Una deshidratación leve puede descompensar al paciente renal

Una deshidratación leve puede descompensar al paciente renal

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21 de julio de 2025
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. La enfermedad renal crónica (ERC) afecta a más del 10 % de la población adulta y es una de las patologías más silenciosas, pero potencialmente graves del aparato renal y cuyos cuidados deben extremarse durante el verano ya que el calor, la deshidratación y los cambios de rutina pueden empeorar el estado de los pacientes.

"En los meses de calor, el riesgo de deshidratación aumenta considerablemente, y esto puede provocar un deterioro agudo de la función renal en personas que ya tienen los riñones comprometidos", explica el doctor Edduin Miguel MartínEste enlace se abrirá en una ventana nueva, jefe del Servicio de Nefrología del Hospital Quirónsalud Tenerife.Este enlace se abrirá en una ventana nueva

La enfermedad renal crónica

La ERC es una alteración progresiva e irreversible de la función renal. Se diagnostica cuando la tasa de filtrado glomerular (TFG), que indica cuán bien funcionan los riñones, se sitúa por debajo de 60 ml/min durante más de tres meses o si hay daño estructural persistente detectable por pruebas médicas.

"Las principales causas de la enfermedad renal crónica", detalla el doctor Martín, "son la diabetes mellitus, la hipertensión arterial mal controlada, las enfermedades autoinmunes, las enfermedades hereditarias como la poliquistosis renal o el uso crónico de medicamentos como los antiinflamatorios y suele afectar más a personas mayores de 60 años, pacientes diabéticos, hipertensos o con enfermedades cardiovasculares".

El verano, una amenaza silenciosa para los riñones

Durante los meses estivales, el aumento de la temperatura provoca una mayor pérdida de líquidos a través del sudor. En la población general esto puede corregirse fácilmente con la ingesta de agua, pero en pacientes renales el equilibrio hídrico y electrolítico es más delicado.

"Una deshidratación leve en estos pacientes puede derivar en calambres, bajadas de tensión o incluso una lesión renal aguda, que en algunos casos puede ser irreversible", advierte el nefrólogo del Hospital Quirónsalud Tenerife.

El especialista recomienda evitar salir en las horas centrales del día, utilizar ropa ligera y mantener una hidratación adecuada según la fase de la enfermedad. "En personas que toman diuréticos o antihipertensivos, es especialmente importante revisar la medicación con su médico, ya que el calor puede potenciar sus efectos y provocar hipotensión", incide el doctor Martín.

Señales de alarma y consejos para enfermos renales crónicos en verano

Entre los síntomas que deben poner en alerta a los pacientes o sus familiares se encuentran la disminución de la orina, fatiga extrema, hinchazón en piernas o rostro, náuseas, mareos o cambios bruscos en el peso corporal.

En cuanto a la alimentación, el doctor Martín recuerda que "no todos los líquidos son iguales ni todas las frutas están indicadas". Se aconseja priorizar el agua frente a refrescos o zumos industriales, y consumir frutas como manzana, pera o sandía en porciones controladas.

Además, es fundamental limitar el consumo de alimentos ultraprocesados, como embutidos, comidas preparadas, refrescos de cola y aderezos industriales, ya que suelen contener cantidades elevadas de sodio, fósforo y potasio oculto, advierte el especialista.

Aunque tradicionalmente se ha restringido el consumo de frutas y verduras por su contenido en potasio, las recomendaciones actuales abogan por una evaluación individualizada, priorizando una dieta cardiosaludable basada en alimentos frescos y naturales.

Las personas en tratamiento con hemodiálisis o diálisis peritoneal requieren una vigilancia aún más estricta. Deben ajustar su ingesta de líquidos, incluso contando cubitos de hielo o gelatinas, no modificar la pauta alimentaria sin consultar con el especialista y mantener su agenda de sesiones de diálisis, aunque estén de vacaciones.

"En ningún caso se debe suspender una sesión de diálisis por motivos vacacionales. Existen recursos para seguir el tratamiento en otros centros, pero saltarse una sesión puede poner en riesgo la vida del paciente", insiste el nefrólogo.

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