Resonancia magnética (RM)

La resonancia magnética sirve para observar los órganos del interior del cuerpo mediante imágenes obtenidas con ondas de radiofrecuencia. Se puede utilizar en diversas partes del cuerpo para diagnosticar enfermedades o malformaciones.

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Descripción General

La resonancia magnética (RM) es una prueba no invasiva en la que se obtienen imágenes del interior del cuerpo mediante el uso de ondas de radiofrecuencia y un campo magnético. Al no utilizar radiación, no es peligrosa ni tiene efectos secundarios en el organismo.

Dependiendo de las características de la máquina que se use, se habla de dos tipos de RM:

  • Resonancia magnética cerrada: se utilizan imanes de gran tamaño en forma de cilindro. Para obtener las imágenes, el paciente se introduce en el interior del tubo, que tiene unos 70 centímetros de diámetro. En estos casos, el campo magnético se concentra más fácilmente, por lo que los resultados son más fiables.
  • Resonancia magnética abierta: el paciente se sitúa entre dos platos colocados uno enfrente del otro con una separación de alrededor de 180 centímetros, por lo que suelen estar más cómodos y sentir menos claustrofobia. Las imágenes que se obtienen son de menor calidad debido a que es más complicado crear el campo magnético.

Cuando es necesario obtener imágenes muy detalladas para ofrecer un diagnóstico más preciso, se recurre a la resonancia magnética con contraste, que suele ser gadolinio. Esta sustancia ayuda a que los tejidos se vean con mayor claridad.

Gracias a la posibilidad de obtener imágenes de alta resolución desde distintos ángulos, la resonancia magnética es uno de los estudios más fiables para diagnosticar enfermedades, planificar cirugías o comprobar la evolución de determinados tratamientos.

¿Cuándo está indicada?

La resonancia magnética se utiliza principalmente para estudiar el estado del cerebro, el corazón, las articulaciones y las mamas:

  • Resonancia magnética cerebral: detecta aneurismas, tumores, lesiones, ictus o patologías del oído interno o el ojo. Además, facilita información sobre el daño causado por un traumatismo o la enfermedad de Alzheimer.
  • Resonancia magnética cardiaca: ofrece información sobre el estado de las cavidades y las paredes del corazón, así como de la presencia de obstrucciones o inflamaciones.
  • Resonancia magnética de hombro o rodilla: permite comprobar la presencia de tumores o lesiones en los huesos, los cartílagos o los ligamentos.
  • Resonancia magnética de mama: resulta muy útil para detectar tumores cuando el tejido mamario es muy denso y la mamografía no ofrece resultados claros. Permite diagnosticar fracturas o desplazamientos en las pacientes con implantes mamarios.
  • Resonancia magnética de órganos blandos: localiza tumores o malformaciones en el páncreas, los riñones, el útero o el hígado.

¿Cómo se realiza?

Para hacer una resonancia magnética, el paciente debe permanecer tumbado en una camilla que se coloca en el interior del tubo. Una vez dentro, se crea un campo magnético y se emiten ondas de radio.

Las imágenes, de cortes transversales, se generan cuando los átomos de hidrógeno del organismo reaccionan ante estos estímulos. Es posible juntar las fotos obtenidas desde distintos ángulos para obtener una visión en 3D.

Riesgos

La resonancia magnética no supone un riesgo para la salud. No obstante, está contraindicada para aquellas personas con dispositivos metálicos como prótesis, válvulas cardiacas artificiales, implantes cocleares, marcapasos, desfibriladores implantables, clavos o dispositivos intrauterinos, entre otros. En el caso de mujeres embarazadas, los especialistas estudian el caso individualmente para determinar si se opta por una prueba alternativa.

Es raro que las sustancias utilizadas en el contraste provoquen reacciones alérgicas. En el caso de producirse, suele ser una picazón leve.

Es posible que los pacientes con claustrofobia precisen de una resonancia magnética abierta para evitar que sufran un ataque durante la prueba.

Qué esperar de una resonancia magnética

Para hacerse una resonancia magnética hay que quitarse la ropa y utilizar una bata facilitada por el centro médico. Además, se deben retirar los objetos metálicos (joyas, horquillas, audífonos, dentadura postiza, gafas) para acceder a la zona de la prueba.

Es importante mentalizarse de que el dispositivo es un tubo estrecho en el que se debe permanecer lo más quieto posible durante toda la duración de la prueba. Aunque es un procedimiento indoloro, se oyen golpes y ruidos que forman parte del proceso normal.

Para someterse a una RM no es necesaria hospitalización, ya que se realiza de forma ambulatoria. Suele durar entre 30 y 60 minutos, aunque en ocasiones se alarga durante más tiempo. Los resultados suelen estar disponibles varios días después de la realización de la prueba.

Especialidades en las que se solicita una resonancia magnética

Es habitual que las especialidades de cardiología, neurología, traumatología y ginecología soliciten una resonancia magnética. Además de medicina interna, oncología, urología o aparato digestivo.

Cómo prepararse

No es necesario acudir en ayunas a una resonancia magnética, por lo que se puede comer con normalidad y tomar la medicación prescrita cuando sea el caso. En algunos casos, como las pruebas relacionadas con el aparato digestivo, se facilitarán las pautas correspondientes en el momento de la cita.