La exposición prolongada sin protección a sonidos por encima de los 90 decibelios puede ocasionar una pérdida precoz de la audición

La exposición prolongada sin protección a sonidos por encima de los 90 decibelios puede ocasionar una pérdida precoz de la audición

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30 de abril de 2025
Hospital Quirónsalud Toledoes/red-centros/hospital-quironsalud-toledo
Otorrinolaringologíaes/especialidades/otorrinolaringologia

Una exposición prolongada a sonidos intensos, por encima de los 90 decibelios, sin protección, especialmente cuando se tiene susceptibilidad genética. Son los principales factores que influyen en una pérdida de la audición precoz, una circunstancia que suele afectar a personas a partir de los 50 años pero que los especialistas comienzan a percibir que cada vez se da entre población más joven.

La doctora Bárbara Serrano Calleja, especialista en Otorrinolaringología del Hospital Quirónsalud Toledo, pone el foco en la prevención con motivo del Día Internacional de la Concienciación sobre el Ruido, que se celebra hoy, 30 de abril.

"Oigo, pero no entiendo". Es la frase, según la especialista, "más característica de un paciente con pérdida neurosensorial. Esta pérdida puede ser provocada, entre otras causas, por la exposición a ruidos fuertes, especialmente en pacientes que tienen cierta susceptibilidad genética".

El principal ámbito de riesgo ha sido tradicionalmente el ligado a la construcción "donde los trabajadores se encuentran expuestos a sonidos intensos y pulsátiles, como taladros, durante periodos prolongados", detalla.

Intensidad y duración en espacios de ocio

Sin embargo, añade Serrano, "los espacios de ocio, como fiestas, conciertos, discotecas o festivales se están convirtiendo en otros focos de riesgo ya que reúnen las dos condiciones principales: intensidad, con sonidos que se pueden encontrar por encima de los 140 decibelios, y duración, con exposiciones que superan las dos horas de exposición a esta intensidad de sonido".

"Incluso vemos pacientes que, posteriormente, después de una exposición así, presentan pitidos durante varias horas o incluso días, lo que denota que nuestro nervio auditivo se está quejando", añade.

Otro punto de atención: el uso de auriculares. "Personas que vemos que van por la calle con ellos, realizan acciones cotidianas como la compra con ellos y que pueden llegar a un uso por encima de las dos horas al día, dependiendo del volumen, tienen un nivel de exposición similar al del ámbito laboral", apunta la especialista.

"A mayor intensidad del sonido, menos tiempo de exposición se requiere para que pueda haber un daño en la cóclea, que es el órgano de audición desde el que se distribuyen los sonidos en base a los hercios", subraya la doctora Serrano.

"El daño más típico objetivado en una audiometría en la consulta es el escotoma en 4.000 hercios o caída de la audición en dicha frecuencia, lo que conocemos como un traumatismo acústico", continúa.

Consejos para la prevención

La principal recomendación es la prevención. "Lo ideal es intentar proteger nuestros oídos cuando sepamos que vamos a estar expuestos a este tipo de estímulos, bien con tapones o cascos, tratar de amortiguar el sonido y que nuestros oídos no perciban tanta intensidad, ya que, una vez se dé el traumatismo acústico, esta pérdida no es reversible", aconseja la especialista.

"Incluso existen ya relojes inteligentes que nos señalan cuándo estamos expuestos a una intensidad de sonido por encima de los 90 decibelios", defiende.

En caso de que ya hayamos comenzado a percibir algún tipo de pérdida auditiva, prosigue Serrano, "es muy importante acudir a un especialista para poder contar con un diagnóstico preciso, ver cuál es el tipo de pérdida y qué grado de pérdida se presenta y si hay que tomar alguna otra medida".

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