Apneas del sueño: cuando dormir deja de ser un descanso

Dormir bien no siempre es sinónimo de dormir muchas horas. Para millones de personas, el descanso nocturno se ve interrumpido por pausas en la respiración llamadas apneas del sueño. Aunque a menudo pasan desapercibidas, estas pausas pueden tener importantes consecuencias para la salud y la calidad de vida.
¿Qué son las apneas del sueño y qué tan frecuentes son?
Las apneas del sueño son interrupciones temporales de la respiración mientras dormimos. Pueden durar desde unos pocos segundos hasta más de un minuto, y repetirse decenas o incluso cientos de veces por noche. La más común es la apnea obstructiva del sueño (AOS), provocada por el colapso parcial o completo de las vías respiratorias superiores durante el sueño.
La apnea del sueño afecta a aproximadamente un 20-30% de la población adulta, aunque muchos casos no están diagnosticados y es más común en hombres, personas con sobrepeso, y en mayores de 40 años. Sin embargo, puede aparecer en cualquier grupo, incluso en niños.
¿Por qué es un problema?
Las apneas interrumpen el sueño profundo y reducen el oxígeno en sangre. Esto puede conllevar consecuencias en la salud como:
- Somnolencia diurna y dificultad para concentrarse.
- Riesgo aumentado de accidentes de tráfico y laborales.
- Hipertensión, problemas cardiovasculares y aumento del riesgo de ictus.
- Alteraciones metabólicas, como resistencia a la insulina.
- Deterioro cognitivo y del estado de ánimo
¿Cómo sé sufro apneas del sueño?
Muchas personas que sufren apnea del sueño no lo saben, ya que ocurre mientras duermen. Sin embargo, hay señales y síntomas que pueden hacerte sospechar:
- Ronquidos fuertes y persistentes, a menudo interrumpidos por pausas en la respiración.
- Despertares con sensación de ahogo o falta de aire.
- Somnolencia excesiva durante el día, incluso después de una noche aparentemente larga.
- Dolores de cabeza al despertar.
- Irritabilidad, cambios de humor o dificultad para concentrarse.
- Sueño poco reparador, con sensación de cansancio constante.
Muchas veces, son las parejas o familiares quienes notan las pausas en la respiración o los ronquidos preocupantes.
Diagnóstico y tratamiento de la apnea
El diagnóstico se realiza mediante estudios del sueño, siendo el más habitual la polisomnografía nocturna, que registra parámetros como la respiración, el ritmo cardíaco y la oxigenación mientras el paciente duerme.
Una vez confirmado el diagnóstico, el tratamiento dependerá de la gravedad del caso y de las características anatómicas del paciente. Los casos de apnea leve no requieren de tratamiento, sino que simplemente se realizan una serie de recomendaciones de hábitos de vida saludables.
Ante una apnea moderada o severa, el tratamiento más común y de primera elección es el uso de una máquina CPAP (presión positiva continua en la vía aérea). Este dispositivo mantiene las vías respiratorias abiertas mediante una ligera presión de aire administrada por una mascarilla. A pesar del buen control de la apnea que permite el CPAP, no todos los pacientes lo toleran bien ya que puede resultar incómodo y difícil de mantener a largo plazo.
DISE: una mirada personalizada a las causas de la apnea
En los casos donde el CPAP no es bien tolerado, o cuando se considera un tratamiento quirúrgico, se puede realizar una prueba diagnóstica clave: la DISE (Drug Induced Sleep Endoscopy) o Endoscopia del Sueño Inducido por Fármacos.
Tal y como nos explica el Dr. Johan León Ulate del Institut Roura en Hospital Quirónsalud Barcelona "consiste en inducir un sueño artificial (con sedación controlada) y observar mediante una endoscopia flexible el comportamiento dinámico de las vías aéreas superiores. Permite ver dónde y cómo se produce la obstrucción respiratoria durante el sueño, algo que no se puede evaluar con precisión estando despierto". Todo ello queda grabado, registrado para que el paciente por sí mismo pueda visualizar la procedencia de su ronquido.
Según los hallazgos de la DISE, se pueden proponer las siguientes soluciones:
- Dispositivos de avance mandibular, útiles si la obstrucción se produce a nivel de la lengua. En definitiva, férulas personalizadas que se colocan en la boca durante el sueño, similares a un protector bucal. Su función principal es adelantar ligeramente la mandíbula inferior, lo que a su vez desplaza la lengua hacia adelante y mantiene abierta la vía aérea superior, especialmente a nivel de la base de la lengua y la zona faríngea.
- Cirugías específicas (como uvulopalatoplastia, reducción de base de lengua o cirugía nasal).
- Tratamientos combinados si se observa que la obstrucción ocurre en varios puntos (por ejemplo: nariz, paladar y base de lengua al mismo tiempo). En esos casos, puede ser necesario combinar distintas estrategias terapéuticas.
Las ventajas del DISE según nos cuenta el Dr. León son que "permite un diagnóstico más preciso y personalizado y guía la decisión sobre el tratamiento quirúrgico o alternativo más adecuado" Asimismo "ayuda a identificar candidatos que no responderán bien al CPAP siendo especialmente útil en casos de apnea leve o moderada, o cuando hay sospechas de obstrucción en varios niveles de la vía aérea".
En el caso de que tengas alguna sospecha acerca de tus posibles ronquidos, la revisión de un profesional siempre es la mejor opción, quién podrá evaluar tu caso y analizar todas las opciones terapéuticas disponibles que pueden puede marcar la diferencia entre seguir durmiendo mal… o volver a descansar de verdad.