La radiología intervencionista ocupa un papel clave en el tratamiento de dos de los problemas más comunes de salud de la mujer, los miomas uterinos y las varices pélvicas. El dolor pélvico crónico es un problema muy frecuente en las mujeres.


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Una de sus principales causas es la presencia de varices en la pelvis, cuadro clínico que se denomina síndrome de congestión pélvica. La presencia de estas grandes venas dilatadas, varices, originan dolor insidioso localizado alrededor del útero, ovarios y la vulva. Su médico puede recetarle analgésicos para reducir el dolor y tratamientos hormonales para paliar la congestión venosa. En caso de que estos medicamentos no mejoren su problema, el síndrome de congestión pélvica debe ser tratado mediante embolización, una técnica mínimamente invasiva que eliminará el flujo venoso a las venas pélvicas enfermas.

Los miomas uterinos, son tumores benignos que crecen en la pared del útero. Las causas de la aparición de miomas no se conocen exactamente, aunque algunos expertos los han relacionado con una predisposición genética que condiciona mayor sensibilidad a hormonas. El tamaño de los miomas es muy variable, algunos llegan a ser del tamaño de un melón. En ocasiones pueden ser mayores, llegando a aumentar el tamaño del útero hasta un punto similar al de un embarazo. La embolización como tratamiento para los miomas se viene usando desde 1995, aunque la embolización de las arterias uterinas no es un procedimiento nuevo. Desde hace más de 20 años los radiólogos intervencionistas utilizan este tratamiento con gran éxito para tratar fuertes hemorragias postparto. Hoy, la embolización de miomas se lleva a cabo en hospitales de todo el mundo.