Vamos a hablar de cómo se forman y se desarrollan los vínculos afectivos en la infancia y para ellos recurriremos a una de las más consolidadas y famosas teorías sobre el tema. La teoría del apego.

El médico, psiquiatra y psicoanalista inglés John Bowlby fue quién elaboró la famosa teoría del apego. Esta clásica teoría se considera una explicación válida del desarrollo afectivo humano.

Gracias a su trabajo con niños que sufrían diferentes problemas emocionales y niños en instituciones sin familia, describió la importancia del vínculo estable con los padres o con los cuidadores principales.¿Cómo se forman los vínculos afectivos en la infancia?

Según Bowlby, los datos de sus investigaciones demostraban que los seres humanos son más felices y pueden desarrollar mejor sus capacidades cuando saben que tras ellos hay una o más personas en las que pueden confiar y que acudirán en su ayuda si está en dificultades. A la figura en la que se confía la llamó "figura de apego". Esta persona en la que se puede confiar, a la que se tiene apego, proporcionaría una base segura desde la que poder aprender y explorar el mundo.
El niño desea vinculares a sus cuidadores principales, ya que de ello dependerá su supervivencia. La diferencia en la formación del apego la va a marcar que los cuidadores estén presentes y atentos a las necesidades vitales y emocionales del niño.

En la infancia, esta figura de apego puede estar presente, puede estar ausente o estar solo parcialmente presente. El tipo de presencia que tenga la persona en la que el niño confía va a ser determinante en el funcionamiento de la personalidad del niño en vías de desarrollo.

El niño/niña se formará unas expectativas sobre las relaciones humanas, sobre si se puede confiar o no en las personas y en el mundo. Es decir, las experiencias que cada niño tiene afectarán en mayor o menor medida a sus expectativas de hallar o no una base segura en sus relaciones, así como en su capacidad de iniciar y mantener relaciones gratificantes con otras personas.

En definitiva, el patrón de apego con los cuidadores principales en nuestra infancia va a determinar que confiemos más o menos en las personas, que sepamos o no asociarnos con personas que nos traten bien o mal.

Este es el motivo, según Bowlby de que el patrón de relaciones familiares que una persona experimente durante su infancia sea de crucial importancia para el desarrollo emocional del niño y el desarrollo de su personalidad.

Además, gracias a estudios recientes sabemos que las representaciones de apego formadas en la niñez persisten en un porcentaje alto en la vida adulta. Y que estas representaciones adultas condicionan e influyen poderosamente en cómo será la calidad de los cuidados que se dispensemos a nuestros propios hijos.
En próximas entradas en el blog hablaremos de los tipos de apego y de cómo fomentar en nuestros menores el llamado apego seguro, el más saludable para el desarrollo de los niños/as.

Bibliografía: Vínculos afectivos: formación, desarrollos y pérdida. J. Bolwby 1995

Dr. Francisco Javier Bonilla Rodríguez
Psicólogo clínico del Servicio de Psiquiatría de los hospitales universitarios Fundación Jiménez Díaz y Rey Juan Carlos y especialista en Psicología Deportiva.