Después del verano, nuestra piel necesita protección y cuidado
La mayor exposición solar a la que se ha visto sometida nuestra piel durante el verano, puede ser la causa de afecciones incipientes

Durante el verano, exponemos a nuestra piel a una variedad y cantidad de agentes externos mayor que en cualquier otra época del año. En este sentido, el calor, el agua del mar o de la piscina, las cremas de protección solar y, principalmente, la exposición solar pueden provocar que nuestra piel necesite recuperación. Y es que estas agresiones externas perjudican nuestra epidermis, acelerando el proceso de envejecimiento cutáneo conocido como fotoenvejecimiento. "El fotoenvejecimiento es el deterioro gradual del colágeno, la elastina y otras fibras que dan estructura a la piel. Este envejecimiento de la piel puede verse acelerado por las radiaciones solares, además de otros factores ambientales, por lo que el rostro, el escote y las manos acostumbran a ser las zonas del cuerpo más afectadas", afirma la Dra. Helena Iznardo, Dermatóloga del Hospital El Pilar. Los signos más visibles del fotoenvejecimiento son las arrugas, las manchas en la piel y la flacidez.
"Este tipo de patología, cada vez más común, afecta tanto al estado de la piel a nivel estético, como a su salud, por lo que desde la Unidad de Dermatología Clínica del Hospital El Pilar nos especializamos en el tratamiento de enfermedades cutáneas que aporten un beneficio médico y estético a las pacientes", indica la Dra. Iznardo. Así, el Hospital El Pilar dispone de un dispositivo láser de última generación configurado para realizar tratamientos dermatológicos y estéticos que mejoran las distintas afecciones de la piel: pigmentaciones, rosáceas, manchas de vino de Oporto, vasos vasculares, etc.
Antes y después del tratamiento de fotorrejuvenecimiento cutáneo y de rosáceas
Este nuevo sistema, Nordlys®, representa un avance significativo en el tratamiento de afecciones cutáneas combinando las dos tecnologías más punteras utilizadas para ofrecer resultados efectivos en afecciones cutáneas. Por un lado, la luz pulsada intensa se utiliza para tratamientos vasculares, rejuvenecimiento y pigmentación cutáneos en áreas como manos, cara y escote. Por otro lado, el láser fraccionado no ablativo es ideal para mejorar la textura de la piel y permite tratar arrugas finas y estrías, gracias a su capacidad de controlar la profundidad del impacto térmico y su sistema de refrigeración integrado. El tratamiento con este dispositivo no es doloroso y no precisa anestesia, se realiza en consulta y, según la afección y la tecnología indicada, los resultados se obtienen desde la primera sesión y los resultados finales aparecen entre una y 5 sesiones de unos 20 minutos.
La Dra. Iznardo destaca la gran eficacia y seguridad de estos tratamientos y comenta que "la dermatología también incluye procedimientos y tratamientos de carácter estético que mejoran no sólo la apariencia de la piel, sino también su cuidado integral. El láser, además de mejorar la apariencia mediante procedimientos como el fotorrejuvenecimiento, también contribuye a la salud cutánea al tratar y prevenir el daño actínico provocado por la exposición solar, ayudando a reducir el riesgo de patologías futuras".
Para la prevención del fotoenvejecimeinto es fundamental la protección. Para el cuidado y recuperación de la piel es esencial contar con tecnología puntera en manos expertas.