Malaria o paludismo
Información sobre los síntomas, los métodos diagnósticos y los tratamientos para esta infección parasitaria.
Síntomas y causas
La malaria, también llamada paludismo, es una infección causada por el parásito Plasmodium que se transmite por la picadura del mosquito anófeles cuando se ha infectado previamente.
El paludismo es frecuente en países tropicales y subtropicales y poco habitual en lugares templados. Aun así, se detectan casos en todo el mundo debido a la gran afluencia de turistas en las zonas de riesgo.
La malaria es una enfermedad curable, pero que presenta síntomas graves y que, si no se trata adecuadamente, puede ser mortal.
Síntomas
El periodo de incubación dura entre 10 y 15 días desde la picadura, aunque en la infección por el Plasmodium vivax puede durar incluso varios meses. En este tiempo no se presentan síntomas de ningún tipo. Cuando aparecen, estos son los más destacados:
- Fiebre.
- Dolor de cabeza.
- Escalofríos.
- Sudoración abundante.
- Fatiga extrema.
- Ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos).
- Orina de color oscuro o con sangre.
- Hemorragias.
- Malestar general.
- Diarrea.
Es habitual que la fiebre se manifieste en ciclos que comienzan con escalofríos y remiten con la sudoración. Suelen presentarse cada tres o cuatro días.
Causas
La malaria se produce cuando los parásitos Plasmodium entran en la sangre debido a la picadura del mosquito Anopheles. Los humanos son un huésped intermediario de este parásito (se multiplican asexualmente), mientras que los mosquitos son su huésped definitivo, donde realizan la reproducción sexual.
Las especies que causan el paludismo son:
- Plasmodium falciparum: provoca la infección más grave, que puede afectar a los riñones y el cerebro. Suele encontrarse en el África subsahariana.
- Plasmodium vivax: es el más habitual fuera del África subsahariana. Junto con el anterior, es la forma más común de malaria.
- Plasmodium ovale: vive en África occidental, Papúa Nueva Guinea, Filipinas e Indonesia occidental.
- Plasmodium malariae: no suele provocar síntomas agudos ni poner en riesgo los órganos vitales. Puede encontrarse en el África subsahariana, Asia y Latinoamérica.
- Plasmodium knowlesi: procede del sudeste de Asia, principalmente de Malasia. Tiene un ciclo reproductivo corto, por lo que produce tasas altas de parasitemia (gran cantidad de parásitos en la sangre) que pueden ser mortales si la infección no se trata a tiempo.
Factores de riesgo
El paludismo se puede contraer cuando se vive o se viaja a zonas tropicales y subtropicales, especialmente:
- África subsahariana.
- Centroamérica.
- Norte de Sudamérica.
- Sur de Asia.
- Islas del Pacífico (Borneo, Java, Nueva Guinea, Célebes, Bali, Filipinas).
El riesgo de que la enfermedad sea grave aumenta en los siguientes casos:
- Bebés.
- Niños pequeños.
- Embarazadas.
- Viajeros procedentes de zonas donde la malaria está erradicada.
Complicaciones
Las complicaciones suelen derivar de la infección por el Plasmodium falciparum, que puede extenderse provocar:
- Convulsiones.
- Anemia.
- Hipoglucemia.
- Fallo renal.
- Insuficiencia hepática.
- Problemas para respirar.
- Edema pulmonar.
- Inflamación o daño cerebral que derive en estado de coma.
Si la malaria no se trata adecuadamente y a tiempo, puede provocar la muerte.
Prevención
Para prevenir el paludismo se recomienda:
- Utilizar repelente de mosquitos con DEET (sustancia química que funciona como una barrera de la piel).
- Dormir con mosquiteras.
- Vestir con ropa que cubra la mayor cantidad de piel posible, especialmente al atardecer y por la noche.
- Antes de viajar a zonas de riesgo, tomar medicación para prevenir el contagio o, al menos, una enfermedad grave. Los fármacos más utilizados son atovacuona, proguanil, doxicilina y mefloquina.
- La vacuna frente a la malaria se recomienda en niños de entre 5 y 36 meses del África Subsahariana y otras zonas de transmisión moderada o alta.
¿Qué médico trata la malaria?
El paludismo se diagnostica y trata en la consulta de medicina general. En casos graves o pandémicos, intervienen los especialistas en enfermedades infecciosas.
Diagnóstico
El diagnóstico de la malaria sigue este protocolo:
- Anamnesis: se estudian los antecedentes médicos, el estilo de vida y los viajes recientes del paciente.
- Análisis de sangre: detecta la presencia de parásitos en la sangre.
Tratamiento
El tratamiento de la malaria es farmacológico. El medicamento se elige dependiendo del tipo de parásito que ha provocado la infección y de la gravedad de los síntomas. Los más eficaces son:
- Cloroquina.
- Primaquina.
- Artemisinina.



