas de laboratorio.
    • Biopsia por aspiración con aguja gruesa (BAG): en este caso, se utiliza una aguja hueca más gruesa, por lo que se extrae más tejido.
  • Biopsia líquida: estudia líquidos corporales, como sangre u orina, para detectar células cancerosas. Es una técnica de alta sensibilidad que permite determinar si un paciente tiene cáncer.
    • Punción lumbar: se introduce la aguja entre dos vértebras lumbares y se toma una muestra del líquido cefalorraquídeo presente en la médula espinal.

Es habitual que en este procedimiento intervengan varios facultativos, ya que un médico experto en el órgano que se precisa estudiar o en la enfermedad que se sospecha es el encargado de tomar la muestra mientras que del análisis se encarga un especialista en anatomía patológica.

¿Cuándo está indicada?

La biopsia es la única técnica que diferencia entre células cancerosas y benignas, por lo que se utiliza siempre que existe la posibilidad de que un tumor sea maligno. Además, es útil para identificar el origen de una infección o una inflamación.

Cada tipo de biopsia está indicada en un momento distinto:

  • Biopsia escisional: es la mejor opción cuando el nódulo es de tamaño pequeño o si otro tipo de biopsias previas no han sido concluyentes. Es habitual ante la sospecha de un linfoma y en alteraciones dermatológicas, especialmente, un melanoma.
  • Biopsia incisional: se aplica en lesiones cutáneas profundas o tumoraciones en partes blandas de difícil acceso, así como en casos de procesos difusos no tumorales. Se suele usar para el análisis de ganglios con riesgo de linfoma.
  • Biopsia por aspiración con aguja fina: es adecuada en quistes cercanos a la superficie (quistes o nódulos en la tiroides o la mama), así como en alteraciones del hígado.
  • Biopsia por aspiración con aguja gruesa: suele utilizarse cuando el bulto detectado está cerca de la piel y se precisa tomar una cantidad mayor de tejido. Es útil en los casos de cáncer de mamaCáncer de mamaCáncer y en aquellos quistes con microcalcificaciones.
  • Biopsia líquida: en los últimos años, se ha descubierto que un porcentaje alto de pacientes con tumores sólidos, presentan alteraciones genómicas que se pueden detectar mediante una biopsia de sangre. Como los resultados son más rápidos, está indicada en aquellos casos en que se precise tener un diagnóstico lo antes posible. Además, la toma de la muestra es menos invasiva.
  • Punción lumbar: está indicada en personas con sospecha de linfoma o de que este haya llegado al cerebro, así como de tumor cerebral. Además, es útil para detectar meningitis, esclerosis múltiple u otras patologías del sistema nervioso central.

¿Cómo se realiza?

La biopsia es un procedimiento invasivo con un protocolo diferente dependiendo del tipo que se practique:

  • Biopsia escisional o incisional: es un procedimiento quirúrgico en el que se utiliza anestesia, ya sea local o general. Una vez preparada la zona, se practica una incisión en la piel y se extrae parte del tejido o el tumor por completo. Normalmente, el cierre de la incisión requiere puntos de sutura.
  • Biopsia por aspiración: no es necesario acudir a un quirófano, aunque suele practicarse en una sala esterilizada cercana al laboratorio, ya que los patólogos comprueban en el acto si la muestra es viable o si es preciso volverla a tomar. Esta técnica no necesita anestesia. Antes de introducir la aguja, se desinfecta la piel y, después, se procede al aspirado.
  • Biopsia líquida: basta con tomar una muestra del líquido que se va a analizar: una extracción de sangre de una vena del brazo, recolección de orina en un bote esterilizado o aspiración de líquido pleural o cefalorraquídeo. En este último caso, se precisa un procedimiento diferenciado.
  • Punción lumbar: es habitual que se aplique anestesia local para reducir las molestias. El especialista introduce una aguja en la parte inferior de la columna, normalmente, entre las vértebras L3 y L4. Después de medir la presión del líquido cefalorraquídeo, se extrae la muestra y se coloca un apósito estéril en el lugar de la punción.

En los primeros 30 minutos después de la extracción, la muestra se fija con formaldehído (CH2O), normalmente conocido como formol, para evitar que se degraden las células y el resto de componentes internos. Después, se recomienda tamponar para que no se oxide. En ocasiones, se recomienda conservarlas en frío o congeladas.

Para observar con el microscopio, te toman secciones muy finas y se colocan en un portaobjetos de vidrio. En este análisis, se determina si las neoplasias son de origen canceroso. De ser así, el estudio patológico determina el tipo de cáncer (el órgano donde se originó) y el grado en el que se encuentra.

Riesgos

Someterse a una biopsia es seguro. No obstante, al tratarse de un procedimiento invasivo y, en ocasiones, quirúrgico, pueden producirse algunas complicaciones como:

  • Sangrado en el punto de introducción de la aguja o en la incisión.
  • Inflamación del área afectada.
  • Infección causada por la cirugía o por la aparición de microorganismos en los puntos de sutura.
  • Lesión de las estructuras que rodean la zona donde se practica la biopsia.
  • Fiebre.

Qué esperar de una biopsia

El día de la cita, se recomienda acudir con ropa cómoda y fácil de quitar, ya que se debe vestir la bata que facilita el centro médico. Antes del procedimiento, el paciente debe firmar un consentimiento informado.

  • Biopsia quirúrgica: el paciente se tumba en una camilla en la posición adecuada para que el cirujano acceda más fácilmente al tumor. Una vez colocado, se aplica la anestesia. Cuando se utiliza anestesia local, se suele administrar un sedante para que permanezca relajado durante todo el procedimiento. Posteriormente, se espera un tiempo de recuperación antes de abandonar el centro. Es posible retomar la rutina al día siguiente con algunas precauciones para que la incisión cicatrice correctamente. Es habitual percibir molestias o un ligero dolor, para lo que pueden tomarse analgésicos. Pasados unos días, se deben retirar los puntos de sutura. El proceso dura entre 30 y 45 minutos.
  • Biopsia por aspiración: el especialista indica la posición adecuada para tener acceso al quiste. Será necesario permanecer quieto y seguir sus indicaciones durante el procedimiento, que dura unos 30 minutos. En este caso, se puede volver a la rutina de forma inmediata.
  • Biopsia líquida: la toma de muestras de orina o sangre sigue el mismo procedimiento que en los casos de análisis rutinarios. Para obtener líquido pleural, se aplica anestesia local y se utiliza una aguja para aspirarlo, como en el caso anterior.
  • Punción lumbar: el paciente debe adoptar una posición fetal, tumbado de lado y con las rodillas pegadas al pecho, en el momento de poner la anestesia local. Una vez que ha hecho efecto, se nota una presión en el momento en que se introduce la aguja, pero no es doloroso. Durante la extracción, es posible que el paciente deba cambiar de postura. Tiene una duración de alrededor de 45 minutos. Se recomienda permanecer tumbado durante unos minutos después del procedimiento y recuperar la rutina poco a poco, sin actividad física exigente durante el primer día. Se pueden tomar analgésicos si se produce dolor de cabeza, aunque si se intensifica hay que acudir a urgencias.

En algunos casos, los resultados están disponibles el mismo día de la toma de muestras. No obstante, lo más habitual es que tarden unos días.

Especialidades en las que se solicita una biopsia

Son muchos los especialistas que solicitan una biopsia para que los patólogos analicen una muestra de tejido en el laboratorio. Normalmente, oncólogos, ginecólogos, neurólogos, dermatólogos, hematólogos o especialistas en aparato digestivo.

Cómo prepararse

No es necesaria una preparación especial para someterse a una biopsia, aunque, es habitual que se pida acudir en ayunas. Esta indicación no afecta a la medicación, que puede tomarse a no ser que el especialista indique lo contrario.