Infecciones de transmisión sexual (ITS)
¿Cuáles son las ITS más frecuentes? Información sobre los síntomas, la prevención y el tratamiento de las infecciones de transmisión sexual.
Síntomas y causas
Las infecciones de transmisión sexual (ITS) son enfermedades producidas por el desarrollo de microorganismos en los tejidos o los fluidos del cuerpo que se contraen únicamente por contacto sexual, ya sea vaginal, anal u oral.
Este tipo de patologías se propagan fácilmente debido a que, en muchas ocasiones, no presentan síntomas en sus fases iniciales. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada día, más de un millón de personas de entre 15 y 49 años contrae una ITS. Por este motivo es tan importante su detección precoz.
Las bacterias, los virus, los hongos o los parásitos que causan la infección suelen pasar de una persona a otra a través de la sangre, el semen o el flujo vaginal.
El pronóstico de las ITS es variable, ya que algunas infecciones remiten fácilmente cuando se sigue el tratamiento adecuado, mientras que para otras no existe una cura definitiva.
Síntomas
A pesar de que los síntomas de las infecciones de transmisión sexual son diferentes dependiendo del tipo que se padezca, los signos de alarma más habituales son:
- Secreción anormal por la uretra.
- Flujo vaginal diferente al habitual.
- Llagas o ampollas en los órganos sexuales, el ano o la boca.
- Inflamación de los ganglios linfáticos cercanos a la zona en la que aparecen las ronchas.
- Inflamación y dolor pélvico.
- Dolor testicular.
- Escozor o picor en la vagina o el pene.
- Ardor al orinar.
- Dolor al defecar.
- Sangrado vaginal después de mantener relaciones sexuales que no está relacionado con la menstruación.
- Amenorrea (ausencia de menstruación).
- Sangrado excesivo durante la menstruación.
- Dolor vaginal durante las relaciones sexuales.
- Vulvovaginitis: inflamación de los genitales femeninos.
- Balanitis: inflamación del glande.
Causas
Las infecciones de transmisión sexual se producen por:
- Virus: herpes genital (VHS), virus del papiloma humano (VPH), molluscum contagiosum, hepatitis A, B y C, virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), citomegalovirus, virus de Epstein-Barr.
- Bacterias: gonorrea, clamidiasis, sífilis, gardnerella vaginalis, micoplasmas, chancro blando.
- Hongos: candidiasis.
- Parásitos: trichomona vaginalis, ladillas, piojos púbicos, sarna.
Factores de riesgo
Las probabilidades de contagiarse con una ITS aumentan en los siguientes casos:
- Relaciones sexuales con penetración sin uso de preservativo (incluido el sexo oral).
- Tener varias parejas sexuales.
- Antecedentes de infecciones de transmisión sexual.
- Bebés recién nacidos de madres infectadas, ya que se puede transmitir la enfermedad durante la gestación o en el momento del parto.
Complicaciones
Una infección de transmisión sexual, especialmente si no se detectan y tratan a tiempo, pueden derivar en:
- Infertilidad.
- Enfermedad inflamatoria pélvica.
- Cáncer de cuello de útero.
- Complicaciones en el embarazo.
- Nacimiento de un bebé con ITS.
Prevención
Para prevenir el contagio de infecciones de transmisión sexual es conveniente:
- Utilizar preservativos colocados correctamente en todas las relaciones sexuales.
- Evitar contactos sexuales de riesgo.
- Limitar el número de parejas sexuales.
- Realizar pruebas de detección de ITS con regularidad
¿Qué médico trata las ITS?
Las infecciones de transmisión sexual se tratan en la consulta de ginecología y obstetricia, urología, medicina interna o medicina familiar y comunitaria.
Diagnóstico
En la mayoría de los casos, las infecciones de transmisión sexual se diagnostican analizando los síntomas y observando la zona afectada. Para corroborarlo, se realizan las siguientes pruebas:
- Análisis de sangre y orina: detectan la presencia del agente infeccioso.
- Cultivo de fluidos: estudiar en el laboratorio una muestra procedente de las llagas o las úlceras permite conocer el tipo de ITS.
Tratamiento
En la mayoría de los casos, el tratamiento de las infecciones de transmisión sexual consiste en el uso de antibióticos o antivirales para combatir el agente que las provoca. Sin embargo, todavía no se ha encontrado un abordaje definitivo para algunas ITS, como el VIH o la hepatitis. En estos casos, es importante el diagnóstico precoz y la medicación para reducir los síntomas y mantener la enfermedad controlada.