Después de tu permiso de maternidad llega el momento de incorporarse al trabajo. Te damos consejos para que sea más sencillo afrontarlo.


Vuelta al trabajo, ¿cómo afrontarlo?

Cuando termina el permiso de maternidad de 16 semanas, la madre puede comenzar a sentir ansiedad. Cuando parecía tener todo controlado, un nuevo cambio obliga de nuevo a adaptarse a la situación.

Es un momento que puede resultar complejo de afrontar incluso doloroso para muchas madres. En ocasiones también puede producir liberación por volver a recuperar la vida previa, sentirse mujer además de madre.

  • La conciliación de la vida laboral y familiar debe ser progresiva con el fin de poder sobrellevar mejor la adaptación de la familia al cambio. Te sugerimos que trates de hacerlo lo menos brusco posible. Recuerda que la ley te ampara ante permisos de lactancia, excedencia, reducción de jornada, etc.
  • Tu pareja y tú debéis compartir las preocupaciones para poder adaptaros juntos al cambio. La organización es la clave, debéis poneros de acuerdo en cómo vais afrontar las tareas. Se lleva mejor si lleváis una agenda organizada que resolviéndolo en el día a día.
    En ocasiones debemos valorar la necesidad de disponer de ayuda para el cuidado de la casa y del bebé.
  • La culpabilidad aparecerá en tu cabeza como sentimiento normal de "abandono del pequeño". Debes saber que el niño no dejará de quererte por no estar las 24 horas del día y que tú como mujer necesitas tener tu espacio personal para recibir con más fuerzas a tu hijo a la vuelta del trabajo. Está demostrado por estudios que es psicológicamente saludable. Por ese motivo te recomendamos que antes de que llegue el momento te alejes de tu bebé por espacios de tiempo prolongados y el día que llegue esa separación lo llevarás mucho mejor.
    Si va a tener otro cuidador, ya sean los abuelos como otra persona ajena, es recomendable que la adaptación se dé antes del cambio por el bien del niño y de los padres.

Si estás con la lactancia materna y no te coinciden los horarios puedes extraer la leche y conservarla en una neverita. Para ello deberás haber preparado a tu bebé a succionar la leche de una tetina, esto deberás realizarlo paulatinamente durante las semanas previas.