Gammagrafía ósea
La gammagrafía ósea consiste en la observación de la estructura de los huesos mediante el uso de una cantidad de radiación baja junto con un dispositivo que genera imágenes desde diversos ángulos. Con esta prueba de medicina nuclear se pueden diagnosticar patologías que otros procedimientos no detectan.

Descripción General
La gammagrafía o centellografía ósea es un procedimiento de la medicina nuclear que se utiliza para obtener imágenes de los huesos y, con ellas, diagnosticar o controlar la evolución de determinadas enfermedades que afectan al esqueleto.
Para comprobar la morfología de los huesos con una gammagrafía, se administra un radiofármaco que las células en proceso de cambio absorben en mayor cantidad, por lo que facilita el hallazgo de una alteración estructural. La cantidad de radiación que se utiliza es muy pequeña, por lo que no se producen efectos secundarios. En el caso de la gammagrafía ósea, se suele utilizar coloides de albúmina y tecnecio, nanocoloides, medronato de tecnecio, oxidronato de tecnecio o propanodicarboxidifosfonato de tecnecio.
¿Cuándo está indicada?
La gammagrafía ósea es una herramienta utilizada para diagnosticar diversas enfermedades de los huesos en pacientes en los que otras pruebas no han podido determinar la causa de sus síntomas:
- Enfermedad de Paget.
- Artritis.
- Infecciones.
- Fracturas.
- Cáncer de huesos (osteosarcoma).
- Metástasis (tumores en estadio avanzado con origen en otros órganos que se propagan hasta los huesos).
- Dolores sin explicación aparente.
¿Cómo se realiza?
El primer paso para hacer una gammagrafía ósea es administrar el radiofármaco. Normalmente, se inyecta en una de las venas del brazo. Antes de captar las imágenes, es necesario esperar entre dos y cuatro horas, tiempo que tarda esta sustancia en distribuirse por todo el cuerpo.
Después, se coloca al paciente en una camilla y se introduce en un dispositivo con forma de tubo (gammacámara) que gira alrededor del cuerpo para obtener imágenes desde diversos ángulos. En los casos en los que los cabezales de adquisición no sean móviles, el especialista pedirá al paciente que cambie de postura durante el procedimiento.
Riesgos
La radiación que se utiliza para hacer una gammagrafía ósea es muy pequeña, por lo que no supone un riesgo para la salud. En muy pocas ocasiones, el radiofármaco puede desencadenar una reacción alérgica, que suele ser leve (sarpullido y prurito).
La dosis de radiación inocua para un adulto puede no serlo para un niño o un feto, por lo que es una prueba desaconsejada para las embarazadas y tras la que se recomienda evitar el contacto con menores y gestantes. Las madres lactantes deben desechar la leche producida en las 48 horas posteriores a recibir el radiomarcador.
Qué esperar de una gammagrafía ósea
Se trata de un procedimiento ambulatorio que no precisa ingreso hospitalario ni reposo posterior. Los pacientes pueden retomar sus actividades diarias una vez finalizada la prueba.
En el momento de llegar, se debe firmar un consentimiento informado para someterse a una gammagrafía de huesos. Después, se inyecta el radiomarcador, momento que puede ser molesto o producir una sensación de calor o frío en las venas del brazo según asciende la sustancia. A pesar de que el aparato que toma las imágenes es un tubo estrecho que puede provocar una sensación de ansiedad o claustrofobia en algunos pacientes, no es una técnica dolorosa. Es posible que resulte incómodo permanecer lo más quieto posible mientras te realiza la gammagrafía.
La espera desde que se inyecta el fármaco hasta que se comienza la prueba puede hacerse larga. El procedimiento tarda entre 10 y 30 minutos. Los resultados suelen estar disponibles unos días después de hacerse la prueba.
Para acelerar la expulsión de la sustancia radiactiva del cuerpo, es conveniente beber abundante agua el día de la gammagrafía.
Especialidades en las que se solicita una gammagrafía ósea
La gammagrafía de huesos se desarrolla por médicos nucleares, normalmente tras la petición de un traumatólogo o un oncólogo.
Cómo prepararse
La gammagrafía ósea no necesita una preparación específica. No es preciso acudir en ayunas y, salvo otra indicación del médico, se puede tomar la medicación habitual.
Conviene acudir al centro médico con ropa cómoda y sin joyas, ya que no se puede acceder a la sala en la que se encuentra la gammacámara con objetos metálicos. Como las esperas son largas, se recomienda preparar alguna actividad para entretenerse.