Paperas
Todo sobre las causas, los síntomas y el tratamiento de la inflamación de las parótidas.
Síntomas y causas
Se conoce como paperas a la enfermedad infecciosa provocada por el virus paramixovirus, que entra al organismo por el aparato respiratorio. Una vez dentro, se puede extender a través de la sangre hacia cualquier tejido del cuerpo, pero lo más habitual es que afecte a las glándulas parótidas, encargadas de la producción de saliva. El principal síntoma de la enfermedad es la inflamación de estas glándulas, por lo que recibe el nombre de parotiditis.
El periodo de incubación de las paperas es de dos o tres semanas desde que se produce el contacto con el virus y el contagio se puede dar incluso antes de que aparezcan los síntomas. La transmisión se produce entre personas por medio de las secreciones que se expulsan al hablar, toser o estornudar, así como por el contacto directo con la saliva.
La incidencia de la parotiditis es mínima en España desde que se introdujo la vacuna en el calendario de vacunación en 1981. Además, los brotes cíclicos que surgían en adultos jóvenes se controlaron a partir de 1999 al dejar de utilizar las vacunas con la cepa Rubini tras comprobar su baja eficacia.
Síntomas
Los síntomas más característicos de las paperas son:
- Fiebre.
- Dolor de cabeza.
- Malestar general.
- Cansancio.
- Falta de apetito.
- Inflamación de las glándulas parotídeas, situadas a ambos lados de la cara, delante de las orejas. Esta hinchazón aparece varios días después de presentarse los síntomas anteriores, que pueden confundirse con la gripe común, y se mantiene de cinco a siete días.
Causas
La parotiditis se produce por contacto con el virus paramixovirus.
Factores de riesgo
El riesgo de contraer paperas aumenta en los siguientes casos:
- No estar vacunado.
- Estar en contacto con una persona con la enfermedad.
- Contacto estrecho con otras personas durante periodos largos: guarderías, colegios, universidades.
- Personal sanitario.
Complicaciones
No es habitual que la parotiditis cause complicaciones, aunque en ocasiones deriva en:
- Meningitis (inflamación de las meninges).
- Encefalitis (inflamación del encéfalo).
- Orquitis (inflamación de los testículos).
- Epididimitis (inflamación del epidídimo, tubo en el que se almacenan los espermatozoides).
- Nefritis (inflamación del riñón).
- Oforitis (inflamación de los ovarios).
- Miocarditis (inflamación del miocardio).
- Artritis (inflamación de las articulaciones).
Se debe vigilar con especial atención a los adolescentes varones con paperas, para evitar o tratar a tiempo la orquitis o la epididimitis, ya que se asocia con la pérdida de fertilidad. Sin embargo, no está demostrado que la oforitis produzca infertilidad.
Prevención
La prevención de las paperas se produce mediante la inmunización con vacunas con las cepas Jeryl-Lynn y RIT 4385, con una eficacia probada. En España, se administra la vacuna triple vírica (sarampión, rubeola y parotiditis) a los 12 meses y a los 3 o 4 años.
Los adultos no vacunados reciben dos dosis en un intervalo de 4 semanas. Si solamente recibieron una dosis con anterioridad, solo es necesaria una nueva dosis.
La vacunación frente a la parotiditis está desaconsejada en personas inmunodeprimidas y embarazadas.
¿Qué médico trata las paperas?
Por norma general, la parotiditis se diagnostica y trata en pediatría, ya que es una enfermedad más habitual en los niños y adolescentes. En el caso de los adultos, se trata en la consulta de medicina general.
Diagnóstico
El diagnóstico de las paperas es eminentemente clínico, ya que tiene unos síntomas muy característicos. El especialista estudia los síntomas además de observar y palpar las parótidas para comprobar su estado.
Si es necesario, se hace un análisis de sangre para detectar la presencia del virus en el organismo o indicios de que el organismo está luchando contra una infección (aumento de los anticuerpos).
Tratamiento
Al tratarse de una infección vírica, la parotiditis no tiene un tratamiento específico, ya que desaparece por sí sola. Los analgésicos y los antitérmicos contribuyen a calmar los síntomas. Además, se recomienda beber líquidos en abundancia y tomar alimentos blandos para evitar el dolor al masticar.


































































































