El verano es una época maravillosa, llena de diversión y aventuras para los niños. Sin embargo, con las largas horas de sol y las altas temperaturas, los padres deben ser especialmente cuidadosos con la protección solar de los más pequeños. La piel de los niños es más delicada y vulnerable a los efectos dañinos del sol, por lo que es crucial tomar medidas para prevenir quemaduras solares y otros daños.
El doctor Pedro Rodríguez, dermatólogo especialista en Oncología y Cirugía Dermatológica del Hospital Ruber Internacional y Clínica Dermatológica Internacional, nos recuerda: "La piel de los niños es más sensible a los rayos ultravioleta (UV). Una exposición sin protección adecuada puede causar quemaduras dolorosas y, a largo plazo, aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de piel
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El Dr. Rodríguez también comenta sobre los desafíos que enfrentan los padres al proteger a sus hijos del sol: "Uno de los mayores retos es lograr que los niños se apliquen el protector solar y permanezcan en la sombra. Los niños, por naturaleza, son activos y les gusta explorar al aire libre. Convencerles de que se reapliquen el protector solar cada dos horas o después de nadar puede ser complicado. Además, muchos niños no quieren llevar sombreros o ropa protectora porque les resulta incómodo."
Sin embargo, el Dr. Rodríguez enfatiza la importancia de educar a los niños desde pequeños sobre la fotoprotección: "La educación sobre los peligros de la sobreexposición al sol es la mejor herramienta para su propio cuidado a largo plazo. Enseñarles por qué es importante protegerse del sol y cómo hacerlo de manera efectiva les ayudará a desarrollar hábitos saludables que mantendrán durante toda su vida."
Para proteger a nuestros hijos, es importante entender los dos tipos principales de rayos UV: los UVA y los UVB.
"Los rayos UVA tienen una longitud de onda más larga que los UVB, lo que les permite penetrar más profundamente en la piel," explica el Dr. Rodríguez. "Estos rayos son responsables del envejecimiento prematuro de la piel, ya que dañan las capas más profundas donde se encuentran las fibras de colágeno y elastina. La exposición prolongada a los rayos UVA puede llevar a la aparición de arrugas, manchas y pérdida de elasticidad en la piel."
Además, los rayos UVA están presentes durante todo el año y pueden penetrar a través de las nubes y ventanas, lo que significa que podemos estar expuestos a ellos incluso en días nublados o cuando estamos en interiores cerca de una ventana. "El daño causado por los rayos UVA no se manifiesta inmediatamente como una quemadura solar, sino que se acumula con el tiempo, aumentando el riesgo de cáncer de piel a largo plazo," añade el Dr. Rodríguez.
Por otro lado, los rayos UVB tienen una longitud de onda más corta y no penetran tan profundamente en la piel como los UVA. "Los rayos UVB son los principales responsables de las quemaduras solares, ya que afectan principalmente a la capa más externa de la piel," señala el Dr. Rodríguez. "Estos rayos son más intensos durante los meses de verano y entre las 10 a.m. y las 4 p.m., cuando el sol está en su punto más alto."
Las quemaduras solares causadas por los rayos UVB no solo son dolorosas y molestas, sino que también pueden dañar el ADN de las células de la piel, lo que puede llevar a mutaciones y, eventualmente, al desarrollo de cáncer de piel. "Es crucial protegerse de los rayos UVB mediante el uso de protector solar y ropa adecuada, especialmente durante las horas de mayor intensidad solar," recomienda el Dr. Rodríguez.
Dos términos clave en la fotoprotección son SPF (Sun Protection Factor) y UPF (Ultraviolet Protection Factor). El SPF se refiere a la protección que ofrece el protector solar contra los rayos UVB. Por ejemplo, un SPF 30 indica que se puede estar 30 veces más tiempo al sol sin quemarse en comparación con no usar protección. Sin embargo, el Dr. Rodríguez aclara: "Es importante usar un protector solar de amplio espectro, que proteja tanto contra los rayos UVA como los UVB, para una protección completa."
El UPF, por otro lado, mide la protección que ofrece la ropa contra ambos tipos de rayos UV. La ropa con un UPF alto, especialmente superior a 40, proporciona una barrera efectiva contra la radiación UV. "Vestir a los niños con ropa de protección solar, que sea ligera y transpirable, es fundamental. Las prendas diseñadas específicamente para la protección solar permiten mantener la piel fresca y protegida," señala el Dr. Rodríguez.
El Dr. Pedro Rodríguez enfatiza: "Establecer hábitos de protección solar en la infancia es crucial para reducir significativamente el riesgo de problemas dermatológicos graves en el futuro." Siguiendo estos consejos, los padres pueden asegurar que sus hijos disfruten del verano de manera segura y saludable.
Recientemente, el Dr. Pedro Rodríguez ofreció una conferencia titulada "Desmontando mitos en fotoprotección y cáncer de piel," durante las Sesiones Generales de nuestro Hospital, "Es vital desmentir los mitos comunes sobre la fotoprotección para que las personas puedan tomar decisiones informadas y efectivas sobre el cuidado de su piel," señaló el Dr. Rodríguez.