Infecciones en la piel

¿Qué tipos de infecciones en la piel están relacionados con el trabajo? Toda la información sobre las infecciones cutáneas ocupacionales.

Síntomas y causas

Las infecciones cutáneas son enfermedades causadas por la penetración y proliferación de microorganismos patógenos en la piel. Cuando el lugar de trabajo propicia el contacto con el agente infeccioso y la afección consiguiente se ve condicionada, agravada o mantenida por los factores de riesgo presentes, se habla de infecciones cutáneas ocupacionales.

Las ocupaciones de mayor riesgo en relación con las infecciones son trabajadores sanitarios, sobre todo los trabajadores de laboratorio, veterinarios, mataderos, ganaderos, etc.

Las infecciones se clasifican en función del agente patógeno que las origine:

  • Infecciones bacterianas: causadas por bacterias, microorganismos unicelulares que liberan toxinas y se multiplican con rapidez. Son el tipo de infección más frecuente.
  • Infecciones víricas: producidas por virus, agentes microscópicos que se reproducen dentro de las células que infectan. Tienen una estructura muy sencilla compuesta de material genético.
  • Infecciones fúngicas: provocadas por esporas diseminadas por hongos.
  • Infecciones parasitarias: se deben a parásitos, microorganismos que viven y se reproducen en el paciente, del que se también se alimentan.

Entre las infecciones cutáneas laborales más comunes se encuentran:

  • Infecciones cutáneas bacterianas:
    • Carbuncoo ántrax: afecta a los animales y las personas que trabajen con ellos, como ganaderos, veterinarios, o criadores.
    • Erisipeloide de Rosenbach: se presenta en carniceros y personal que manipula pescado, marisco y aves.
    • Paroniquia: se da en químicos, trabajadores de laboratorios, pintores, zapateros, agricultores, mecánicos o carpinteros.
    • Tuberculosis cutánea: tienen riesgo carniceros, veterinarios, patólogos y cirujanos.
    • Brucelosis o fiebre de Malta: también afecta a los animales y a las profesiones que los tratan.
  • Infecciones cutáneas víricas:
    • Herpes simple: es la infección viral ocupacional más frecuente. Se observa en odontólogos, técnicos dentales y personal sanitario.
    • Verrugas vulgares: muy comunes en manipuladores de carne, carniceros y matarifes.
    • Ectima contagiosa o nódulo de Orf: afecta a ovejas y cabras, por lo que es común en ganaderos y veterinarios.
  • Infecciones cutáneas fúngicas:
    • Dermatofitosis, onicomicosis o tiña: afecta a personas que trabajan en contacto con animales.
    • Candidiasis: habitual en trabajos en los que existen factores que alteran el equilibrio de la piel, como sustancias irritantes, animales, productos azucarados o humedad elevada.
    • Esporotricosis: frecuente en jardineros, granjeros, trabajadores forestales y mineros.
    • Pie de atleta: muy habitual en deportistas, entrenadores y monitores deportivos.
  • Infecciones cutáneas parasitarias:
    • Sarna o escabiosis: aparece en hospitales, asilos y residencias de ancianos.
    • Leishmaniasis: se observa en trabajadores forestales y de laboratorio.
    • Prurito del nadador: se da en buzos, socorristas y trabajadores en muelles, lagos y estanques.

El pronóstico de las infecciones varía dependiendo de su naturaleza y del estado de salud previo del paciente, aunque no suelen ser graves.

Síntomas

Cada infección de la piel cursa con su propia sintomatología. Sin embargo, hay algunos síntomas comunes a la mayoría de infecciones cutáneas:

  • Enrojecimiento.
  • Inflamación.
  • Pápulas: pequeños bultos elevados.
  • Úlceras.
  • Abscesos.
  • Supuración.
  • Dolor, ardor o picazón en la zona.

En ocasiones, según la gravedad de la infección, se pueden presentar síntomas no cutáneos:

  • Malestar general.
  • Fiebre.
  • Dolor muscular.
  • Dolor de cabeza.
  • Náuseas o vómitos.

Causas

Las infecciones se producen por la transmisión de agentes patógenos, que puede realizarse por contacto directo con personas o animales infectados, por vía aérea a través de partículas en suspensión o mediante un vector de contagio, esto es, por entrar en contacto con superficies donde está presente el germen. En el sector laboral, es común que los microorganismos penetren en la piel a través de heridas o llagas sin curar.

Factores de riesgo

Hay determinadas profesiones que tienen más riesgo de contraer infecciones de la piel, como se ha comentado anteriormente. Asimismo, hay factores de riesgo individuales que aumentan la probabilidad de contagiarse:

  • Trastornos del sistema inmunitario.
  • Diabetes.
  • Obesidad: los pliegues de la piel favorecen la acumulación de microorganismos.
  • Problemas de circulación.
  • Malnutrición.
  • Presencia de lesiones, heridas o llagas en la piel.
  • Presencia de dermatitis.

Complicaciones

Las complicaciones de las infecciones cutáneas no son frecuentes, ya que suelen responder bien al tratamiento. Sin embargo, si no se tratan a tiempo, especialmente en personas que presentan trastornos crónicos o inmunitarios subyacentes, la infección puede diseminarse al resto del organismo. En algunos casos, las infecciones bacterianas pueden causar una endocarditis. Asimismo, en ocasiones se puede desencadenar una sepsis, una respuesta desregulada del sistema inmune a la infección que puede llegar a producir una disfunción multiorgánica, o choque séptico, potencialmente mortal.

Prevención

Es necesario tomar las siguientes medidas para prevenir las infecciones de la piel:

  • Mantener una correcta higiene corporal, con lavado de manos frecuente.
  • Uso de guantes y mascarilla facial en el lugar de trabajo.
  • Hidratar la piel.
  • Cuidado adecuado de las heridas y lesiones cutáneas: limpieza con agua y jabón, aplicación de antisépticos como alcohol o agua oxigenada y protección con una gasa estéril.

¿Qué médico trata las infecciones en la piel?

Las infecciones ocupacionales de la piel se diagnostican y tratan en la unidad de medicina del trabajo y por especialistas en dermatología médico-quirúrgica y venereología.

Diagnóstico

Para diagnosticar una infección cutánea ocupacional y clasificar el patógeno causante, se pueden realizar los siguientes exámenes:

  • Exploración física, para valorar el estado y las características de la infección en función de la sintomatología.
  • Estudio de los factores de riesgo asociados: la ocupación del paciente puede ser indicativo del tipo concreto de agente infeccioso.

Tratamiento

El tratamiento de las infecciones de la piel depende de su gravedad y del agente infeccioso concreto, pero generalmente incluye las siguientes opciones:

  • Drenaje de los abscesos: se extrae el pus y cualquier tejido muerto presente.
  • Aplicación de antibióticos tópicos: en infecciones bacterianas leves y localizadas, se utilizan cremas y pomadas.
  • Administración de antibióticos orales o intravenosos, si la infección bacteriana es grave, resistente o afecta a zonas extensas.
  • Medicamentos antivirales, en caso de infecciones víricas.
  • Medicamentos antimicóticos tópicos u orales, para infecciones fúngicas.
  • Medicamentos antiácaros y antiparasitarios tópicos y orales,en caso de infecciones por parásitos.
  • Corticoesteroides tópicos, para aliviar el picor y la inflamación producidos por la infección.
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