Fobias
¿Cuáles son los tipos de fobias? Toda la información sobre las causas, los síntomas y los tratamientos de estos trastornos psicológicos.
Síntomas y causas
Una fobia es un miedo irracional, desproporcionado y persistente ante objetos y situaciones que representan poco o nulo peligro real. El miedo no aparece solo ante la presencia del objeto o situación, sino que puede anticiparse. Pese a que la persona sea consciente de la irracionalidad del miedo, no puede controlarlo.
La diferencia entre miedo y fobia es que el miedo es una herramienta adaptativa, un mecanismo natural de protección ante peligros reales. Es pasajero y no produce una alteración funcional importante. La fobia, por el contrario, es permanente y sí supone una interferencia significativa en la vida normal. La mayoría de los miedos se inician en la infancia, una época en la que estos son frecuentes. Normalmente suelen desaparecer a medida que el niño madura cognitivamente, pero las fobias pueden mantenerse hasta la vida adulta.
El síndrome fóbico se suele presentar en tres fases:
- Ansiedad anticipatoria al imaginar el estímulo fóbico.
- Pánico en el momento de la exposición.
- Conductas de evitación posteriores para mitigar la ansiedad anticipatoria.
Se clasifican comúnmente tres tipos de fobias:
- Agorafobia: miedo a salir de casa sin compañía y temor por los espacios públicos, especialmente aquellos donde hay mucha gente o no son familiares, como transportes públicos o centros comerciales.
- Fobia social: angustia por las situaciones donde la persona se siente expuesta a los demás y tiene miedo a ser juzgada, como hablar en público o acudir a un evento.
- Fobias específicas: temores a situaciones u objetos específicos. Aquí se incluyen:
- Zoofobia: fobia a los animales, como las arañas (aracnofobia), los perros (cinofobia) o las serpientes (ofidiofobia).
- Fobia a entornos naturales: miedo a situaciones relacionadas con la naturaleza, como a las alturas (acrofobia) o a las tormentas (bratofobia).
- Fobia a sangre y heridas (hematofobia) y a inyecciones (tripanofobia).
- Fobias situacionales, como miedo a los espacios cerrados (claustrofobia), a ir al colegio (fobia escolar), a separarse de las figuras de apego (trastorno de ansiedad por separación), a la oscuridad (nictofobia) o a volar en avión (aerofobia).
Síntomas
Los síntomas más habituales ante el estímulo de la fobia son los siguientes:
- Sentimiento de miedo intenso.
- Sudoración.
- Taquicardia.
- Respiración acelerada y dolor en el pecho.
- Temblores y escalofríos.
- Pensamientos desproporcionados.
- Náuseas.
- Intento de huida.
- En niños, es habitual los lloros y la negativa a separarse de sus padres o acercarse al estímulo.
Causas
Las fobias suelen estar causadas por tres factores principales:
- Experiencias negativas directas o indirectas: la persona ha presenciado o vivido en primera persona una situación desagradable o traumática relacionada con el estímulo de la fobia.
- Comportamiento aprendido: por modelado de las fobias de otras personas, por las advertencias constantes de los padres contra una situación o por la información que se recibe en los medios de comunicación.
- Predisposición individual: alta sensibilidad, dificultades para socializar y poca tolerancia a la frustración.
Factores de riesgo
Entre las condiciones que aumentan la probabilidad de desarrollar una fobia se incluyen:
- Antecedentes familiares.
- Personalidad sensible, dependiente y con poca autonomía.
- Malas experiencias que se repiten.
- Sobreprotección familiar.
Complicaciones
Las fobias pueden llegar a ser muy limitantes para quien las padece. Puede sufrir trastornos del estado de ánimo, así como provocar una gran tensión en los seres queridos, que se ven en el papel de protectores continuamente. Además, las conductas de evitación pueden llevar al aislamiento social, ya que la persona intenta alejarse de los objetos y situaciones que le provocan miedo. Asimismo, el comportamiento mostrado durante el ataque de pánico puede provocar rechazo e incomprensión en los demás.
Prevención
Durante la infancia, es posible tomar algunas medidas para procurar que un niño con miedos normales no desarrolle fobias:
- Tratar el miedo con naturalidad, evitando la sobreprotección y fomentando que el niño solucione las dificultades él mismo.
- Evitar el refuerzo positivo ante el miedo y solo celebrar las acciones dirigidas a superarlo.
- No presionar ni reñir al niño para que supere el miedo.
- No apelar al estímulo del miedo como amenaza para controlar el comportamiento del niño.
- Evitar inculcarle los miedos propios.
- Seleccionar películas, lecturas o espectáculos apropiados para su edad.
¿Qué médico trata las fobias?
Las fobias son evaluadas y tratadas en las consultas de psicología clínica y psiquiatría.
Diagnóstico
El diagnóstico de una fobia se realiza con una evaluación clínica por parte del profesional en Psicología clínica, en la que, en base al comportamiento y las reacciones que manifiesta el paciente, se determina si se trata de un simple miedo o de una fobia. Para confirmar la fobia, el temor y la evitación deben interferir de modo significativo en la vida normal del paciente. Asimismo, especialmente en el caso de niños y adolescentes, se estudia la comorbilidad con otros cuadros psiquiátricos, como los trastornos del espectro autista o la psicosis.
Tratamiento
Las fobias se tratan principalmente con terapia psicológica:
- Terapia de exposición: consiste en exponer al paciente de forma gradual al estímulo que desencadena la fobia mientras se aplican técnicas de relajación y herramientas para manejar la ansiedad. Asimismo, se hace una reestructuración del pensamiento para mostrar la irracionalidad del miedo y combatir las ideas catastrofistas del fóbico. Este proceso se denomina desensibilización sistemática.
- Tratamiento farmacológico: en ocasiones, se pueden utilizar medicamentos como apoyo a la terapia, para reducir los síntomas de ansiedad y pánico. Se pueden administrar durante el tratamiento inicial o en situaciones específicas si la terapia no es suficiente.
- Betabloqueantes: inhiben los efectos de la adrenalina, responsable de los síntomas físicos de la ansiedad (taquicardias, sudoración o temblores).
- Ansiolíticos: actúan sobre el sistema nervioso central produciendo un efecto calmante.
- Antidepresivos: actúan sobre los neurotransmisores que intervienen en la respuesta de estrés del cuerpo y en el estado de alerta.