El sistema visual de un niño no es como el de un adulto. De hecho, al nacer no está desarrollado del todo y se necesitan unos años para lograr un rendimiento completo. En este sentido, la doctora María Romero, especialista en oftalmología infantil en Quirónsalud Zaragoza, inaugura la segunda temporada de ‘SALUDitos’ para hablar de salud ocular en edad pediátrica, enfermedades más comunes y cómo abordarlas.

Asimismo, hay que tener en cuenta que la detección y un tratamiento temprano son determinantes a la hora de evitar una progresiva pérdida de la visión. Por eso, la doctora María Romero destaca la importancia de las revisiones oculares en niños: "Por ejemplo, los defectos refractivos -miopía, hipermetropía y astigmatismo- no se pueden prevenir, pero si se diagnostican a tiempo aplicando el tratamiento adecuado, es posible mejorar la visión del paciente".

¿Qué son los defectos refractivos y qué tipos hay?

Este tipo de afecciones son trastornos oculares muy frecuentes e impiden enfocar correctamente las imágenes en la retina. "La miopía es la dificultad para enfocar los objetos de lejos. Por su parte, la hipermetropía no permite observar correctamente los elementos de cerca y, finalmente, el astigmatismo es la visión borrosa, tanto de lejos como de cerca", aclara la doctora María Romero.

"Para detectar posibles problemas de visión en el caso de los niños, es especialmente importante realizar la graduación bajo cicloplejia -las gotas que dilatan la pupila para que el resultado sea más fiable-", puntualiza la doctora María Romero. "Y, a veces, si son muy pequeños, es recomendable apoyarse en un retinoscopio".

Cómo prevenir algunos trastornos oculares en niños

Para la doctora María Romero, estar más horas frente a las pantallas y menos al aire libre es una de las posibles causas que agrava la miopía. "Hoy en día, esta patología va en aumento, ya que los niños pasan más tiempo delante de la tablet y el móvil. Incluso en los colegios se utilizan cada vez más las plataformas digitales".

La doctora María Romero indica que es importante acordarse de la regla 20-20-20: "Consiste en que, cada 20 minutos, los niños deberían hacer descansos de 20 segundos, mirando a objetos que estén situados a unos 20 pies -seis metros- para que se relaje la musculatura ocular".

Además, se emplean métodos para frenar la progresión de la miopía. "Entre ellos, destaca el uso de atropina, un colirio diario, o por ejemplo utilizar gafas o lentillas de desenfoque periférico".

El ojo vago, consecuencia más común de los defectos refractivos

El resultado más frecuente, si no se tratan a tiempo estos problemas oculares, es desarrollar un ojo vago. "Como hemos comentado, el sistema visual del recién nacido es inmaduro y hay que aprender a ver bien conforme el niño va recibiendo estímulos. Por ello, si hubiera un defecto refractivo, el cerebro va a elegir el ojo con mejor visión, el dominante, anulando al otro y dejándolo en desventaja", explica la doctora María Romero.

"En la actualidad, el tratamiento habitual son los parches. Se trata de tapar el ojo dominante, forzando a que el otro trabaje. Asimismo, existen otras alternativas como el uso de filtros sobre la gafa o gotas que dilatan la pupila del dominante para nublarla un poco", añade.

Para evitar estos posibles efectos, es fundamental realizar revisiones oculares en edad pediátrica. La doctora María Romero señala que "si todo va bien, se recomienda visitar al especialista cuando el niño tiene cuatro años, salvo que en la familia existan antecedentes con problemas oftalmológicos en la infancia. En esta primera revisión es importante comprobar que la agudeza visual sea correcta".

"Existen algunos signos que pueden alertar a los padres de que algo no va bien. En estos casos, es recomendable una revisión ocular", apunta la doctora María Romero. "Que el niño no mantenga contacto visual más allá de los tres meses, guiñar con frecuencia el ojo o frotárselo son algunos de estos síntomas, así como acercarse demasiado a la hora de leer un cuento o que el paciente presente lagrimeo constante", añade.

SALUDitos es un proyecto de Quirónsalud Zaragoza en el que el equipo médico de la Unidad de Pediatría profundiza en las patologías propias de los niños, los síntomas que indican que debemos ir al especialista o las diferencias que hay con las dolencias de los adultos.