Fractura de cadera
¿Cómo se recupera una cadera rota? Toda la información las causas, los síntomas y los tratamientos de esta lesión ósea.
Síntomas y causas
Una fractura de cadera es una rotura en las estructuras óseas que componen la articulación de la cadera. Esta articulación está formada por la cabeza esférica del fémur y la cavidad acetabular, la parte del hueso de la pelvis donde se encaja la cabeza femoral. Por debajo del cuello del fémur hay una región más amplia donde se encuentran los trocánteres, dos protuberancias en las que se insertan los músculos de las piernas y los glúteos. La cadera es una de las articulaciones más importantes, ya que posibilita una amplia gama de movimientos y soporta el peso del cuerpo, proporcionando estabilidad, distribución de carga y absorción de impactos.
Según qué parte de la articulación se rompa, se clasifican dos tipos de fracturas de cadera:
- Fractura intracapsular: tiene lugar dentro de la cápsula articular, la funda fibrosa recubierta de membrana sinovial que envuelve la articulación.
- Fractura de la cabeza femoral: afecta a la cabeza del fémur.
- Fractura del cuello femoral o subcapital: rotura en el cuello del fémur.
- Fractura extracapsular: ocurre fuera de la cápsula articular.
- Fractura pertrocantérea o intertrocantérea: se fractura la zona entre los trocánteres.
- Fractura subtrocantérea: la fractura se ubica por debajo del trocánter menor.
Debido a su función en el cuerpo, una fractura de cadera es una lesión grave que requiere de un tratamiento específico y que tiene una recuperación lenta.
Síntomas
Los síntomas frecuentes de una cadera rota incluyen:
- Dolor intenso en la cadera o la ingle.
- Puede aparecer dolor referido en la rodilla, ya que ambas articulaciones comparten las mismas vías nerviosas.
- Incapacidad para caminar, permanecer de pie o mover la pierna.
- Rotación hacia fuera de la cadera lesionada, por lo que la pierna puede parecer más corta.
- Hinchazón y hematoma, por la rotura de vasos sanguíneos.
- Mareos y debilidad, si el sangrado es abundante.
Causas
La fractura de cadera se produce por un traumatismo, que puede deberse a diferentes factores:
- Caídas: muy frecuentes en personas mayores, ya que tienen una mayor debilidad ósea y una mayor propensión a perder el equilibrio y caer. En su caso, es probable que se deba a una caída leve estando de pie, o incluso a dar un giro apoyándose en una pierna.
- Accidentes de tráfico.
- Caídas desde las alturas.
- Colisiones deportivas.
Factores de riesgo
La probabilidad de sufrir una fractura de cadera aumenta en los siguientes supuestos:
- Edad: son más habituales en personas de la tercera edad.
- Sexo: son más frecuentes en mujeres, ya que la menopausia acelera la pérdida ósea.
- Trastornos que afectan a la densidad ósea, como osteoporosis, osteopenia o hipertiroidismo.
- Deficiencia de calcio y vitamina D.
- Conducción temeraria.
- Práctica de deportes de riesgo o de contacto.
- Consumo de somníferos, antipsicóticos o sedantes: pueden provocar mareos que deriven en caídas.
Complicaciones
Por el cuello del fémur trascurren las arterias que llevan la sangre a la cabeza femoral por lo que, si se fractura, se puede producir una interrupción del riego sanguíneo. Una irrigación insuficiente puede llevar a la osteonecrosis: el hueso no puede volver a unirse y finalmente se necrosa. Esto puede derivar en una deformidad de la cabeza femoral o en una artritis por el deterioro de la articulación.
Además, la fractura de cadera obliga al paciente a permanecer en cama por un periodo prolongado. Las complicaciones de la falta de movilidad incluyen:
- Pérdida de tejido muscular y disminución de la condición física general.
- Úlceras por presión: escaras o llagas que aparecen en la piel por mantener mucho tiempo la misma posición. Estas lesiones pueden causar infecciones graves.
- Embolia pulmonar: la inmovilidad ralentiza la circulación sanguínea y favorece la formación de coágulos en las venas. Estos coágulos pueden desprenderse y desplazarse por el torrente sanguíneo hasta bloquear una arteria pulmonar.
- Neumonía por aspiración: alimentarse sin estar en una posición erguida puede provocar que porciones de alimentos, líquidos o saliva se desvíen hacia las vías respiratorias, en lugar de tragarse, lo que puede desembocar en la inflamación de los pulmones y los bronquios debido a los microorganismos contenidos en el alimento o la bebida.
Prevención
Para reducir el riesgo de sufrir una rotura de cadera, es necesario tomar medidas para fortalecer los huesos y prevenir caídas y accidentes:
- Conducir con precaución utilizando las medidas de seguridad necesarias.
- Utilizar equipos de protección durante la práctica deportiva.
- Consumir suficiente calcio y vitamina D.
- Hacer ejercicio para fortalecer los huesos y mejorar el equilibrio.
- Evitar las superficies deslizantes.
¿Qué médico trata la fractura de cadera?
La fractura de cadera se diagnostica y se trata en la unidad de tráficos, traumatología y cirugía ortopédica.
Diagnóstico
La rotura de cadera se confirma mediante pruebas de diagnóstico por imagen:
- Radiografía: las imágenes tomadas mediante rayos X suelen mostrar la fractura.
- Resonancia magnética: si la radiografía no es concluyente por tratarse de una fractura menor, la resonancia proporciona imágenes más precisas y detalladas.
Tratamiento
Generalmente, el tratamiento de la fractura de cadera implica una reparación inmediata mediante cirugía. El procedimiento específico depende de la ubicación y la gravedad de la fractura:
- Osteosíntesis: cirugía reconstructiva que consiste en estabilizar y unir los extremos del hueso roto mediante la implantación de varillas, tornillos o placas metálicas.
- Hemiartoplastia: se reemplaza con una prótesis la parte lesionada de la cadera.
- Artroplastia total: si la lesión es grave o se ha producido necrosis, se reemplazan con componentes protésicos la totalidad de la cabeza femoral y la cavidad acetabular.
- Rehabilitación: los cuidados postoperatorios son esenciales para una recuperación completa. La fisioterapia enfatiza la movilización temprana mediante ejercicios de intensidad progresiva para recuperar la fuerza, el equilibrio y la movilidad.
- Tratamiento farmacológico:
- Analgésicos para aliviar el dolor.
- Anticoagulantes para prevenir la formación de coágulos sanguíneos.
- Antibióticos profilácticos para evitar infecciones.
Documentación relacionada:
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