Quirónsalud Málaga pone en marcha una Unidad de Psiquiatría Infanto-Juvenil

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• El 50% de los trastornos psiquiátricos aparecen por primera vez antes de los 14 años y más del 70% comienzan antes de los 18.
• Dirigida por el Dr. Jesús Herrera bajo la coordinación de la Dra. Eva Flordelís, tratará patologías como el Trastorno del Espectro Autista, el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, el Síndrome de Gilles de la Tourette, el bajo rendimiento escolar o los trastornos del sueño en niños.

"La trascendencia de la psiquiatría infantil y juvenil se refleja en que la mitad de los trastornos aparecen por primera vez antes de los 14 años y más del 70% comienzan antes de los 18; por lo que una intervención y detección precoces son las claves para mejorar la calidad de vida en el futuro", apunta el doctor Jesús Romero Imbroda, jefe del Servicio de Neurología de Quirónsalud Málaga. Surge, por tanto, la necesidad de crear dispositivos específicos que aborden estas patologías desde un punto de vista integral y ofrezcan soporte a estas situaciones de elevado impacto en nuestra sociedad, como es el caso de la Unidad de Psiquiatría Infanto-Juvenil que acaba de poner en marcha el equipo de Neurología del Hospital.

La nueva Unidad de Psiquiatría Infanto-Juvenil y de Enfermedades del Neurodesarrollo supone una incorporación pionera en la sanidad privada de la región, con la que se trata de dar solución a una creciente demanda de patologías asociadas a la salud mental en el menor, como el Trastorno del Espectro Autista, el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, el Síndrome de Gilles de la Tourette, el bajo rendimiento escolar o los trastornos del sueño en niños, etc.

Asimismo, esta consulta, de la que es responsable el doctor Jesús Herrera Imbroda bajo la coordinación de la doctora Eva Flordelís Lasierra, se encargará de la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de los trastornos mentales y del neurodesarrollo que aparecen en la infancia y la adolescencia, así como aquellos de comienzo en esta etapa de la vida pero que después continúan en la edad adulta.

¿Cómo funciona la Unidad?

"Esta unidad atiende y da solución a patologías que van desde los trastornos del desarrollo neurológico, como discapacidades intelectuales, dificultades de comunicación, déficit de atención e hiperactividad, trastorno específico del aprendizaje, trastornos motores, etc.; a los relacionados con la depresión, la ansiedad, la alimentación, el sueño y el estrés; así como otros menos frecuentes del espectro psicótico, como la bipolaridad o la esquizofrenia", destaca el doctor Jesús Herrera Imbroda.

Una vez que se solicita la consulta o el paciente es derivado por otro profesional a la Unidad de Psiquiatría Infanto-Juvenil, "en la primera cita, se realiza una evaluación psiquiátrica del niño o adolescente, que comprende una anamnesis exhaustiva, exploración psicopatológica, estudio del desarrollo psicomotor y psicobiografía del paciente y su familia; pudiendo ser necesario el uso de escalas y cuestionarios psicométricos", explica la doctora Eva Flordelís. Tras un primer análisis, en esa primera consulta, "se ejecuta una aproximación diagnóstica y se propone un primer plan de tratamiento, que puede ser psicoterapéutico, psicofarmacológico o combinado", concluye.

La Unidad de Psiquiatría Infanto-Juvenil y Enfermedades del Neurodesarrollo trabaja de forma conjunta con otras unidades del hospital, especialmente con Neuropsicología, Neuropediatría, Neurología y Psicología Clínica, de cara a realizar un abordaje multidisciplinar, así como la realización de aquellas técnicas diagnósticas o terapéuticas que en cada caso sean de aplicación, teniendo en cuenta siempre la patología a tratar, el nivel de desarrollo del paciente, sus propios intereses y preferencias y los de la familia.

¿Cómo saber cuándo acudir a esta consulta?

Según los expertos, existen múltiples señales que han de hacer sospechar a los padres de que su hijo necesita ayuda psicológica o psiquiátrica. En líneas generales, "si el niño o adolescente presenta dificultades mantenidas en el tiempo en el desempeño de sus actividades cotidianas académicas, sociales o familiares, debería ser siempre motivo de atención específica por un especialista", advierte la doctora Eva Flordelís.