Quirónsalud Valencia inaugura la I Jornada de la Cátedra de Investigación del Sueño de la Universidad Europea
El Hospital Quirónsalud Valencia ha inaugurado la I Jornada de la Cátedra de Investigación del Sueño de la Universidad Europea dirigida por la doctora Lucía Monfort, neuropediatra del Servicio de Pediatría del Hospital Quirónsalud Valencia, con el objetivo prioritario de dar a conocer el sueño y sus trastornos a la población junto con la realización de trabajos de investigación en el ámbito de los trastornos del sueño y la formación de jóvenes investigadores en ese ámbito.
Durante la jornada se destacó la alta prevalencia de los trastornos del sueño, más concretamente del insomnio, cuya incidencia abarca hasta un 22% de la población. Muy al contrario de lo que se piensa, el insomnio también afecta a los niños, como apunta la doctora Monfort, "un insomnio entendido como dificultad para iniciar el sueño, dificultad para mantenerlo, despertar antes de lo deseado, resistencia a ir a la cama o dificultad para dormir sin la intervención de un adulto".
Otro de los trastornos a destacar es el déficit crónico de sueño, muy latente en la adolescencia y que, como apunta la neuropediatra del Hospital Quirónsalud Valencia, "puede influir en su aprendizaje y en su salud física y mental futuras".
Durante la jornada se llevaron a cabo diferentes paneles de expertos, en los que se desarrollaron aspectos específicos e interdisciplinarios de los trastornos del sueño y su influencia en las patologías digestivas, la salud mental y las patologías otorrinolaringológicas lideradas el doctor Sergio Negre, jefe del Servicio de Pediatría y experto en Gastroenterología Pediátrica, y Luisa Mompó, especialista en salud mental infantojuvenil del Hospital Quirónsalud Valencia.
El último de los paneles, dedicado a los trastornos del sueño del niño autista y liderado por la doctora Lucía Monfort, , resaltó la dificultad de estos niños para conciliar el sueño y la disminución del tiempo del mismo y de su eficiencia motivado, entre otras cosas, por la presencia, en algunos de estos niños, de un posible retraso en la secreción de la hormona que prepara el organismo para el sueño y por una mayor respuesta a estímulos sensoriales.