Radiofísica hospitalaria
Descubre en qué consiste la radiofísica hospitalaria y cuál es su campo de estudio. Te contamos cómo se lleva a cabo la protección radiológica en medicina nuclear para cuidar de la seguridad del paciente y cuáles son los principales procedimientos de la física médica.

¿Qué es la radiofísica hospitalaria?
La radiofísica hospitalaria es una especialidad que ayuda a la planificación y la aplicación de diferentes técnicas radiológicas, ya que mide y valora las radiaciones. El objetivo primordial es cuidar de la seguridad del paciente durante su tratamiento o mientras se le realiza una prueba diagnóstica.
Los técnicos en radiofísica trabajan de forma conjunta con los facultativos especializados en medicina nuclear y en radiología.
¿Qué estudia y qué trata la radiofísica hospitalaria?
El estudio de la medicina física es muy amplio, ya que su campo de acción en el hospital es muy extenso y requiere de conocimientos específicos muy diversos. Los especialistas en radiofísica hospitalaria investigan sobre la radiación, establecen protocolos de seguridad e, incluso, aplican tratamientos. Algunos de sus cometidos más relevantes son:
- Protección radiológica: los radiofísicos utilizan sus conocimientos para diseñar las instalaciones y determinar dónde se deben colorar los blindajes para gestionar los elementos de protección individual (EPI), tanto para los pacientes como para el personal sanitario, y para tener al día los requisitos legales en este campo siendo los principales interlocutores con la administración.
- Dosimetría en radioterapia: se encargan de mantener las dosis de radiación dentro de los límites establecidos. En el caso de los médicos, enfermeras y técnicos del hospital, estudian su historial para evitar una exposición excesiva.
- Control de calidad: sirve para asegurar que los equipos funcionan correctamente y que la radiación emitida cumple con los valores establecidos inicialmente. En esta área, los radiofísicos también calibran los detectores de emisiones y establecen protocolos de actuación.
Técnicas, procedimientos y métodos diagnósticos
Las técnicas que se utilizan en los hospitales relacionadas con la medicina física pueden ser diagnósticas o terapéuticas. En cualquiera de los casos, los especialistas en seguridad radiológica deben vigilar los términos en que se desarrollan. Entre los procedimientos que más se aplican, destacan:
- Rayos X: método de diagnóstico por imagen que utiliza ondas electromagnéticas, que son un tipo de radiación, para ver los órganos internos del cuerpo. Los radiofísicos vigilan que se establecen los parámetros adecuados, que la dosis es la adecuada para el paciente y que el equipo se encuentra en buen estado.
- Tratamiento con acelerador lineal de electrones: procedimiento en el que se utiliza un acelerador médico lineal (LINAC, por sus siglas en inglés) para aplicar los rayos X de forma personalizada a la forma de un tumor. Es importante vigilar la seguridad radiológica midiendo la dosis que se aplica y los tiempos en que lo hace.
- Radiocirugía estereotáctica del cerebro (SRS, por sus siglas en inglés): técnica quirúrgica en la que se utiliza un bisturí de rayos gamma para abordar operaciones de neurocirugía. El radiofísico médico se encarga de entregar la dosis que se necesita y prepara un plan de tratamiento que tenga en cuenta las características del paciente.
- Radioterapia estereotáxica extracraneal (SBRT, por sus siglas en inglés): tratamiento que aplica radiación de alta precisión para tratar lesiones localizadas fuera del cráneo. Las dosis son altas, por lo que se realizan pocas sesiones y se deben extremar las medidas de seguridad y vigilar la dosis que se dispensa.
- Braquiterapia: procedimiento por el que se aplica radioterapia de forma interna. Para ello se colocan semillas o cápsulas lo más cerca posible del tumor o, incluso, dentro de él. Existen diferentes tipos de braquiterapia dependiendo dónde se coloque el radiofármaco: intersticial (dentro del tumor) o intracavitaria (en una cavidad cercana a las células cancerosas). Los radiofísicos establecen la dosis que se debe administrar y el lugar en el que será más efectiva.
En cualquiera de los casos, los quirófanos o a las salas de diagnóstico deben estar protegidos para que la radiación no se propague hacia otras zonas del hospital. Además, el acceso a estas áreas se restringe a las personas autorizadas, que suelen ser los pacientes y el personal imprescindible en cada caso. El personal que interviene en estos procedimientos tiene que estar siempre protegido con el EPI y llevar su dosímetro personal.