Quirónsalud
Blog del Área de Genética y Biología Molecular de Quirónsalud
Las tasas de sobrepeso y obesidad casi se han triplicado desde 1975 y han aumentado casi cinco veces en niños y adolescentes, afectando a personas de todas las edades y de todos los grupos sociales alcanzando proporciones epidémicas.
La Organización Mundial de Salud (OMS) define la obesidad como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. Es una enfermedad crónica, metabólica y progresiva que aumenta el riesgo de padecer otras enfermedades.
Según las estimaciones de la OMS, en 2016, más de 650 millones de adultos tenían obesidad (el 13% de la población adulta mundial).
La causa de la obesidad en la mayoría de los casos se da por un aumento de la ingesta calórica, acompañada de poca actividad física, además de muchos otros factores:
• GENÉTICOS: la obesidad genética nos predispone a la localización de la grasa corporal, a la cantidad que almacenamos, a como transformamos los alimentos en energía, a la regulación del apetito y a la quema de calorías durante el ejercicio.
• ENTORNO: familia, amistades, residencia, trabajo, economía familiar...
• ALIMENTACIÓN: dieta poco saludable (muchas calorías, comida rápida, grandes cantidades, pocas frutas y verduras…).
• SEDENTARISMO: falta de actividad física y exceso de pantallas.
• CAUSAS MÉDICAS: hipotiroidismo, síndrome de Cushing, síndrome de Prader-Willi, síndrome de ovario poliquístico (SOP), artritis...
• MEDICAMENTOS: antidepresivos, antipsicóticos, anticonvulsivos, betabloqueantes, anticonceptivos, esteroides…
• EDAD: puede darse en cualquier etapa de la vida, pero su prevalencia aumenta progresivamente con la edad por los cambios hormonales y un estilo de vida menos activo.
• DEJAR DE FUMAR: optar por los alimentos para hacerle frente y ralentización del metabolismo.
• SUEÑO: dormir mal, poco o demasiado causa cambios hormonales que aumentan el apetito.
• ESTRÉS: ansiedad por comer y alteración de la hormona del cortisol lo que provoca más ganas de comer.
La obesidad es un factor de riesgo para otras enfermedades y puede hacer que disminuya nuestra calidad de vida, por ello es tan importante prevenir la obesidad:
• Enfermedades cardiovasculares.
• Diabetes tipo 2.
• Ciertos cánceres.
• Complicaciones articulares.
• Problemas digestivos.
• Apnea del sueño.
Dado el alarmante crecimiento del sobrepeso y obesidad en nuestra sociedad tenemos que hacer diagnósticos precoces de esta patología y establecer medidas para prevenir la obesidad, y aun tratándose de una obesidad genética, podemos hacerle frente, para ello existen pruebas que aportan información útil sobre las causas del sobrepeso y obesidad, el control de la ingesta, la quema de calorías y el riesgo de diabetes.
Una alimentación saludable, un aumento de actividad física y cambios de hábitos acorde a las circunstancias del paciente puede mejorar o prevenir la obesidad.
El día mundial de la obesidad se celebra todos los 4 de marzo desde el año 2020.
Es un día importante para concienciar a la población sobre una alimentación saludable, informar sobre los riesgos del peso excesivo y evitar el estigma hacia las personas con sobrepeso u obesidad.
El Día Mundial contra la Obesidad tiene como objetivo combatir la dieta alta en grasa y azúcares tan habitual en todo el mundo y proporcionar soluciones para ayudar a las personas a mantener un peso saludable y revertir la obesidad:
• Nutrición como pilar de tratamiento.
• Cambio de hábitos en la alimentación y actividad física y no en el peso.
• No contar kilocalorías.
• Técnicas culinarias adecuadas y atractivas.
• Hábitos saludables desde la infancia.
Maria Maestre Tamaral, Dietista-Nutricionista clínica en Hospital Digital Quirónsalud.
La evolución de la medicina se encamina a tratamientos cada vez más personalizados que respondan a las características de cada paciente. Gracias a los avances en genética, se puede profundizar en las características de la alopecia.
La alopecia androgenética es la más abundante y aunque es más frecuente en varones también afecta a muchas mujeres. Cursa con un adelgazamiento progresivo del cabello que acaba cayendo y, en consecuencia, reduciendo la densidad de algunas zonas del cuero cabelludo.
La alopecia androgenética afecta a más del 40 % de los varones en España. Suele iniciarse a edades tempranas (entre los 20 y los 30 años) y responde a factores genéticos y hormonales. El patrón más habitual en hombres es el retraso de la línea frontal que muchas veces se acompaña de pérdida en el vertex o coronilla.
La alopecia genética se puede tratar con diferentes principios activos que ayudan a frenar la caída y mejorar el grosor del cabello. Entre los fármacos más utilizados están el minoxidil y los antiandrogénicos como la dutasterida o la finasterida, pero existen más de 30 principios activos útiles en medicina capilar. Es muy importante un correcto diagnóstico para orientar el mejor tratamiento en cada paciente. Aún con un diagnóstico preciso cada paciente puede responder de forma diferente a la medicación según sus características genéticas. Hay que tener en cuenta que la alopecia androgenética no se cura por lo que los tratamientos son crónicos.
Es un test que se puede realizar con una muestra de sangre o saliva y que permite predecir cual será la respuesta de cada paciente a los diferentes tratamientos disponibles para la alopecia genética. También puede orientar sobre la dosis a utilizar de modo que se puede personalizar el tratamiento para que resulte más efectivo en cada persona.
Disponer de esta prueba es un gran avance en el tratamiento tanto de la alopecia genética como de otros tipos, ya que aumenta la efectividad y se evita el uso de fármacos que no den buenos resultados en algunos pacientes.
Dr. José Luis Martínez Meseguer, Director del Instituto Quirúrgico Capilar de Centro Médico Teknon.
La infertilidad, definida como la incapacidad de lograr un embarazo después de 12 meses o más de relaciones sexuales regulares sin protección, afecta aproximadamente al 15 % de las parejas en edad reproductiva a nivel mundial. Este fenómeno representa no solo un desafío médico, sino también una fuente de estrés psicológico y conflictos interpersonales para quienes desean concebir. Aunque la infertilidad puede tener su origen en factores relacionados con el hombre, la mujer o una combinación de ambos, este artículo se centra en las causas de infertilidad en la mujer, ofreciendo una visión integral de los mecanismos fisiológicos y las condiciones médicas que pueden dificultar la concepción y el embarazo. Nuestro objetivo es proporcionar información clara y basada en evidencia científica útil tanto para profesionales de la salud como pacientes, facilitando así un diálogo informado sobre el diagnóstico y tratamiento disponibles.
Es necesario desmitificar la infertilidad en la mujer, promoviendo un entendimiento más profundo de sus causas y enfatizando la importancia de una evaluación médica temprana y completa. Esto no solo puede aumentar las posibilidades de éxito reproductivo, sino también mejorar significativamente la calidad de vida de las mujeres afectadas por esta condición.
Las principales causas de infertilidad en la mujer pueden clasificarse en varias categorías, cada una con sus características y desafíos específicos. Las más comunes son:
Estos trastornos son una de las principales causas de infertilidad femenina, ya que impiden la liberación regular de óvulos desde los ovarios. Pueden deberse a varias condiciones, como el síndrome de ovario poliquístico (SOP), la disfunción tiroidea, o los niveles elevados de prolactina, entre otros.
La endometriosis ocurre cuando el tejido que normalmente reviste el interior del útero crece fuera de este. Esta enfermedad de la que cada vez se habla más, puede causar dolor, menstruaciones irregulares y puede afectar la fertilidad al obstruir las trompas de Falopio, alterar su movilidad o modificar el funcionamiento normal del útero y los ovarios.
Las obstrucciones o daños en las trompas de Falopio pueden impedir que los óvulos y los espermatozoides se encuentren, lo que dificulta o imposibilita la fecundación. Estas obstrucciones pueden ser el resultado de infecciones o cirugías previas.
Algunas patologías del endometrio tales como pólipos o miomas submucosos, pueden interferir con la implantación del óvulo fertilizado o con la fertilidad en general. Su impacto en la fertilidad depende de su tamaño y ubicación.
Incluye problemas con el moco cervical que dificultan el paso de los espermatozoides a través del cuello uterino o cérvix hacia el útero.
Es una condición en la que los ovarios presentan múltiples pequeños quistes, a menudo debido a un desequilibrio hormonal. El SOP puede causar períodos irregulares y dificultar la ovulación.
También conocida como fallo ovárico prematuro, es una condición en la que los ovarios dejan de funcionar normalmente antes de los 40 años, lo que puede resultar en una disminución de la fertilidad. Se asocia habitualmente a la baja reserva ovárica.
Las anomalías en la forma o en la estructura del útero, como el útero bicorne o septado, útero en "T" o infantil, pueden dificultar el embarazo o aumentar el riesgo de aborto espontáneo.
La edad es un factor importante en la fertilidad femenina. A medida que una mujer envejece, la cantidad y la calidad de sus óvulos disminuyen, lo que puede dificultar la concepción al presentar una baja reserva ovárica asociada a la edad.
El tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, el estrés extremo, la exposición a ciertos químicos y radiación, y el sobrepeso o bajo peso pueden afectar negativamente la fertilidad.
Estas causas de infertilidad pueden presentarse solas o en combinación y su diagnóstico preciso es esencial para el desarrollo de un plan de tratamiento adecuado. La evaluación y el manejo de la infertilidad femenina requieren un enfoque integral que considere todos los factores potenciales que pueden estar contribuyendo a la dificultad para concebir.
Las pruebas para determinar la fertilidad femenina son una parte crucial del proceso de evaluación de parejas que enfrentan dificultades para concebir. Estas pruebas ayudan a identificar la causa subyacente de la infertilidad, permitiendo así recomendar el tratamiento más adecuado. Entre ellas encontramos como más destacadas:
La elección de las pruebas depende de la historia clínica y los síntomas específicos de cada mujer. En muchos casos, se comienza con pruebas menos invasivas, y según los resultados, se pueden recomendar procedimientos adicionales.
Conviene recalcar que, a día de hoy y con la aparición de nuevas tecnología y avances científicos, es posible manejar con una probabilidad éxito muy alta, los factores causantes de infertilidad.
Dr. Rodrigo Orozco Fernández, jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia de Hospital Quironsalud Málaga
En la búsqueda de una alimentación saludable y equilibrada, es fundamental conocer cómo nuestro cuerpo reacciona ante ciertos alimentos. Las intolerancias alimentarias son una condición que afecta a muchas personas y que pueden manifestarse de diferentes maneras. En este sentido, el Test de Intolerancia Alimentaria A200 se ha convertido en una herramienta importante en el área de nutrición para identificar los alimentos que pueden estar causando molestias o problemas de salud.
Existen varios tipos de pruebas de intolerancia alimentaria, y cada una tiene su enfoque y metodología. Algunos de los procedimientos más comunes incluyen:
El Test de Intolerancia Alimentaria A200 se realiza mediante una extracción de sangre, similar a un análisis de rutina. La muestra se envía a un laboratorio especializado donde se analizan los anticuerpos IgG frente a una amplia variedad de alimentos. Los resultados se interpretan por un profesional de la salud capacitado, como un nutricionista, y se utilizan para diseñar un plan de alimentación personalizado.
Cualquier persona que sospeche de una intolerancia alimentaria o que experimente síntomas persistentes como dolor abdominal, hinchazón, fatiga, problemas de piel o alteraciones digestivas puede realizar este test.
Como profesional en el área de nutrición recomiendo a muchos pacientes realizarse el Test A200 ya que proporciona numerosos beneficios, como la personalización del plan alimentario, la identificación precisa de los alimentos intolerados, el alivio de los síntomas y la mejora general de nuestra salud y bienestar. Al conocer qué alimentos afectan negativamente a los pacientes, podemos tomar decisiones informadas sobre la alimentación y realizar los ajustes necesarios para evitar los alimentos problemáticos y promover una mayor calidad de vida.
Es importante tener en cuenta que, antes de realizar cualquier prueba de intolerancia alimentaria, es recomendable consultar con un profesional de la salud, como un nutricionista, quien evaluará la necesidad y pertinencia del test en cada caso particular. Un enfoque integral y personalizado nos ayudará a comprender mejor nuestra relación con los alimentos y a tomar medidas adecuadas para mejorar nuestra salud y bienestar.
Por Kateryna Chaykovska
Nutricionista del Departamento de Medicina Integrativa de Olympia-Grupo Quirónsalud.
En los últimos años, los especialistas han detectado que cada vez se sufren más intolerancias alimentarias. De hecho, podríamos decir que alrededor de un 20 % de la población puede llegar a padecerlas en algún momento de su vida. Este es el motivo por el que conviene conocerlas y aprender a identificarlas.
Las intolerancias alimentarias se dan cuando el organismo no puede asimilar o digerir correctamente un alimento o uno de sus componentes debido a déficits enzimáticos, no interviene el sistema inmunitario.
Los síntomas son complicados de detectar ya que suelen ser moderados y no afectan de igual manera a todas las personas. Entre los más comunes podemos destacar:
El único tratamiento efectivo es eliminar de la dieta el alimento en cuestión.
Actualmente, es posible realizarse un estudio de intolerancias alimentarias genéticas mediante un test, en el que, a partir de una muestra de sangre, se pueden diagnosticar estas patologías y, además, descartarlas con un 99 % de seguridad si el resultado es negativo.
Cuando se trata de alergias alimentarias, sí está implicado el sistema inmunológico, que propicia una reacción adversa al alimento porque lo reconoce como un elemento dañino. En estos casos, los síntomas se presentan de manera rápida y fuerte.
La lactosa es el principal azúcar de la leche y de los derivados lácteos. Se degrada en el intestino delgado gracias a la lactasa, una enzima que la descompone en dos azúcares sencillos: la glucosa y la galactosa.
Cuando la producción de esta enzima es insuficiente, la lactosa no se digiere de forma adecuada y provoca la aparición de los síntomas comunes en las intolerancias alimentarias. Para evitar esta reacción, se deben eliminar de la dieta los lácteos.
La intolerancia al gluten como tal no existe, podemos hablar de celiaquía, que es una enfermedad autoinmune, multisistémica y crónica. Esto quiere decir que nuestro cuerpo confunde las proteínas del gluten (gliadina y glutenina), presentes en el trigo, el centeno, la cebada y la avena contaminada, con una amenaza y las ataca, destrozando las vellosidades del intestino delgado y causando malabsorción de nutrientes. En estos casos, se debe llevar una dieta sin gluten estricta, independientemente de sus síntomas, ya que en esta enfermedad no hay grados.
La sensibilidad al gluten no celiaca (SGNC) es un trastorno no alérgico relacionado con el gluten. Podemos decir que es lo más parecido a las intolerancias alimentarias, en las que algunos pacientes tienen síntomas de enfermedad celíaca, pero sus pruebas médicas dan resultados normales o negativos.
La sacarosa, es el azúcar común, un disacárido compuesto por fructosa y glucosa, naturalmente presentes en vegetales y frutas. La encima encargada de metabolizar la sacarosa es la sacarasa. La ausencia de esta enzima es la que causa el problema de la intolerancia alimentaria. Los síntomas son similares al resto de intolerancias.
La fructosa es un monosacárido presente en muchos alimentos como en la miel, las frutas, las verduras, los procesados, los refrescos light y los productos para diabéticos.
En este caso se pueden dar dos tipos de intolerancias alimentarias:
Para tratar estos casos, la dieta deberá estar exenta de fructosa, de sacarosa y de sorbitol, que se transforma en fructosa en el organismo.
Esta intolerancia está causada por déficit de la enzima DAO (encargada de eliminar la histamina), lo que hace que se acumule en nuestro cuerpo.
Además de producirla nuestro organismo, está presente en multitud de alimentos (cítricos, tomate, nueces, berenjena, espinaca, soja, garbanzos, trigo, embutidos, conservas de pescado, marisco, lácteos fermentados, la clara del huevo, bebidas alcohólicas, mostaza, vinagre, curry…).
La salud digestiva es algo que tenemos que cuidar, ya que existen multitud de patologías a nivel gastrointestinal como hemos visto anteriormente con los diferentes tipos de intolerancias alimentarias. La mayoría se pueden prevenir mediante el estudio de la nutrigenética, que cada vez está ganando más terreno en este campo.
Para concienciar sobre su importancia y promover la prevención de las enfermedades digestivas, el 29 de mayo se celebra el Día Mundial de la Salud Digestiva, impulsado por la Organización Mundial de Gastroenterología (WGO).
María Maestre Tamaral
Dietista-Nutricionista clínica en Hospital Digital de Quironsalud.
La genética no solo condiciona el aspecto físico y los rasgos de una persona, también determina nuestra predisposición a padecer determinadas enfermedades. Conocer nuestro ADN permite realizar una medicina preventiva que afronte con tiempo los posibles riesgos y que nos ayude a mantenernos sanos. En este blog, expertos en genética y en enfermedades hereditarias ofrecen las herramientas para conocer el funcionamiento de nuestro ADN y cómo afecta a nuestra salud.
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