Aterosclerosis en niñosAunque solemos asociar las enfermedades cardiovasculares con la edad adulta, su origen puede rastrearse mucho antes de lo que pensamos. Hoy sabemos que la aterosclerosis, el proceso inflamatorio que endurece y daña progresivamente las arterias, puede comenzar en la infancia, silenciosamente, sin generar síntomas hasta décadas después.
Esta realidad ha cambiado por completo la forma de entender la prevención. Como explica el Dr. Federico Gutiérrez-Larraya, jefe de Servicio de Cardiología Pediátrica del Hospital Ruber Internacional, "los riesgos cardiovasculares comienzan mucho antes de que aparezcan los primeros síntomas, en etapas muy tempranas de la vida".
¿Qué es la aterosclerosis?
La aterosclerosis es una enfermedad crónica e inflamatoria en la que se acumulan grasas, células y tejido fibroso en las paredes de las arterias. Con el tiempo, estas placas reducen la elasticidad y el diámetro del vaso sanguíneo, favoreciendo problemas graves como:
Aunque estas complicaciones aparecen generalmente en la edad adulta, el daño arterial puede comenzar décadas antes.
Factores que inician la aterosclerosis en edades tempranas
La influencia de la infancia en la salud cardiovascular adulta es enorme. En esta etapa se combinan factores congénitos, adquiridos y ambientales que pueden adelantar los procesos inflamatorios de las arterias.
1. Obesidad y sobrepeso infantil
Los estudios han demostrado que los niños con exceso de peso presentan un riesgo significativamente mayor de desarrollar lesiones arteriales tempranas. La resistencia a la insulina, la inflamación de bajo grado y las alteraciones del colesterol actúan de forma conjunta favoreciendo el daño vascular.
2. Alimentación desequilibrada y sedentarismo
El exceso de azúcares, grasas saturadas y ultraprocesados, junto con la falta de actividad física, acelera el proceso aterosclerótico. Mantener una dieta saludable y fomentar el movimiento diario son pilares fundamentales de prevención.
3. Exposición al humo del tabaco
El tabaquismo pasivo continúa siendo uno de los factores más perjudiciales para la salud cardiovascular infantil. El humo del tabaco altera la función de las arterias, aumenta la inflamación y acelera el envejecimiento vascular.
4. Enfermedades inflamatorias crónicas
Patologías como el lupus o la enfermedad de Kawasaki pueden producir daño arterial desde los primeros años de vida. Estas enfermedades provocan una inflamación sistémica que afecta directamente a la pared vascular.
5. Supervivientes de cáncer pediátrico
Algunos tratamientos oncológicos, como la quimioterapia o la radioterapia, pueden dejar secuelas cardiovasculares a largo plazo. Según el Dr. Gutiérrez-Larraya, "la supervivencia es un gran logro, pero el precio en términos de salud cardiovascular no debe subestimarse".
6. Predisposición genética
La hipercolesterolemia familiar es un ejemplo claro de cómo los factores hereditarios influyen desde el nacimiento. Estos niños presentan niveles muy elevados de colesterol que, si no se tratan precozmente, aceleran la aparición de aterosclerosis.
La enfermedad silenciosa: cómo evoluciona sin síntomas
La aterosclerosis infantil progresa sin dolor y sin signos externos. Por eso es fundamental identificar el riesgo antes de que aparezcan los síntomas, sobre todo si el niño presenta factores predisponentes.
Los primeros cambios pueden incluir:
Cuanto antes se detecten, más eficaz será la intervención.
Diagnóstico temprano: herramientas clave
La cardiología pediátrica cuenta hoy con métodos específicos para evaluar la salud arterial en niños y adolescentes:
Estas pruebas ayudan a realizar un seguimiento individualizado y a intervenir cuando es necesario.
Prevención desde la infancia: la estrategia más eficaz
La prevención cardiovascular comienza en casa y continúa en la consulta pediátrica. Hábitos como:
tienen un impacto directo en la salud arterial.
El entorno familiar es fundamental: los niños imitan lo que ven. Por ello, crear rutinas saludables y fomentar la educación en salud es una inversión a largo plazo.
Cuidar el corazón desde pequeños, proteger el futuro
La aterosclerosis no es una enfermedad exclusiva de los adultos. Sus raíces pueden comenzar en los primeros años de vida, pero también es en esa etapa donde la prevención es más efectiva.
Tal como subraya el Dr. Gutiérrez-Larraya, "la prevención debe comenzar desde los primeros años de vida" y requiere la colaboración de familias, escuelas y profesionales sanitarios.
Proteger la salud cardiovascular infantil es, en última instancia, proteger la salud adulta.