Quirónsalud Infanta Luisa advierte de que los cambios hormonales pueden duplicar el riesgo de lesiones musculoesqueléticas

Quirónsalud Infanta Luisa advierte de que los cambios hormonales pueden duplicar el riesgo de lesiones musculoesqueléticas

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3 de diciembre de 2025
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El Hospital Quirónsalud Infanta LuisaEste enlace se abrirá en una ventana nueva de Sevilla alerta de que los cambios hormonales que experimentan las mujeres a lo largo de su vida (ovulación, menstruación, embarazo, posparto, perimenopausia y menopausia) ejercen un impacto directo sobre las articulaciones, los músculos y los ligamentos. Aunque muchos de estos síntomas se perciben como "normales", Lola F. F. Bursón, reumatóloga del Hospital Quirónsalud Infanta LuisaEste enlace se abrirá en una ventana nueva, afirma que pueden ser la primera señal de una alteración musculoesquelética o agravar enfermedades reumáticas previas.

La doctora Lola BursónImagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contextoLa doctora Lola Bursón

"Durante estas etapas hormonales, es frecuente que aparezca dolor articular o muscular más persistente, rigidez prolongada al despertar, hinchazón o sensación de inestabilidad en las articulaciones, además de cansancio, insomnio o irritabilidad" advierte la especialista, quien señala que "estos síntomas no deben considerarse normales cuando alcanzan una intensidad que interfiere con la vida diaria, limitan la actividad física o se acompañan de inflamación, situaciones en las que se recomienda consultar con un especialista".

En este sentido, la doctora Bursón recuerda que "los cambios hormonales pueden llegar a destapar enfermedades reumáticas previamente ocultas", incidiendo en que buscar una valoración reumatológica es especialmente recomendable cuando el dolor articular "dura más de un mes", sobre todo, "si empeora en la madrugada, si aparece inflamación persistente o repetitiva de alguna articulación, si la rigidez matutina supera la media hora, si una enfermedad reumática estable empeora o si surge un dolor o debilidad musculoesquelética tan intensa que afecta a la movilidad".

La reumatóloga explica que las distintas etapas hormonales influyen de forma diferente en las lesiones musculoesqueléticas. Durante la vida fértil, por ejemplo, la ovulación puede aumentar el riesgo de lesiones en ligamentos, tendones y articulaciones, mientras que el síndrome premenstrual y la menstruación reducen la coordinación y amplifican la percepción del dolor. También se sabe que "los estrógenos pueden destapar enfermedades del sistema inmune, como el lupus sistémico", comenta.

En los trastornos hormonales que persisten, como la amenorrea o el síndrome de ovario poliquístico, el riesgo de lesiones es "mayor". Durante el embarazo y la lactancia, además, son más frecuentes las crisis de lumbago, la ciática y las tendinitis en hombros, codos y muñecas. Y es que, según la especialista, "la caída de los estrógenos y la producción de leche contribuyen a una pérdida de masa ósea que, no obstante, tiende a recuperarse cuando se realiza ejercicio posteriormente". "En el parto y el posparto también se observa un aumento del riesgo de complicaciones en mujeres con enfermedades autoinmunes como el síndrome antifosfolípido", añade.

En el caso de la perimenopausia y la menopausia, se trata de otra etapa especialmente sensible. La reducción de estrógenos aumenta el riesgo de artrosis, acelera la osteoporosis y puede agravar enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide. Tanto es así que Lola F. F. Bursón estima que el dolor articular afecta aproximadamente al 70% de las mujeres en esta etapa y que la artrosis posmenopáusica aparece hasta en un 31% de ellas. La mayor frecuencia de estos problemas en mujeres se debe a una combinación de factores biológicos que predisponen a determinadas enfermedades reumáticas.

Para paliar los efectos secundarios de estos cambios hormonales, la doctora Bursón recomienda realizar ejercicio físico "con un entrenamiento que incluya trabajo de fuerza de impacto moderado a alto, ejercicios de equilibrio y ejercicio aeróbico o cardiovascular", al tiempo que llevar una alimentación correcta como la dieta mediterránea "reduce la inflamación sistémica, lo cual mejora los síntomas articulares y autoinmunes". Asimismo, la especialista indica que los suplementos y la medicación reumatológica, según la necesidad individual de cada paciente o la terapia hormonal sustitutiva, ayudan a reducir estos efectos adversos.

Con todo esto, el Hospital Quirónsalud Infanta LuisaEste enlace se abrirá en una ventana nueva reafirma su compromiso con la salud de la mujer, recordando la importancia de no normalizar el dolor articular y de consultar ante cualquier síntoma persistente. La identificación temprana de los efectos de los cambios hormonales permite prevenir lesiones, controlar la evolución de las enfermedades reumáticas y mejorar la calidad de vida en todas las etapas vitales.

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