Quirónsalud
Blog de estética y plástica de los hospitales Quirónsalud Alicante, Murcia, Torrevieja y Valencia
Texto elaborado por el Doctor Eduardo Álvarez, jefe de la Unidad de cirugía plástica de Quirónsalud Murcia.
Una de las posibles preocupaciones de las futuras mamás que se han sometido a un aumento de pecho (mamoplastia) o reducción de pecho es si podrán amamantar a sus pequeños.
Desde Quirónsalud hemos preguntado a expertos de la Unidad de Cirugía Plástica del hospital Quirónsalud Murcia, para que respondan a la pregunta si es compatible el aumento o reducción de senos y la lactancia.
Sabemos que para la mujer poder alimentar a sus bebés de la forma más natural es importante, por ello vamos a desmentir falsos mitos sobre el tema.
Posiblemente una de las preguntas más frecuentes en consulta es si tras la cirugía de aumento de pecho se podrá amamantar al bebé. Partimos de la base de que cualquier mujer con implantes mamarios, con independencia del tipo de implante, su ubicación o la vía de abordaje, podrá amamantar a su bebé.
Actualmente las técnicas utilizadas en el aumento de senos no afectan al tejido glandular, por lo que es posible generar leche para el bebé de forma natural. Actualmente las prótesis se insertan detrás del músculo del pecho y la cicatriz bajo de la mama, por ello, el pezón no sufre apenas alteración.
El ser portadora de un implante protésico no debe suponer ninguna limitación para la lactancia, si ese es tu deseo.
A día de hoy, no existe ninguna evidencia científica para pensar que un implante protésico pueda tener un efecto negativo sobre la salud de los lactantes.
Tampoco hay evidencia de niveles elevados de silicona (silicio) ni de otros componentes de las prótesis mamarias en la leche materna.
Si has tomado la decisión de aumentar el tamaño de tu pecho y has sido madre hace poco, se recomienda esperar como mínimo entre 3 y 6 meses desde la retirada definitiva de la lactancia.
Una intervención quirúrgica demasiado precoz podría solapar una mastitis con la implantación protésica, incrementando así el riesgo de contaminación del implante con la consecuente contractura capsular, o de infección.
La cirugía de reducción mamaria aporta una serie de matices y diferencias con respecto a las cirugías con implantes, principalmente con el aumento de pecho.
La reducción de mama supone una mayor repercusión y agresividad sobre los tejidos; ya que se elimina tejido mamario y los conductos por los que tiene que pasar la leche quedan interrumpidos, la areola y el pezón cambian de posición y la glándula es seccionada en varios puntos con la consecuente repercusión sobre los conductos de la leche.
Por todo esto y, exceptuando algunas técnicas menos invasivas, suele recomendarse no dar lactancia tras una reducción de pecho, ya que se correría el riesgo de desarrollar procesos de mastitis al verse interrumpida la salida de la leche..
Si tienes alguna duda puedes consultar con el equipo de expertos en cirugía plástica de Quirónsalud.
Hasta ahora, hemos hablado de las posibles repercusiones de una cirugía mamaria sobre la lactancia pero, ¿qué efectos puede tener al contrario?, ¿cómo influye la lactancia sobre una mama operada?
Con el embarazo, la mama recibe una estimulación hormonal que la va preparando para la lactancia. Este proceso supone un aumento de volumen del pecho y una distensión de la piel que, en algunos casos, puede llegar a fragmentarse dando lugar a las molestas e indeseables estrías. La areola suele aumentar su tamaño y cambiar su color, se oscurece.
Una vez terminado el embarazo y la lactancia, la glándula mamaria reduce su volumen y se atrofia en mayor o menor medida, la piel se muestra menos tersa y el pecho, más caído y con menos proyección en su parte superior. Estos cambios resultan más patentes a partir del primer embarazo.
Por todo esto, el embarazo puede suponer un cambio en el volumen y la forma del pecho, es decir, un cambio estético, tanto en la mama natural como en la mama operada, y justificar cirugías en el primer caso y reintervenciones o retoques en el segundo.
En Quirónsalud contamos con un equipo de expertos en implantes mamario para en la Unidad de Cirugía Plástica, que harán que tu pecho vuelva a verse como antes.
Por último, se recomienda no quedarse embarazada hasta pasado, al menos, un año tras la cirugía de aumento mamario. Se ha comprobado que las prótesis sufren una mayor incidencia de contractura capsular durante el embarazo/lactancia y, más aún, cuando la cirugía es tan reciente.
Si quieres saber más sobre la relación entre el aumento o reducción de pecho y la lactancia el equipo de Quirónsalud resuelve tus dudas.
Post elaborado por Eduardo Álvarez, jefe de cirugía plástica de Quirónsalud Murcia.
En el mundo de la cirugía estética, las cirugías de mama con prótesis siguen siendo las cirugías más demandadas. Y esto es así, porque los resultados tienen un importante refuerzo positivo, es decir, consiguen satisfacer nuestras expectativas y mejorar nuestra esfera emocional con gran rapidez.
Las prótesis de mama o implantes protésicos mamarios se componen, en la mayor parte de los casos, de silicona, un polímero inorgánico, inerte y estable, características que hacen de ella un producto muy útil en multitud de aplicaciones médico-quirúrgicas, como es el caso de los implantes de mama.
Actualmente, las prótesis de mama no tienen fecha de caducidad. Están fabricadas para durar mucho tiempo y no hay que cambiarlas en un plazo de 10 a12 años como ocurría hace ya algún tiempo. Pero, a la pregunta: ¿duran los implantes toda la vida? La respuesta sería; no.
Y sería no, porque en algunos casos, el implante dará problemas. Y esos problemas nos obligarán a sustituir o cambiar el implante por otro nuevo. Dicho de otra forma; no en todos los casos el implante de mama durará toda la vida.
Después del implante, se recomienda llevar un adecuado control, que se basa en la realización de ecografías periódicas (anuales o bianuales, según el caso) de las pacientes.
En Quirónsalud contamos con un equipo médico estético y plástico especializado en prótesis mamarias.
Si las pruebas no muestran ningún signo de alteración protésica y no existe ninguna molestia o alteración estética en la mama, las prótesis no tendrán que ser sustituidas.
Si por el contrario, si se observa algún problema, habrá que plantear el cambio. Estos problemas son dos; la rotura y la contractura capsular. En este caso será necesario cambiar un implante cuando esté roto o contracturado.
Desde la Unidad de medicina estética y plástica de Quirónsalud, siempre informamos que las prótesis mamarias pueden romperse, aun siendo de la mejor calidad del mercado.
La rotura protésica es poco frecuente, pero es una de causas por las que debemos sustituir el implante y, en más del 80% de los casos, es diagnosticada a través de la ecografía.
Una prótesis puede romperse por traumatismos de alta energía o heridas incisas en el pecho, pero en la gran mayoría de los casos, no existe un antecedente traumático que lo justifique.
Tenemos que entender que la prótesis son un objeto que no nos pertenece y que está hecho en una fábrica. En algunos casos, el material sufrirá un desgaste mayor ante múltiples factores, que harán de algunos implantes, un producto más frágil no susceptible de durar tantos años.
La rotura protésica es un fenómeno silente en la gran mayoría de los casos, no produce dolor ni deformidad en la mama. De ahí la importancia de las revisiones ecográficas para su diagnóstico precoz.
La contractura capsular, encapsulamiento patológico, capsulitis o, el mal llamado rechazo del implante protésico, es la principal causa de cambio de una prótesis mamaria.
Para entender este problema, lo primero es saber, qué es la cápsula. Cuando introducimos una prótesis en nuestro cuerpo, este responde generando alrededor de ella, una especie de envoltorio que recibe el nombre de cápsula periprotésica. Por tanto, el implante es encapsulado en todos los casos.
En algunas ocasiones, esa cápsula se hace gruesa, dura y rígida, comenzando a deformar el implante hasta convertirlo en una auténtica esfera. Este fenómeno se denomina contractura capsular, y suele producirse como consecuencia de una colonización bacteriana de la superficie de la prótesis llamada "biofilm". Las bacterias responsables se encuentran en nuestra piel o en los conductos de la leche en aquellas mujeres que han dado lactancia previamente.
Ante esta contaminación bacteriana del implante, nuestro organismo desarrolla una respuesta inflamatoria que justifica el cambio de grosor de la capsula protésica y, con ello, la aparición de una serie de síntomas y signos (dureza, rigidez, opresión y deformidad progresiva) que limitan nuestros hábitos y alteran la estética de la mama.
La contractura capsular es diagnosticada por ecografía y por la exploración física (escala de Baker).
Hay diferentes tratamientos; antibióticos, antiinflamatorios, masajes, terapias ultrasónicas, toxina botulínica… pero, en la gran mayoría de los casos, la resolución del problema pasa por la cirugía, que incluye la sustitución del implante y la capsulectomía (eliminación completa de la cápsula periprotésica)
Como decíamos antes, las prótesis de silicona son productos muy estables y pueden durar muchos años pero, con el tiempo, sufrirán cierto desgaste o envejecimiento.
Las prótesis mamarias "envejecen" y, por esta razón, resulta muy importante controlar su evolución y comprobar su estado mediante pruebas radiológicas como la ecografía.
Desde Quirónsasalud se recomienda una revisión ecográfica cada 2 años durante los primeros 6 años y, una revisión anual a partir de los 7 años.
SÍ y, de hecho, sería la situación más favorable y sencilla, al no tener ningún problema con la prótesis y ser, únicamente, una insatisfacción con respecto a su volumen.
En Quirónsalud contamos en la Unidad de medicina estética y plástica con cirujanos de amplia experiencia en la cirugía de prótesis mamarias.
Si quieres mejorar el tamaño o estado de tu pecho, no dudes informarte en manos de expertos.
Texto elaborado por Eugenia Cutillas, jefa de dermatología y medicina estética de Quirónsalud Murcia
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El sol durante el verano puede causar estragos en la piel del rostro. La falta de luminosidad, deshidratación o escasez de brillo pueden convertirse en enemigos de tu cutis si no tomas las precauciones adecuadas una vez llegado el otoño. Por eso, la mesoterapia facial puede ser una solución muy efectiva para que siempre lucir un aspecto más terso, hidratado y rejuvenecido.
La hidratación profunda consiste en la aplicación de productos que aumenten la capacidad de captar agua en nuestra piel.
La exposición al sol, especialmente en la época estival, trae como consecuencia un aspecto mate y deslustrado de nuestra piel. La hidratación profunda, especialmente si se combina con peelings, es una técnica especialmente indicada para reponer el daño solar reciente en temporada de otoño.
A grandes rasgos podemos decir que la piel está estructurada en tres capas, la epidermis, la dermis y la hipodermis o grasa subcutánea. Para actuar sobre la epidermis se utilizan las cremas y resto de productos de dermocosmética que podemos encontrar en los comercios.
El término mesoterapia hace referencia a la aplicación de productos en la segunda capa de la piel, la dermis, que es la gran protagonista de esta técnica. Por debajo de la dermis se usan otro tipo de productos, como son los rellenos y los estimuladores de colágeno, que son diferentes a los activos empleados en mesoterapia.
Al depositar estos productos de forma tan superficial en la mesoterapia debemos ser muy cuidadosos para seleccionar los productos adecuados, de forma que se integren perfectamente en nuestro tejido.
La mesoterapia, con los productos adecuados, ayuda a nuestra piel a captar agua, dando como resultado una piel más hidratada, luminosa y con mejoría de las pequeñas arrugas finas.
Para aplicar la mesoterapia existen diferentes dispositivos que ayudan a seleccionar con mayor precisión el nivel de piel sobre el que queremos depositar las sustancias activas.
Se utilizan, además, agujas especialmente cortas precisamente para alcanzar sin sobrepasar la dermis, de forma que obtengamos el máximo rendimiento del producto.
En cuanto a los tipos de productos empleados, suelen ser combinaciones de vitaminas, minerales y ácido hialurónico en diferentes proporciones.
El hecho de depositar los productos de forma tan superficial hace que, al final de la técnica, los pacientes puedan presentar bultitos diminutos donde se ha aplicado el producto, que desaparecen en pocas horas.
Pasados unos días, el resultado es una piel más tersa y luminosa, con mejoría de las arrugas finas.
Realmente cualquier persona se beneficiaría de una mesoterapia facial. Al no ser un relleno no modifica las formas y volúmenes de nuestra cara.
Los beneficios de la mesoterapia son mayores que los de cualquier cosmético, pues se aplican directamente donde deben ejercer su acción antienvejecimiento.
Texto elaborado por Juan José Andrés Lencina, dermatólogo de Quirónsalud Alicante
El melasma es un tipo de hiperpigmentación muy común en las mujeres, en especial durante y después del embarazo. Aparece normalmente en forma de áreas grandes y oscuras en la cara, aunque también puede afectar a otras partes del cuerpo.
Los expertos en dermatología de Quirónsalud te contamos cuáles son las causas, qué puedes hacer para prevenirlo y cómo tratarlos para reducir la aparición de manchas oscuras en la piel.
El melasma o cloasma es una alteración cutánea que se manifiesta con la aparición de manchas oscuras en zonas fotoexpuestas. Es una hipermelanosis adquirida, crónica, recurrente y generalmente simétrica.
Su causa exacta es desconocida, pero es fundamentalmente multifactorial, influyendo la genética, la exposición solar, los cambios hormonales, sobre todo en mujeres (embarazo, toma de anticonceptivos…) entre otros.
Los signos visibles son la aparición de manchas hiperpigmentadas en la cara, siendo zonas comunes de aparición la zona del labio superior, la frente o las mejillas, aunque también es posible el melasma en otras zonas fotoexpuestas como el escote o los brazos.
Volviendo a la premisa de que no se conoce su origen, sí que se sabe que la radiación solar y algunos cambios hormonales sí que pueden afectar a su "expresión" y a que sea más o menos evidente.
El hecho además de que sea más frecuente en mujeres y embarazo, menopausia o toma de anticonceptivos sean motivo de "inicio" o empeoramiento del mismo, hablan del papel de los estrógenos en su producción.
Aunque muchos estudios actuales no hacen sino reforzar la noción de que se trata de una enfermedad compleja y multifactorial y muchas más células y factores parecen involucrados.
Existen básicamente tres tipos de melasma: epidérmico, dérmico y mixto.
Melasma epidérmico, afecta a la capa superior de la piel y en el que la hiperpigmentación es marrón, con bordes bien definidos.
Melasma dérmico, afecta a las capas dérmicas más profundas de la piel y se caracteriza por la aparición de zonas azules grisáceas.
Melasma combinado (una combinación del epidérmico y el dérmico), cuyo aspecto es el de un pigmento marrón grisáceo.
Puedes conocer con más detalle acerca de las causas de la hiperpigmentación en general y obtener más información acerca de los diferentes tipos de la alteración en hiperpigmentación consultándole a los dermatólogos de Quirónsalud.
Para una correcta clasificación de la alteración en hiperpigmentación de melasma, será el dermatólogo es el profesional más apropiado, ya sea mediante la observación directa o mediante el uso de tecnología que pueda asistir en el proceso diagnóstico.
Como "activadores" claros se encuentran la luz y las hormonas. Existen también fármacos, como la fenitoína, que pueden estar involucrados en su origen y/o activación.
En cuanto a la luz, aunque clásicamente siempre se ha hablado de la radiación UVA y UVB como fuente de melasma, a día de hoy se ha investigado también el papel de la radiación visible y concretamente la luz azul, presente en muchos dispositivos y pantallas, si bien es cierto que los estudios parecen indicar que la intensidad que recibimos de dichos dispositivos no es la suficiente como para empeorar el melasma.
Debido a su complejidad existen múltiples factores a tratar y por tanto múltiples tratamientos para mitigarlo e incluso para conseguir su desaparición transitoria.
El primero y fundamental, el uso de una correcta fotoprotección todos los días del año.
Lo segundo un tratamiento dermatológico adaptado, al tipo de piel, época del año y características del paciente.
Entre las moléculas que pueden ayudar al melasma destacan la hidroquinona, el retinol o el ácido tranexámico. También el uso de láseres adaptados y siempre manejados por manos expertas puede ayudar a mejorar el melasma.
Post elaborado por el Doctor José Salvador, de la Unidad de Cirugía plástica y estética de Quirónsalud Torrevieja.
Las cicatrices son aquellas marcas que quedan en nuestra piel como consecuencia de una herida. Estas surgen cada vez que sufrimos una lesión que interrumpe la continuidad de nuestra piel, puesto que se pone en marcha un mecanismo de reparación que se llama cicatrización.
Hay diferentes tipos de cicatrices y estas pueden estar en diferentes fases. Antes de eliminar una cicatriz es importante un buen diagnóstico para elegir el tratamiento más adecuado con la finalidad de quitar la cicatriz o tratar de atenuar la cicatriz lo máximo posible.
Eliminar una cicatriz dejando una piel completamente intacta como si no hubiese habido nunca una cicatriz no es posible, sin embargo a día de hoy es posible mejorarlas gracias a los tratamientos para borrar las cicatrices que pueden ayudar a atenuarlas y que sean menos visibles que antes.
Por tanto, la eliminación absoluta es imposible, pero siempre es posible mejorarlas, camuflarlas, difuminarlas y conseguir que se noten lo menos posible.
Entre los principales tipo de cicatrices que existen podemos mencionar:
Como decíamos al principio, eliminar las cicatrices por completo no es posible, sin embargo a día de hoy existen diversas técnicas para conseguir mejorar las cicatrices. Entre ellas encontramos desde la cirugía con exéresis y nueva sutura, plastias, dermoabrasiones y tratamientos con láser.
Los tratamientos de láser para eliminar cicatrices ayudan a mejorar el aspecto de estas o marcas de la piel. El especialista determinará tras la evaluación qué nivel de mejora o corrección será posible en función del tipo de cicatriz del que se trate.
La aplicación del láser no es dolorosa para el paciente. Se trata de desplazar la luz del láser por la cicatriz para disminuir las lesiones de las primeras capas de la epidermis y suavizar las irregularidades cutáneas, disminuyendo paulatinamente la cicatriz a medida que se provoca la renovación de las capas superficiales de la piel.
La duración del tratamiento la valorará el especialista, el tipo de cicatriz, el tiempo transcurrido desde su aparición y el estado de esta determinarán la cantidad de sesiones de tratamiento láser para eliminar la cicatriz.
Todas las cicatrices pueden mejorar su aspecto con un correcto tratamiento. Para determinar cuál es mejor es importante la valoración por parte del médico especialista para crear un tratamiento personalizado a las necesidades de cada paciente. El uso del láser para eliminación de cicatrices es muy recomendable en cicatrices hipertróficas o queloides, es decir, aquellas cicatrices que se noten de forma más exagerada y al paciente no le gusta el aspecto.
Tras el tratamiento de láser para la eliminación de cicatrices se suele comenzar con hidratación con aceites y fotoprotección alta. Después de un par de meses pasamos al tratamiento con cremas de silicona, parches de presoterapia o tratamiento con luz pulsada
El coste dependerá de cada paciente y de cada cicatriz. No será lo mismo en correcciones quirúrgicas con anestesia general que con técnicas de consulta. Siempre es recomendable un presupuesto personalizado.
Si quieres eliminar esta cicatriz que tanto tiempo llevas contigo consulta con los especialistas de Quirónsalud, nuestros expertos buscarán el mejor tratamiento para tu caso.
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