Eccema
¿Cuáles son los eccemas relacionados con la ocupación laboral? Toda la información sobre este trastorno de la piel.
Síntomas y causas
El eccema o dermatitis es una afección inflamatoria cutánea que provoca un proceso descamativo asociado a picor. La dermatitis es una de las enfermedades ocupacionales más comunes, derivada de la exposición a sustancias en el lugar de trabajo. Se trata, por tanto, de una dermatitis de contacto: la piel reacciona de forma anormal al entrar en contacto con un determinado agente, que puede ser de origen químico, biológico o sintético.
Las dermatitis laborales se engloban en dos tipos:
- Dermatitis de contacto alérgica: respuesta inflamatoria de la piel hacia un agente externo donde existe un proceso inmunológico alérgico implicado, es decir, se desencadena una reacción inmunitaria ante una sustancia (alérgeno) a la que la persona es sensible.
- Dermatitis de contacto irritativa: la respuesta inflamatoria de la piel no tiene componente alérgico, sino que se produce por el contacto directo con un irritante, esto es, un agente físico o químico que puede producir daño celular en cualquier persona si se aplica en concentración suficiente durante un mínimo de tiempo. Es el tipo más frecuente de dermatitis de contacto.
A pesar de que puede disminuir la calidad de vida de los pacientes, la dermatitis de origen laboral suele tener un buen pronóstico.
Síntomas
Los síntomas del eccema se manifiestan en la zona de piel que ha estado en contacto directo con el agente irritante. Las áreas afectadas más habitualmente son las manos y las muñecas, pero también es frecuente el eccema en la cara, los párpados, los brazos y las piernas. Los síntomas más habituales del eccema son:
- Máculas o manchas rojizas.
- Inflamación.
- Descamación.
- Fisuras o hendiduras.
- Picor intenso, en el caso de eccema alérgico.
- Dolor, ardor o sensibilidad, si se trata de eccema irritativo.
- Sequedad de la piel.
- Ampollas, que pueden supurar y formar costras.
- En ocasiones, endurecimiento de la piel con surcos y arrugas marcados (liquenificación).
Causas
La dermatitis de contacto alérgica se produce tras una reacción inmunitaria denominada hipersensibilidad de tipo IV, o hipersensibilidad retardada, mediada por los linfocitos T, unas células del sistema inmune. Después de un periodo de sensibilización tras una primera exposición a la sustancia, al producirse un nuevo contacto los linfocitos T ya sensibilizados y activados reaccionan a los antígenos específicos presentes en el alérgeno liberando citoquinas, que producen un fenómeno inflamatorio local que causa daño celular y provoca el resto de síntomas asociados. El eccema alérgico aparece entre 12 y 48 horas después del contacto con el agente alergénico.
Los alérgenos más frecuentes en el ámbito laboral son:
- Metales: níquel, cromo, cobalto o mercurio.
- Resinas, compuestos epoxi, formaldehídos y acrílicos.
- Aditivos de las gomas y aceleradores del caucho.
- Plantas e insecticidas.
- Tinturas.
- Fragancias y cosméticos.
- Aceites de corte.
- Proteínas animales o vegetales.
La dermatis de contacto irritativa se debe a una respuesta inflamatoria inespecífica, sin proceso de sensibilización previo, que se produce cuando el agente irritante daña las células epidermicas (queratinocitos) de foma directa. Este daño desencadena una reacción inmunitaria que activa la acción de los linfocitos T contra el antígeno y la liberación de citoquinas encargadas de la respuesta inflamatoria. El eccema irritativo habitualmente tiene una manifestación progresiva, tras una exposición continuada de días o semanas. No obstante, si se trata de un irritante muy fuerte, la reacción puede aparecer de forma inmediata.
Algunos irritantes habituales en el entorno laboral son:
- Jabones, lejías y detergentes.
- Ácidos, alcalis, acrílicos y disolventes.
- Fibra de vidrio.
- Peróxidos.
- Fertilizantes y desinfectantes.
- Destilados del petróleo.
- Abrasivos.
- Pegamentos.
- Fibras.
- Humedad y temperaturas extremas.
Factores de riesgo
El principal factor de riesgo del eccema ocupacional es desempeñar un trabajo donde se produzca una exposición habitual a agentes alérgenos e irritativos. Las profesiones más frecuente afectadas incluyen:
- Trabajadores de la construcción.
- Odontólogos y técnicos dentales.
- Agricultores, ganaderos, floristas y jardineros.
- Manipuladores de alimentos, cocineros y panaderos.
- Peluqueros y esteticistas.
- Pintores y restauradores.
- Personal médico y veterinario.
- Trabajadores del metal, maquinistas y mecánicos.
- Impresores y fotógrafos.
- Trabajadores textiles.
- Personal de limpieza.
- Trabajadores de la industria del papel, el vidrio y el plástico.
- Trabajadores del sector electrónico y eléctrico.
- Químicos.
Además, existen otras condiciones que aumentan la probabilidad de desarrollar una dermatitis de contacto:
- Antecedentes de dermatitis atópica.
- Concentración y capacidad de penetración en la piel de la sustancia agente.
- Tiempo de exposición.
- Presencia de heridas o lesiones en la piel.
Complicaciones
El rascado y el frotado constante del eccema acaban causando su descamación y supuración, lo que favorece la entrada y diseminación de microorganismos, como hongos o bacterias, que pueden provocar una infección. Si la infección no se trata y se extiende a los tejidos bajo la piel o a los ganglios linfáticos regionales, puede ocasionar daños graves en el organismo.
Prevención
Para prevenir el eccema ocupacional, es necesario tomar medidas de protección ante los agentes alérgenos e irritantes:
- Uso de equipos de protección, como guantes, gafas, máscaras faciales o ropa especial.
- Aplicación de cremas o geles de barrera.
- Lavado de la piel inmediato tras cada contacto.
¿Qué médico trata el eccema?
El eccema ocupacional es evaluado y tratado por especialistas en dermatología y alergología de la unidad de medicina del trabajo.
Diagnóstico
El diagnóstico del eccema laboral es fundamentalmente clínico:
- Exploración física: se valora la extensión y gravedad del eccema.
- Historial laboral: ocupación, sustancias que se manipulan, tiempo de exposición, condiciones ambientales, etc.
- Pruebas del parche: si la causa de la dermatitis de contacto alérgica no es evidente, se utiliza esta prueba para determinar el alérgeno específico. Consiste en colocar sobre la piel de la espalda pequeños parches que contienen alérgenos de contacto estándar y dejarlos actuar durante 48 horas para evaluar la presencia de reacción alérgica.
Tratamiento
El tratamiento de la dermatitis de contacto incluye las siguientes opciones:
- Evitar el contacto con el agente causante: en el sector laboral, esto puede significar una baja temporal, una reasignación de puesto o, en casos muy graves, una reorientación profesional.
- Aplicación de corticoides tópicos: las cremas con esteroides alivian el picor y reducen la inflamación.
- Aplicación de compresas: aplicar gasas o telas empapadas en agua fría o acetato de aluminio ayuda a calmar las ampollas supurantes, seca la piel y promueve la curación.
- Administración de antihistamínicos orales: alivian el picor.
- Administración de corticoides orales, en casos graves.