Afasia

¿Qué es la afasia? Todo sobre las causas, los síntomas, los métodos diagnósticos y los tratamientos para este trastorno del lenguaje.

Síntomas y causas

La afasia es un trastorno del lenguaje que se produce por una lesión neurológica y que puede afectar a la comprensión, la expresión oral, la lectura o la escritura. Puede aparecer de repente debido a un traumatismo en la cabeza, por ejemplo, o de forma progresiva como consecuencia de un tumor cerebral, entre otras causas.

Al surgir como consecuencia de una alteración en el cerebro, suele ir ligada a otros trastornos como la disartria (incapacidad de articular las palabras) o la apraxia del habla (imposibilidad de hacer los movimientos necesarios para hablar).

La clasificación de Geschwind divide la afasia en dos grandes grupos:

  • Afasia fluente: existe un problema de comprensión, pero las palabras se producen correctamente.
    • Afasia expresiva o de Broca: se manifiestan problemas para encontrar la forma de expresar lo que se piensa, por lo que se produce una falta de fluidez y errores de omisión, sustitución o adición.
    • Afasia transcortical mixta: se presenta en raras ocasiones. Es posible reproducir frases complejas, pero sin comprender su significado.
    • Afasia transcortical motora: el ritmo se mantiene en la comunicación, aunque con problemas para articular algunas palabras (adjetivos, pronombres o verbos). Por lo tanto, la expresión es simple y pobre.
    • Afasia global: es la más grave, ya que solamente se pronuncian algunas palabras, la comprensión está limitada y no se preserva la capacidad de leer ni escribir.
  • Afasia no fluente: normalmente, se comprende el mensaje, pero existen problemas para producir las palabras.
    • Afasia de Wernicke: el habla surge de forma fluida, aunque con numerosas parafasias (sustitución de unos sonidos por otros) y neologismos, además de errores sintácticos. Existen dificultades tanto en la comprensión auditiva como en la escrita, aunque en menor medida.
    • Afasia sensorial transcortical: la producción de sonidos es correcta, por lo que se mantiene un habla fluida y sin excesivas parafasias, aunque se suelen repetir las palabras utilizadas por la persona con la que se habla.
    • Afasia de conducción: impide repetir aquello que se oye. Al hablar, se presenta dificultad para encontrar las palabras de forma aislada y se sustituyen los sonidos, por lo que la comunicación es dubitativa y llena de interrupciones. La lectura se mantiene por significado y, a la hora de escribir, existen problemas para convertir los fonemas en grafemas.
    • Afasia anómica: se trata de un trastorno leve que permite mantener conversaciones normales en muchos casos. En ocasiones, los pacientes encuentran dificultades para encontrar las palabras (anomia) que expresen una idea o para comprender expresiones largas.
    • Afasia de conducción: el lenguaje es fluido y se comprende aquello que se oye, pero resulta imposible repetir las palabras que se escuchan. Normalmente, al intentar hacerlo se sustituyen unos fonemas por otros.

La recuperación de la afasia depende del motivo que causó la lesión neurológica y de su gravedad. Por norma general, los pacientes evolucionan favorablemente con ayuda de rehabilitación. No obstante, es difícil recuperar la capacidad de habla previa a la lesión.

Síntomas

Los síntomas de la afasia varían dependiendo de la zona del cerebro afectada y, por lo tanto, del tipo de patología que se manifieste. Los más comunes son:

  • Hablar o escribir de forma fluida, pero sin sentido.
  • Expresarse con frases cortas o con palabras sueltas.
  • Sustituir palabras o sonidos por otros.
  • Falta de comprensión oral y lectora.
  • Pronunciar palabras que no existen.
  • Dificultad para comunicar una idea.

Causas

La afasia es una consecuencia de una lesión cerebral producida, normalmente, en el lado izquierdo, ya que es el área que controla el lenguaje. Algunas de las causas de este daño en el cerebro pueden ser:

  • Accidente cerebrovascular (ictus).
  • Traumatismo craneoencefálico.
  • Infecciones.
  • Tumor cerebral.
  • Alzheimer.
  • Accidente isquémico o convulsiones, suelen provocar afasia transitoria.

Factores de riesgo

Aunque la afasia puede afectar a cualquier persona, existen algunos factores que aumentan el riesgo de padecerla:

  • Edad: es más frecuente a partir de los 60 años.
  • Hipertensión.
  • Hiperlipidemia (niveles elevados de grasa o lípidos en la sangre).
  • Hipercolesterolemia.
  • Diabetes.
  • Obesidad.
  • Tabaquismo.
  • Alcoholismo.

Complicaciones

La calidad de vida de los pacientes con afasia disminuye notablemente, ya que la comunicación está presente en todos los aspectos sociales. Además de afectar negativamente al ámbito laboral y académico, erosiona las relaciones personales y suele derivar en trastornos psicológicos como la depresión o el aislamiento.

Prevención

Adoptar un estilo de vida saludable contribuye a prevenir los accidentes cerebrovasculares y las enfermedades cardiacas por lo que, en cierta medida, se reduce el riesgo de sufrir afasia. Para ello, los especialistas recomiendan:

  • Llevar una dieta equilibrada y sana.
  • Practicar ejercicio regularmente.
  • Controlar la tensión arterial y los niveles de colesterol y lípidos.
  • Mantener un peso adecuado.
  • Dejar de fumar y limitar el consumo de bebidas alcohólicas.
  • Proteger la cabeza de los golpes en situaciones de riesgo (trabajo en obras, ciclismo, conducción en moto, patinaje, béisbol, etc.)

¿Qué médico trata la afasia?

El diagnóstico de la afasia suele realizarse por los neurólogos, mientras que los logopedas se encargan de su tratamiento.

Diagnóstico

Es habitual que la afasia se diagnostique durante el tratamiento de la lesión cerebral que la ha causado. Para conocer en profundidad la naturaleza del trastorno, los médicos solicitan las siguientes pruebas:

  • Resonancia magnética o tomografía computarizada: ofrecen imágenes de la lesión y su ubicación exacta.
  • Pruebas cognitivas: evidencian una alteración en la comprensión.
  • Exploración neuropsicológica: permiten determinar el grado de disfunción que presenta el paciente.
  • Test de Boston: valora el habla, la capacidad de conversación, la comunicación verbal y no verbal, la capacidad auditiva, las habilidades de escritura y la comprensión del lenguaje escrito.
  • Test de Token: evalúa la comprensión del lenguaje incluso cuando se habla correctamente.

Tratamiento

El tratamiento de la afasia varía dependiendo de la gravedad de la misma y de las características y necesidades de cada paciente. En los casos leves, la capacidad de expresión se recupera progresivamente de forma natural. Aun así, lo más habitual es que se necesite intervención médica:

  • Terapia de rehabilitación del habla y del lenguaje: ayuda a recuperar el lenguaje y la capacidad de comunicación y a suplir aquellas habilidades perdidas. Cuanto antes se comienza después de la lesión cerebral, mejores resultados se obtienen.
  • Tratamiento farmacológico: en algunos casos, los medicamentos que mejoran el flujo sanguíneo estimulan la regeneración de los neurotransmisores.
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