Quirónsalud

Saltar al contenido

Blog del Dr. Francisco Javier Bonilla Rodríguez. Psicólogo clínico del Servicio de Psiquiatría de los hospitales universitarios Fundación Jiménez Díaz y Rey Juan Carlos y especialista en Psicología Deportiva

  • Qué es y cómo puedo ayudar a alguien que está pasando por un duelo

    Elisabeth Kübler-RossEste enlace se abrirá en una ventana nueva fue una psiquiatra suiza que trabajó con personas en fase terminal y describió el proceso de duelo en cinco etapas:

    2020 06 09 Qué es y cómo puedo ayudar a alguien que está pasando por un duelo 1Imagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contexto2020 06 09 Qué es y cómo puedo ayudar a alguien que está pasando por un duelo 1


    • Negación: estado de incredulidad y confusión, "sensación de que no está pasando".
    • Ira: se comienza a tomar conciencia de la pérdida, aparecen diferentes emociones como rabia, hostilidad, irritabilidad y resentimiento, que pueden dirigirse hacia uno mismo o hacia personas del entorno, acompañado de culpabilidad por de lo que hizo o lo que no en la relación con el fallecido. Al mismo tiempo pude aparecer sensación de injusticia y dudas del tipo: ¿Por qué a mí?
    • Negociación: conviven la nostalgia por la pérdida y el compromiso de la recuperación personal. Es una etapa del afrontamiento en la que puede aparecer la culpa junto con la toma de conciencia de la realidad.
    • Depresión: aparecen sentimientos de vacío y dolor profundo por la pérdida, pero no necesariamente deriva en un trastorno depresivo.
    • Aceptación: La persona acepta la realidad, mira hacia el futuro y da nuevos significados a su vida. Coloca al fallecido y comienza una relación que no implica conexión física, pero si emocional, lo que produce una adaptación a la nueva realidad.

    Otro autor que se ha dedicado a trabajar con el duelo es J. William Worden, miembro de la Asociación Americana de Psicología, el cual describió las tareas que el doliente necesita resolver:

    • Aceptar la realidad de la pérdida. Consiste en asimilar el fallecimiento, a nivel racional "sé que la persona ha muerto y no va a volver" y emocional, que implica tolerancia de las emociones que esta situación genera.
    • Elaborar las emociones y el dolor de la pérdida. Esta tarea requiere identificar las emociones y expresarlasEste enlace se abrirá en una ventana nueva, sin juzgar, aceptando la tristeza, la pena y la culpa que pueden aparecer.
    • Adaptarse a un mundo en el que el fallecido ya no está. Implica la formación de una nueva parte de la identidad, "viudo", "huérfana"… que puede llevar a la asunción de nuevos roles para suplir los que realizaba la persona fallecida y resolver dificultades derivadas de la muerte, a la vez que se vuelve a realizar las actividades previas al fallecimiento. En ocasiones un duelo pude resultar en la creación de nuevas amistades, ampliando la red de apoyo. Esta etapa supone dar continuidad a la propia vida junto con una renovación.
    • Recolocar emocionalmente al fallecido. Esta tarea tiene que ver con continuar con la vida, sabiendo que no volverá a ser como antes, pero que se mantiene un vínculo emocional con el fallecido. En muchos casos puede aparecer miedo al olvido, sensación de deslealtad "por seguir con la vida como si nada hubiese pasado", pero la realidad es que todos los dolientes son conscientes de la pérdida, en esta fase se cambia la relación física que se mantenía con la persona a una relación emocional.

    Es importante tener en cuenta que las fases del duelo no ocurren necesariamente de forma sucesiva, sino que pueden darse varias al mismo tiempo, incluso retroceder. Lo mismo ocurre con las tareas, el orden, tiempo y la manera en que se realicen serán particulares de cada persona.

    El proceso de duelo es individual, no habiendo ni una forma correcta, ni una sola forma de producirse.

    Al igual que es importante conocer las fases y tareas del duelo, resulta fundamental hacer un buen acompañamiento, por lo que vamos a hacer una breve descripción sobre "qué decir y qué no", a una persona que está atravesando un duelo reciente:

    Qué no decir

    • "Es voluntad de Dios", "Todo sucede por una razón", "Está en un lugar mejor"… Los tópicos espirituales no ayudan a que la otra persona se perciba comprendida, sino que van dirigidos a disminuir o eliminar el dolor que percibimos en el otro y que nos angustia, lo que puede derivar en que quien está de luto no se sienta comprendido. Incluso si la otra persona comparte tus creencias, hay que tener cuidado con "dónde" se pone la responsabilidad de la muerte, ya que puede derivar en una crisis religiosa en el doliente.
    • "Ya era muy mayor", "Vivió una vida plena"… Saber que la persona vivió una vida larga o plena no mitiga el dolor dejado por su pérdida. No hay una edad buena para morir, siempre habrá momentos familiares, eventos... en los que el fallecido no va a estar.
    • "Ya han pasado unos días, deberías estar mejor"… No hay un calendario establecido para que el dolor pase, cada uno tiene un ritmo para resolver un proceso de duelo y demandar que se encuentre mejor solo dificulta que no pueda compartir su tristeza con los demás.
    • El tiempo todo lo cura"… El tiempo es importante para resolver un proceso de duelo, pero no es necesario ni suficiente, hay muchos casos en los que a los pocos días se puede tener colocada la muerte de un ser querido y otros en los que, aunque pasen los años, el malestar continua como el primer día. Es importante apoyar al doliente y dar un espacio para la expresión del malestar, sin importar cuánto tiempo ha pasado desde la pérdida.

    Frases que pueden ayudar en duelo

    • "No sé qué decirte"
    • "No sé cómo ayudarte, aunque me gustaría poder hacerlo"
    • "Me gustaría poder calmar tu dolor de algún modo"
    • "No puedo imaginarme lo que estás sintiendo, pero puedo estoy aquí por si quieres hablar"

    Reconocer ante una persona que la situación que está viviendo es difícil, que eres consciente de que no hay palabras que puedan calmar su malestar y darle espacio para que comparta su tristeza cuándo quiera, es el mejor de los apoyos que podemos ofrecer a un doliente.

    ‘Y entendí que lo que me esperaba no era seguir sin ti,

    era seguir contigo acompañándome desde otro lugar’

    Adela Sánchez-Escribano Martínez

    Residente de Psicología Clínica

    Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz

  • Si estoy triste, ¿tengo depresión?

    Comúnmente se piensa que estar triste implica tener depresión, pero la realidad es que son dos aspectos emocionales diferentes, en la medida en que, estar triste es una emoción adaptativa que todas las personas experimentan y estar deprimido es una enfermedad que solo algunas personas padecen.

    La tristeza es una de las emociones básicas que, junto con la ira, la alegría, el miedo, el asco y la sorpresa se van desarrollando a lo largo del crecimiento de los individuos, de forma que no nacemos con la capacidad para expresarla, pero este aprendizaje se produce muy tempranamente, entre los dos y los ocho primeros meses de vida ya están desarrolladas.

    2019 12 20 Si estoy triste, tengo depresión 2Imagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contexto2019 12 20 Si estoy triste, tengo depresión 2

    Las emociones tienen diferentes funciones, entre las que se encuentran:

    ·Función adaptativa: facilita el ajuste a nuevas condiciones del entorno.

    ·Función social: informa al otro sobre como estamos y permite a los demás anticipar nuestras conductas.

    ·Función motivacional: las emociones potencian y dirigen nuestras conductas.

    Debido a todo esto, la tristeza es adaptativa ya que permite que nos adaptemos a la situación que estamos viviendo, motiva y dirige nuestro comportamiento para realizar los cambios necesarios para encontrarnos mejor, además de informar a nuestro entorno sobre como nos sentimos y de esta manera facilita conductas de atención, acercamiento y cuidado por parte de los demás.

    Sin embargo, la depresión implica un estado emocional que es desadaptativo en la medida en la que no permite a la persona continuar con su rutina diaria y dirigirse a sus objetivos, bien por la intensidad de la tristeza y/o por la elevada frecuencia con la que aparece, pero además tienen que aparecer otros síntomas.

    De forma obligatoria para el diagnóstico de depresión la persona debe tener un estado de ánimo depresivo la mayor parte del día, casi cada día y/o manifestar disminución del interés en los eventos que habitualmente le gustaban, o un empobrecimiento en la capacidad para experimentar placer mientras las realiza, durante al menos dos semanas, junto con al menos cuatro síntomas entre los que están:

    ·Insomnio o necesidad excesiva de dormir.

    ·Conductas enlentecidas o por el contrario agitación, que sea observable por los demás.

    ·Fatiga, pérdida de energía.

    ·Sentimientos de inutilidad o de culpa, excesivos o inapropiados.

    ·Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o indecisión.

    ·Pensamientos recurrentes de muerte o de suicidio.

    A pesar de que hay unos criterios comunes para identificar esta enfermedad, la realidad es que las personas que la padecen pueden experimentar síntomas y estados completamente diferentes unas a las otras, incluso una misma persona que tiene diferentes episodios depresivos a lo largo de su vida, la forma en que los viva pueden no tener mucho en común.

    2019 12 20 Si estoy triste, tengo depresión 1Imagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contexto2019 12 20 Si estoy triste, tengo depresión 1

    Por todo lo anterior, la depresión en una enfermedad mental que requiere un tratamiento especializado, sin embargo en la práctica clínica lo que nos encontramos es, que desde el inicio de ésta hasta que la persona llega a las consultas de Salud Mental ha pasado por muchos sitios y tomado decisiones, que en pocas ocasiones han mejorado la situación en la que se encuentra, como pueda ser, tomar un tratamiento farmacológico que le ha recomendado un familiar porque a él le vino bien, haber acudido a personas que nada tienen de especialistas en busca de una cura inmediata, o por el contrario sentirse tan avergonzados por percibir que están pasando por un momento vital difícil que no pueden superar ellos mismos, retrasando la petición de ayuda.

    Por el contrario, la tristeza no requiere de tratamiento, pero también encontramos gente que ante esta emoción demandan, o mucho más peligroso, comienzan un tratamiento por su cuenta ante el malestar que perciben, devolviéndose a sí mismos el mensaje de que no es válido lo que están sintiendo, impidiendo que otros puedan acompañar, consolar y contener la emoción, además de no poder generar cambios en el entorno que resultarían muy adaptativos y beneficiosos.

    Es importante tener en cuenta estas diferencias para poder identificar los casos en que es necesario pedir ayuda a profesionales, de los que son estados habituales en las personas, pero en ambos casos es necesario permitirse atender a la emoción, escucharla y compartir con su entorno cómo se encuentran.

    "Las personas auténticas viven como sienten"


    Adela Sánchez-Escribano

    Residente del Servicio de Psicología

    Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz

  • Cómo la actividad física y el ejercicio ayudan a tratar y prevenir la depresión

    El término depresión, en el lenguaje coloquial, parece ser una palabra muy conocida y utilizada por la mayoría de la población. Solemos usarla como sinónimo de un estado de ánimo bajo puntual, incluso cuando tenemos un mal día… Pero, desde un punto de vista clínico, la depresión consiste en un síndrome claramente definido que resulta muy incapacitante para la persona que lo sufre.

    2018 12 10 Depresión y ejercicio 1Imagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contexto2018 12 10 Depresión y ejercicio 1

    La depresión engloba multitud de síntomas, pero los principales y necesarios para su diagnóstico son una profunda sensación de tristeza y la incapacidad de disfrutar. A estos síntomas le acompañan correlatos fisiológicos como insomnio, agitación, irritabilidad, pérdida o ganancia de peso acusados…

    La depresión es una enfermedad muy limitante y, de hecho, para la persona que la sufre puede serle imposible levantarse de la cama. Se pueden llegar abandonar las tareas cotidianas, el trabajo y el propio autocuidado, incluyendo por supuesto el ejercicio físico. Esto se entiende, ya que la persona se siente incapaz de llevar a cabo estas actividades y también ha perdido la capacidad de disfrutar de ellas; por lo tanto, la probabilidad de realizarlas se reduce mucho.

    En esta ocasión vamos a hablar del importante papel que juegan la psicología y el ejercicio físico en uno de los trastornos de más prevalencia en la actualidad. Tomando como referencia los programas de tratamiento para la depresión basados en el conductismo, se trataría de promover cambios que posibiliten al paciente acceder a estímulos positivos y a mejorar habilidades personales. La finalidad: acceder a un mayor número de estímulos positivos que resulten reforzantes.

    2018 12 10 Depresión y ejercicio 3Imagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contexto2018 12 10 Depresión y ejercicio 3

    El aumento de la actividad es un objetivo prioritario en el tratamiento de esta enfermedad mental, y el ejercicio físico en particular ha demostrado ser un tratamiento eficaz de la depresión. El ejercicio pautado y supervisado es una de las mayores ayudas, tanto para prevenir como para superar este trastorno del estado de ánimo. Hay que tener en cuenta que, además del refuerzo positivo, el ejercicio libera endorfinas que mejoran el ánimo y, en el plano interpersonal, proporciona un gran refuerzo social cuando se realiza en compañía de otras personas.

    Una de las metas fundamentales para la mejora de los síntomas es la recuperación de las actividades que hacía la persona antes de enfermar. Eso sí, poco a poco. Siempre se debe seguir un ritmo gradual en el aumento del nivel de actividad para asegurar el éxito de esta herramienta terapéutica. El ejercicio físico bien pautado, por profesionales tanto del deporte cómo de la salud, puede hacer que la persona vuelva a recuperar las buenas sensaciones, que vuelva a disfrutar y que se vuelva a sentir capaz.

    En esta ocasión nos hemos centrado en hablar de la activación conductual, y más en concreto, de la actividad física. Pero lo cierto es que, según la gravedad y duración de la depresión, se puede requerir de tratamientos multimodales que nos ofrezcan las mejores herramientas terapéuticas. Es importante ayudar al paciente con los problemas que suelen acompañar a este estado de ánimo, como las dificultades cognitivas, la activación fisiológica, las alteraciones de la alimentación, los problemas de sueño… La mejora de estas áreas es de gran utilidad, ya que suponen un gran impacto en el día a día del paciente.

    2018 12 10 Depresión y ejercicio 2Imagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contexto2018 12 10 Depresión y ejercicio 2

    En definitiva, la depresión como síndrome clínico supone un problema de gran prevalencia en la población, con tendencia a la recurrencia y a la comorbilidad. Es importante saber distinguir el estado de ánimo triste, que es normal y adaptativo, de la enfermedad incapacitante que supone la depresión. Debemos tratar de mejorar y prevenir este trastorno con todas las herramientas que nos ofrece la psicología, y entre estas herramientas, una de las más potentes es el ejercicio físico regular.



    Dr. Francisco Javier Bonilla Rodríguez

    Residente del Servicio de Psicología

    Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz

Buscador de Psicología y salud
Sobre este blog

Hábitos beneficiosos para nuestra salud mental y bienestar psicológico. Educación sobre nuestras emociones y pensamientos. Consejos para promover el bienestar psicológico...

Archivo del blog

La finalidad de este blog es proporcionar información de salud que, en ningún caso sustituye la consulta con su médico. Este blog está sujeto a moderación, de manera que se excluyen de él los comentarios ofensivos, publicitarios, o que no se consideren oportunos en relación con el tema que trata cada uno de los artículos.

Quirónsalud no se hace responsable de los contenidos, opiniones e imágenes que aparezcan en los "blogs". En cualquier caso, si Quirónsalud es informado de que existe cualquier contenido inapropiado o ilícito, procederá a su eliminación de forma inmediata.

Los textos, artículos y contenidos de este BLOG están sujetos y protegidos por derechos de propiedad intelectual e industrial, disponiendo Quirónsalud de los permisos necesarios para la utilización de las imágenes, fotografías, textos, diseños, animaciones y demás contenido o elementos del blog. El acceso y utilización de este Blog no confiere al Visitante ningún tipo de licencia o derecho de uso o explotación alguno, por lo que el uso, reproducción, distribución, comunicación pública, transformación o cualquier otra actividad similar o análoga, queda totalmente prohibida salvo que medie expresa autorización por escrito de Quirónsalud.

Quirónsalud se reserva la facultad de retirar o suspender temporal o definitivamente, en cualquier momento y sin necesidad de aviso previo, el acceso al Blog y/o a los contenidos del mismo a aquellos Visitantes, internautas o usuarios de internet que incumplan lo establecido en el presente Aviso, todo ello sin perjuicio del ejercicio de las acciones contra los mismos que procedan conforme a la Ley y al Derecho.