El pasado mes de noviembre, Quirónsalud lanzó el proyecto Scribe, una innovadora propuesta con la que el Grupo da un paso más en la transformación de la asistencia sanitaria en España, avanzando hacia un modelo completamente centrado en la humanización del cuidado médico. Este nuevo paradigma pone en el centro la relación entre médico y paciente, eliminando distracciones tecnológicas y tareas administrativas, de modo que los profesionales puedan concentrarse plenamente en la atención al paciente. Comprometidos con la experiencia de sus pacientes, el Hospital Quirónsalud Badalona ya ha implementado esta iniciativa en sus consultas.

Scribe se basa en tecnología de Inteligencia Artificial generativa para transcribir automáticamente las conversaciones entre médicos y pacientes. A través del reconocimiento de voz, se automatiza la entrada de datos en el sistema, se detectan los aspectos más relevantes para completar la historia clínica, se descarta la información no relacionada con el proceso asistencial, y se guía al profesional durante toda la consulta para que pueda enfocarse únicamente en el cuidado de la persona.

Este enfoque da lugar a un modelo de atención renovado, que promueve una interacción más cercana, mejora notablemente el aprovechamiento del tiempo en consulta y genera informes clínicos de mayor calidad. Estos informes se entregan al paciente una vez han sido revisados y aprobados por el especialista, garantizando una redacción clara, sin abreviaturas y de fácil comprensión, tanto para el paciente como para sus familiares.

Una consulta más humana: sin pantallas, sin barreras, sin interrupciones

Scribe refuerza el compromiso de Quirónsalud con una atención médica más humana, cercana y eficaz, acorde con los exigentes estándares de calidad del Grupo. En este modelo, la tecnología se convierte en una herramienta que apoya tanto al paciente como al profesional sanitario, facilitando la personalización y agilidad del proceso asistencial, sin convertirse en un obstáculo.

Durante la consulta, Scribe capta y analiza en tiempo real la conversación entre el médico y el paciente, ofreciendo sugerencias de pruebas o prescripciones basadas en la información intercambiada. El facultativo puede entonces proceder con la exploración física, ordenar estudios diagnósticos o pautar el tratamiento indicado. Tras revisar las recomendaciones del sistema, el médico valida o ajusta los datos, asegurando la precisión del registro clínico, que es tratado con máxima confidencialidad y almacenado de forma segura.