El Hospital Universitario General de Villalba supera las 2.000 intervenciones mínimamente invasivas para tratar cálculos urinarios

- Con tasas de éxito superiores al 90% en el caso de la ureteroscopia y del 80% en la nefrolitotomía percutánea, ambas técnicas mínimamente invasivas permiten tratar incluso los casos más complejos con una rápida recuperación
- El centro villalbino combina tecnología de última generación, alta especialización clínica y un modelo asistencial centrado en la atención integral, desde el diagnóstico hasta el seguimiento postoperatorio
La litiasis urinaria presenta una prevalencia creciente a nivel mundial, y se ha convertido en una de las principales causas de consulta en las urgencias urológicas hospitalarias. Su origen multifactorial, que abarca desde los hábitos de vida poco saludables hasta la predisposición genética o la presencia de enfermedades metabólicas, la convierte en una patología tan frecuente como persistente. Su manifestación más común, el cólico renal, genera un dolor intenso que interrumpe la vida cotidiana y requiere atención médica urgente. Pero más allá del episodio agudo, la litiasis supone un reto clínico de largo recorrido que puede derivar en infecciones, deterioro renal y repetidas intervenciones si no se trata correctamente.
En este contexto, el Hospital Universitario General de Villalba -hospital público de la Comunidad de Madrid- ha consolidado una amplia experiencia en el tratamiento mínimamente invasivo de esta patología. Gracias a la ureteroscopia y la nefrolitotomía percutánea, su Servicio de Urología ha llevado a cabo ya más de 2.000 procedimientos desde la apertura del centro, resolviendo casos complejos con eficacia, seguridad y una clara mejora en la calidad de vida de los pacientes.
Para ello, el hospital villalbino aplica dos técnicas punteras que han sustituido prácticamente a la cirugía abierta tradicional: la ureteroscopia, ya sea rígida o flexible, que permite acceder al tracto urinario a través de la uretra, sin realizar cortes externos, para fragmentar y extraer los cálculos con láser de holmio.
"Con la ureteroscopia flexible llegamos a cualquier punto del riñón con gran maniobrabilidad, lo que nos permite tratar incluso litiasis en zonas de difícil acceso con mínima agresión", explica el Dr. José Emilio Hernández, jefe del Servicio de Urología del centro. En cambio, cuando las piedras son de gran tamaño, múltiples o coraliformes, se recurre a la nefrolitotomía percutánea, que accede al riñón mediante una pequeña incisión en la región lumbar. El cálculo se fragmenta con láser o energía ultrasónica y se extrae bajo visión directa. "Es el tratamiento de elección para piedras grandes, con tasas de éxito muy elevadas y una recuperación que poco tiene que ver con la cirugía renal clásica", añade el especialista.
Alta tecnología para una intervención más segura y eficaz
Ambos procedimientos se benefician del equipamiento quirúrgico avanzado con el que cuenta el Hospital Universitario General de Villalba: ureteroscopios digitales, cámaras de alta resolución, fuentes de luz LED, irrigación automatizada, sistemas de aspiración, catéteres inteligentes y láseres de última generación. "En algunos casos utilizamos dispositivos de un solo uso que reducen la posibilidad de infecciones cruzadas y garantizan la fiabilidad del instrumental", destaca el Dr. Hernández.
Además, en la nefrolitotomía percutánea se emplean nefroscopios miniaturizados que permiten trabajar con incisiones cada vez más pequeñas. "Hemos implementado técnicas sin drenaje externo en los casos seleccionados, lo que reduce el dolor, el riesgo de infección y acorta aún más la estancia hospitalaria", apunta.
Por otra parte, aunque clásicamente se asociaba a personas de mediana edad, el perfil de paciente con litiasis urinaria se ha diversificado. "Hoy en día vemos muchos jóvenes con hábitos alimentarios desequilibrados, bajo consumo de agua o exceso de proteínas animales, lo que favorece la formación de piedras", explica el urólogo. A esto se suma el aumento de patologías metabólicas como obesidad, diabetes tipo 2 o hipertensión, que elevan el riesgo de cálculos y complican su manejo.
Las indicaciones más frecuentes para intervenir son el cólico renal no resuelto, las infecciones urinarias de repetición, la hematuria persistente o los cálculos de gran tamaño que no se expulsan espontáneamente. Como señala el jefe del Servicio de Urología del hospital villalbino, "muchos pacientes han sufrido varios episodios antes de llegar a una solución definitiva, y cuando les explicamos que pueden librarse del problema con una técnica segura y rápida, cambia por completo su actitud".
Volumen quirúrgico sostenido con resultados clínicos positivos
El Servicio de Urología del General de Villalba realiza más de 200 ureteroscopias al año, el 60 por ciento rígidas y el 40 por ciento flexibles, así como unas 30 nefrolitotomías percutáneas anuales, manteniendo una actividad estable desde hace más de cinco años. La mitad de las ureteroscopias se llevan a cabo en régimen ambulatorio. "La tasa libre de litiasis tras ureteroscopia supera el 90 por ciento y en nefrolitotomía percutánea ronda el 80 por ciento. En los pocos casos donde hay fragmentos residuales, se planifican sesiones complementarias para completar el tratamiento", aclara el Dr. Hernández.
Las complicaciones graves son poco frecuentes. La fiebre y la infección urinaria pueden aparecer en hasta un 10 por ciento de los casos, y el sangrado con necesidad de transfusión se mantiene por debajo del 5 por ciento. "El riesgo es mayor cuanto más grande y proximal sea el cálculo, pero en general son procedimientos muy seguros, incluso en pacientes mayores o con comorbilidades", subraya.
Seguimiento individualizado y prevención de recurrencias
Uno de los pilares del modelo asistencial es el seguimiento clínico tras la cirugía. "El objetivo no es solo quitar la piedra, es entender por qué se formó y prevenir nuevas litiasis. Para eso analizamos la composición del cálculo, pedimos estudios metabólicos y ofrecemos pautas dietéticas personalizadas", detalla el urólogo.
Este enfoque integral permite mejorar el pronóstico y reducir la necesidad de nuevas intervenciones. "La litiasis es una enfermedad con tendencia a la cronicidad. Abordarla bien desde el primer episodio evita daños renales a largo plazo y mejora la calidad de vida del paciente", concluye el Dr. Hernández.
El Hospital Universitario General de Villalba ha apostado desde sus inicios por una urología mínimamente invasiva, resolutiva y centrada en el paciente. La experiencia acumulada en el manejo de la litiasis urinaria por parte de su especializado cuadro médico, junto a la incorporación de tecnología puntera y un modelo asistencial ágil, respaldan la trayectoria consolidada del centro en el tratamiento integral de esta patología.
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