Los miomas uterinos son tumores benignos que se pueden desarrollar en diferentes zonas del útero, llegan a afectar a casi el 50% de las mujeres a partir de los 40 años y siguen suponiendo la causa más frecuente de indicación quirúrgica por patología benigna en la especialidad de Ginecología y Obstetricia.


Síntomas de los miomas uterinos

No todos los miomas uterinos deben recibir tratamiento, sólo aquellos que den síntomas importantes y que alteren la vida diaria de las mujeres que los sufren. Algunos de esos síntomas pueden ser:


Dificultades al orinar y defecar

Cuando el volumen del mioma es tan grande que no permiten al resto de órganos vecinos como la vejiga y el recto, cumplir adecuadamente su función, llamados bulk-symptoms o "síntomas por presión".


Reglas muy abundantes y dolorosas

Que pueden generarte una anemia y hacer que estés muy cansada todo el día.


Dolor durante el acto sexual


Tipos de miomas uterinos

Los miomas uterinos pueden desarrollarse pegados completamente a las paredes o separados a través de un fino cordón llamado pedículo.


Existen 3 tipos de miomas uterinos según su localización en el útero:


Miomas subserosos

Son los que aparecen bajo la capa más externa del útero (llamada serosa) y crecen hacia fuera, formando un bulto sobre la superficie uterina.


Miomas intramurales

Se desarrollan en el espesor de la pared del útero y crecen hacia dentro, aumentando el tamaño del mismo. Esta alteración del tamaño puede apreciarse en un examen ginecológico. Son los más comunes.


Miomas submucosos

Son los que nacen y crecen bajo las capas internas (llamadas submucosa y endometrio) del útero. Son los miomas menos comunes y los que suelen causar los mayores problemas. Incluso un mioma submucoso muy pequeño puede dar lugar a un sangrado profuso y prolongado durante la menstruación.


miomas submucososmiomas submucosos


¿Cómo se eliminan los miomas?

Sólo aquellos miomas que produzcan síntomas y molestias a la paciente deben ser tratados.


Los tratamientos pueden ser múltiples y su elección dependerá de muchas variables como por ejemplo: los síntomas de la paciente, el tamaño del mioma, la edad, el deseo de futuros embarazos, preferencias de la paciente, etc.


Los tratamientos pueden dividirse en dos grandes grupos: la cirugía de extirpación y la embolización de arteria uterina.


CIRUGÍA DE EXTIRPACIÓN

Entre tipo de cirugías encontramos la miomectomía y la histerectomía. Ambas cirugías se pueden realizar por 3 vías diferentes: la vía abdominal entrando por el abdomen, la vía laparoscópica, que es menos invasiva, o por vía vaginal, entrando a través del propio útero (histeroscopia).


La miomectomía consiste en la extirpación exclusivamente del mioma, preservando el útero que será reconstruido durante la intervención. La práctica de una miomectomía no evita la posibilidad de que en el futuro vuelvan a aparecer nuevos miomas uterinos. Un 33% de las mujeres sometidas a una miomectomía requerirán posteriormente una histerectomía.


La histerectomía es la extirpación por cirugía del útero y ovarios (histerectomía total) o dejando los ovarios en su sitio (subtotal). Es una cirugía mayor, con sus posibles complicaciones inherentes al quirófano, anestesia general y muchos días de hospitalización. También requiere una convalecencia larga y un retorno muy lento a la actividad diaria normal.


EMBOLIZACIÓN DE ARTERIA UTERINA

La embolización de la arteria uterina es un procedimiento mínimamente invasivo para tratar miomas sin cirugía.


El procedimiento consiste en suspender el riego sanguíneo que llega a los miomas. De esta manera, los miomas no reciben "alimento" y reducen su tamaño.


La embolización de arterias uterinas (EAU) para el tratamiento no quirúrgico de los miomas sintomáticos fue realizada por primera vez en Francia en 1995. Después en 1997 se puso en marcha en USA y en los siguientes años (2000-2003) se popularizó por todo el mundo, con estudios de alta evidencia científica con un número muy alto de pacientes y comparativos favorables frente a histerectomía.


Embolización de miomas: alternativa actual a la cirugía de extirpación

Actualmente, y desde hace más de 20 años, existe una alternativa a la cirugía de histerectomía, con demostrada seguridad y eficacia en el tratamiento de los miomas, como es la embolización de las arterias uterinas.


¿Qué es y cómo se hace una embolización de miomas?

Es un procedimiento mínimamente invasivo que se realiza con anestesia local o epidural (no es necesaria la anestesia general) mediante una punción en la ingle o en la muñeca.

Guiado por un equipo sofisticado de rayos X, el Radiólogo Intervencionista "navega" con un catéter por el sistema arterial hasta las arterias uterinas, e intrduce las micropartículas en las arterias del área a tratar.

Al finalizar el procedimiento te podrás ir a casa tras 24-48 horas de vigilancia en el hospital, dependiendo de si tienes puesto todavía el catéter epidural o no. La mejoría de los síntomas comienza a la semana del procedimiento, y el máximo de mejoría se logra aproximadamente a los 3-6 meses. La mejoría clínica en los pacientes tratados con embolización se consigue en el 85-90% y se mantiene así durante 5 a 10 años.


Mejoría clínica de los síntomas 90%

Puede darse el caso en el que vuelvan a aparecer síntomas por la aparición de un nuevo mioma o porque los tratados inicialmente vuelven a crecer. Esto puede ocurrir en un 10% de situaciones, pero no te preocupes, se puede repetir la embolización sin problemas.


Casos de reaparición de miomas 10%

La reincorporación a tu vida diaria y normal se producirá en unos pocos días, pero eso sí, es muy probable que sientas dolor pélvico y náuseas en los primeros días en casa, que se mitiga fácilmente con medicación habitual en pastillas, y luego tendrás citas con tu ginecóloga/o una vez a la semana, luego al mes, cada 3 a 6 meses durante el primer año, para valorar tu evolución.

Todo ello conlleva una mejoría clara en la calidad de vida a las mujeres tratadas mediante este procedimiento mínimamente invasivo, que han reportado un nivel de satisfacción de 9/10, y según los más recientes estudios europeos y americanos, y la mayoría de las mujeres tratadas con embolización, se lo recomendaría a su mejor amiga.



Confianza en tu ginecólogo

Si tienes un mioma que te está provocando síntomas, debes acudir a tu ginecóloga/o y preguntar por las opciones de tratamiento que puede tener tu caso.


No todos los miomas son iguales en cuanto a tamaño o localización. Según esas y otras características se puede optar por un tratamiento o por otro (médico, quirúrgico o embolización). Lo ideal es que haya un grupo o comisión de especialistas que evalúen tú situación y la mejor opción de tratamiento para ti, desde sus experiencias y conocimientos.


Pero recuerda que tú siempre debes tener la última palabra en la decisión a tomar conociendo todas las posibilidades de terapia.