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La Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Universitari Dexeus no es solo un lugar donde los pacientes con enfermedades graves reciben cuidados médicos altamente especializados; es también un entorno de vida y esperanza. Esta percepción se ha fortalecido a través de un cambio de paradigma en la atención, centrado en la humanización, el bienestar y la comodidad de pacientes y familiares.


Conscientes de la importancia del apoyo emocional en el proceso de recuperación, la UCI del Hospital Dexeus ha transformado sus dinámicas. Los horarios extendidos de visita, desde las 11 de la mañana hasta las 7 de la mañana del día siguiente, buscan favorecer un acompañamiento casi continuo que, además de reducir la ansiedad de las familias, refuerza el vínculo entre los seres queridos y el equipo de atención. Estas visitas permiten a los familiares no solo acompañar a sus allegados, sino también colaborar en su cuidado, ayudando en tareas como el aseo, la alimentación y la fisioterapia, lo que crea una experiencia de atención integral y humana.


Uno de los elementos más innovadores y valiosos es la posibilidad de ofrecer a los pacientes un breve paseo al aire libre cuando su estado lo permite. Supervisados cuidadosamente por enfermeras y médicos, este pequeño cambio de escenario, aunque breve, tiene un impacto profundo en la salud emocional de los pacientes y sus familias, ya que les ofrece una valiosa inyección de energía y esperanza.


El pasado 16 de octubre, el equipo de la UCI del Hospital Universitari Dexeus organizó una jornada dedicada a la humanización de estos cuidados. El evento destacó el compromiso de la unidad en cuidar la salud mental y emocional de los pacientes, familiares y el propio personal, reconociendo que este equilibrio entre los tres es fundamental para el buen funcionamiento del servicio. Los profesionales de la UCI compartieron la visión de trabajar en las "7 líneas estratégicas de humanización" que se enfocan en estos tres vértices de la salud, interrelacionándose para crear una experiencia de atención única.

La jornada concluyó con la emotiva participación de dos ex-pacientes de la UCI, José Eduardo Barbero y Àngel Llàcer, quienes compartieron sus testimonios sobre el trato recibido durante su estancia en la unidad. Ambos describieron la empatía y la dedicación del equipo de cuidados intensivos, lo cual transformó su experiencia en un proceso lleno de humanidad y respeto. Estas experiencias refuerzan el mensaje de que la UCI no es simplemente un lugar de tratamiento médico, sino un espacio de apoyo y cuidado en el que el equipo se esfuerza por brindar vida y esperanza.


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