Fiebre reumática
¿La fiebre reumática tiene consecuencias a largo plazo? Toda la información sobre esta enfermedad: causas, síntomas y tratamiento.
Síntomas y causas
La fiebre reumática es una enfermedad inflamatoria sistémica producida por una respuesta autoinmune a una infección por la bacteria estreptococo hemolítico del grupo A, como la faringitis estreptocócica o la fiebre escarlatina. Causa lesiones en el corazón, las articulaciones, el sistema nervioso central y la piel. Además, es frecuente su recidiva y es habitual padecer episodios recurrentes.
Afecta generalmente a niños de entre 5 y 15 años y, aunque es muy poco frecuente en los países desarrollados, sigue siendo un grave problema de salud en las zonas en vías de desarrollo.
Síntomas
Los síntomas de la fiebre reumática suelen manifestarse entre dos y cuatro semanas después de contraer la infección estreptocócica, y pueden variar durante el transcurso de la enfermedad:
- Fiebre.
- Cansancio.
- Dolor e inflamación en las articulaciones, especialmente en las rodillas, los tobillos, los codos y las muñecas. Puede propagarse de una articulación a otra.
- Sensación de calor y sensibilidad e inflamación en las articulaciones.
- Dolor en el pecho.
- Soplo cardiaco.
- Nódulos subcutáneos pequeños e indoloros.
- Erupción cutánea plana o levemente elevada, con bordes irregulares e indolora.
- En algunos casos, corea de Sydenham, un trastorno del movimiento que se manifiesta con espasmos incontrolables en las manos, los pies y la cara, junto a estallidos anormales de risa o llanto.
Causas
Como se mencionaba anteriormente, la fiebre reumática se deriva de una infección faríngea por estreptococo hemolítico del grupo A que no ha sido tratada adecuadamente. No se sabe con certeza el mecanismo que causa la fiebre reumática a partir de la infección, pero parece deberse a ciertos antígenos originados por la infección, que tienen similitudes con los tejidos del miocardio y desencadenan una activación general del sistema inmune que genera la inflamación sistémica. Asimismo, diversos estudios apuntan a una predisposición genética tanto para padecer infecciones estreptocócicas como para presentar una respuesta inadecuada a ellas.
Factores de riesgo
El riesgo de padecer una fiebre reumática aumenta con los siguientes factores:
- Alteración genética que predispone a contraer infecciones por estreptococo.
- Tipo específico de estreptococo: algunas cepas tienen más posibilidades de causar fiebre reumática.
- Factores ambientales: la superpoblación y la falta de salubridad facilitan la diseminación del estreptococo.
- Antibióticos insuficientes: la reaparición de la fiebre reumática es más común en personas que no toman los antibióticos de forma regular.
Complicaciones
La inflamación en tejidos y articulaciones causada por la fiebre reumática puede tener consecuencias graves a largo plazo, que pueden ser permanentes, especialmente en el corazón. Entre las más destacadas, se encuentran:
- Cardiopatía reumática o enfermedad cardíaca reumática: se produce una lesión en las válvulas cardiacas, provocando que se endurezcan, se estrechen o se fusionen, por lo que se reduce el flujo sanguíneo en el corazón.
- Debilidad del miocardio, que pierde capacidad de bombeo.
- Endocarditis.
- Insuficiencia cardiaca.
Prevención
La forma más eficaz de prevenir la fiebre reumática es tratar inmediatamente con antibióticos las infecciones faríngeas por estreptococo, y completar todo el ciclo de tomas especificado.
¿Qué médico trata la fiebre reumática?
La fiebre reumática es tratada por los especialistas de la unidad de riesgo cardiovascular, cardiología, medicina interna y cirugía cardiovascular.
Diagnóstico
No existe ninguna prueba que confirme la fiebre reumática. El diagnóstico se basa en la conjunción de síntomas y en la evidencia de infección estreptocócica previa. Se pueden realizar diversos test que apoyen el diagnóstico y localicen los posibles daños:
- Análisis de sangre para buscar marcadores de inflamación, como la proteína C reactiva (PCR) elevada o una tasa de sedimentación alta. También se buscan anticuerpos de la bacteria estreptocócica que confirmen la infección previa.
- Electrocardiograma: se registra la actividad eléctrica del corazón para identificar anomalías que indiquen infección.
- Ecocardiograma: mediante ultrasonidos, se capturan imágenes del corazón en movimiento y se examina el funcionamiento del miocardio y de las válvulas.
Como referencia para el diagnóstico, se utilizan los llamados criterios de Jones, un estándar que divide los signos de la fiebre reumática en criterios mayores y menores. La presencia de dos criterios mayores y uno menor o de dos criterios menores y uno mayor, junto a la evidencia de infección estreptocócica, hacen muy probable el diagnóstico de fiebre reumática.
- Criterios mayores: artritis, inflamación del corazón, nódulos subcutáneos, erupción cutánea y corea de Sydenham.
- Criterios menores: fiebre, tasa de sedimentación elevada, artralgia, electrocardiograma con intervalo PR alargado, fiebre reumática previa y PCR elevada.
Tratamiento
El tratamiento de la fiebre reumática tiene como objetivo eliminar la infección y evitar que reaparezca, además de controlar la inflamación y sus síntomas:
- Antibióticos,habitualmente penicilina, para combatir las bacterias estreptocócicas. Es probable que los antibióticos deban tomarse en ciclos de varios años de duración o durante toda la vida, especialmente si ha habido inflamación en el corazón, por el riesgo de recidiva.
- Antiinflamatorios, como aspirina o naproxeno, para reducir la inflamación, la fiebre y el dolor.
- Corticoides, si los síntomas no mejoran con los antiinflamatorios.
- Anticonvulsivos para tratar los espasmos de la corea de Sydenham.
- Controles cardiacos regulares: es posible que el daño cardiaco causado por la fiebre reumática no se manifieste hasta años o décadas después.