Gripe B

¿Qué es la gripe B? Todo sobre los síntomas, la duración y los tratamientos más eficaces frente al virus de influenza B.

Síntomas y causas

La gripe B es una enfermedad infecciosa de carácter estacional, ya que se manifiesta en forma de brotes principalmente durante el invierno, provocada por el virus de influenza B. Afecta en mayor medida al aparato respiratorio, aunque también repercute en el estado de salud general.

La infección por el virus de influenza B es exclusiva de los humanos, que son portadores naturales, por lo que sus efectos son leves y no suele producir pandemias, a diferencia de la gripe A que muta más rápidamente y puede provenir de aves acuáticas.

A pesar de que no suele causar problemas de salud graves y desaparece por sí sola después de aproximadamente cinco días, puede complicarse en algunos grupos vulnerables como:

  • Menores de un año.
  • Mayores de 65 años.
  • Embarazadas.
  • Personas con el sistema inmunitario debilitado.
  • Convalecientes en un hospital o en una residencia.
  • Personas con obesidad (IMC igual o superior a 40).
  • Pacientes con enfermedades crónicas.
  • Menores de 20 años con tratamientos continuados con aspirina.

Al tratarse de una enfermedad que se propaga fácilmente, la prevención frente a la gripe B cobra una gran importancia para evitar problemas de salud pública y colapso en los centros de atención a los pacientes.

Síntomas

Los síntomas de la gripe B, que aparecen de forma repentina, son claramente reconocibles por la mayor parte de la población. Los más destacados son:

  • Malestar general.
  • Dolor muscular y articular.
  • Fiebre.
  • Dolor de cabeza.
  • Tos.
  • Dolor de garganta.
  • Moqueo.
  • Cansancio.
  • Ocasionalmente, se presentan alteraciones digestivas como diarrea o náuseas.

Cuando el cansancio persiste después de que la enfermedad haya remitido, se denomina síndrome de astenia postviral, caracterizada por falta de energía y debilidad. Actualmente, se desconocen los motivos por los que se produce.

Causas

La gripe B está causada por el virus de influenza B, que se transmite a través del aire o de objetos que haya tocado una persona infectada.

Factores de riesgo

La gripe B es una enfermedad que afecta a todo tipo de personas, aunque existen algunos factores que aumentan el riesgo de contraerla. Por ejemplo:

  • Estar en contacto con personas infectadas.
  • Vivir o trabajar en centros con muchas personas, especialmente residencias de ancianos y hospitales.
  • Pacientes con el sistema inmunitario debilitado.

Complicaciones

Cuando los grupos de riesgo definidos anteriormente contraen la gripe B pueden presentar las siguientes complicaciones:

  • Neumonía.
  • Infecciones del tracto respiratorio como bronquitis o asma.
  • Infecciones de oído.
  • Enfermedad de Reye, que provoca la inflamación del hígado o del cerebro.
  • En casos de pacientes extremadamente vulnerables, puede causar la muerte.

Prevención

Para prevenir el contagio de la gripe B, se aconseja seguir las siguientes recomendaciones:

  • Evitar el contacto con aquellas personas con el virus de influenza B.
  • Eludir los lugares concurridos.
  • Usar mascarilla cuando es preciso tratar con personas con la infección o para evitar contagiar cuando se está enfermo.
  • Cubrir la boca para estornudar con un pañuelo o el codo, nunca con la mano.
  • Lavarse las manos a menudo.
  • Vacunarse frente al virus de influenza B, especialmente las personas de riesgo.

¿Qué médico trata la gripe B?

Los especialistas en enfermedades infecciosas, pediatría y sus áreas específicas, geriatría y medicina familiar y comunitaria se encargan de diagnosticar y tratar la gripe B.

Diagnóstico

Los especialistas diagnostican la gripe B mediante el estudio de la historia clínica y un examen físico.

Por norma general, no se llevan a cabo pruebas complementarias, aunque en ocasiones se recurre a una PCR (reacción en cadena de la polimerasa) para determinar si se trata de gripe A o B. Para ello, se toma una muestra mediante un frotis nasofaríngeo. Además, se solicita un análisis de sangre para comprobar la función de los órganos vitales en aquellas personas que pertenecen a un grupo de riesgo.

Tratamiento

Al tratarse de una infección viral, no existe un tratamiento que cure la gripe B, aunque sí se emplean terapias para reducir los síntomas. Las recomendaciones habituales incluyen:

  • Reposo relativo.
  • Hidratación (beber abundante agua o zumos de frutas naturales).
  • Medicación (normalmente, paracetamol) para bajar la fiebre y calmar el dolor.
  • Antivirales específicos para la gripe. Estos medicamentos se utilizan en caso de sospecha de infección o infección confirmada, en los 3 primeros días de inicio de los síntomas, si el paciente cumple factores de riesgo (infección grave que requiera hospitalización, edad menor de 5 o mayor de 65, obesidad, inmunodepresión, comorbilidad crónica importante, neoplasia activa, embarazo, personas que convivan con inmunodeprimidos, o niños o adolescentes que reciben salicilato).
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