Endocarditis
¿A qué se debe la endocarditis? Toda la información sobre las causas, los síntomas y los tratamientos de esta enfermedad.
Síntomas y causas
Se denomina endocarditis a la inflamación del revestimiento interno de las válvulas y las cavidades del corazón (endocardio). Es una patología poco frecuente, pero potencialmente mortal.
Según su evolución, se distinguen dos tipos de endocarditis:
- Endocarditis aguda: aparece de forma súbita, y puede causar la muerte en cuestión de días.
- Endocarditis subaguda: se desarrolla de forma gradual a lo largo de varias semanas o meses. También puede resultar letal.
En la mayoría de los casos, la endocarditis está provocada por una infección que llega al corazón a través de la sangre. Normalmente, afecta a tejidos previamente dañados, debido a un defecto congénito, una enfermedad autoinmune o a un cateterismo cardiaco, o a la presencia de válvulas artificiales (endocarditis valvular protésica). No obstante, si los gérmenes son muy agresivos o se presentan en grandes cantidades, pueden infectar válvulas y tejidos sanos.
Síntomas
Los síntomas más comunes de la endocarditis incluyen:
- Fiebre prolongada.
- Frecuencia cardiaca acelerada.
- Fatiga y debilidad.
- Disnea (falta de aire).
- Sudoración excesiva, especialmente por la noche.
- Soplo cardiaco (sonido sibilante en el corazón).
- Hinchazón en las piernas, los pies y el abdomen.
- Dolor articular y muscular.
- Pérdida de peso sin causa aparente.
- Sangre en la orina u orina de color anormal.
- Lesiones de Janeway: manchas indoloras de color rojo, morado o marrón en las plantas de los pies.
- Nódulos de Osler: bultos rojizos o morados dolorosos en las yemas de los dedos de las manos o los pies.
- Petequias: pequeñas manchas redondas de color rojo, marrón o morado en la piel, en el blanco de los ojos o en el interior de la boca.
Causas
Atendiendo a su origen, la endocarditis se clasifica en dos tipos:
- Endocarditis infecciosa: se debe a la acción de bacterias, hongos u otros gérmenes que infectan otra parte del cuerpo, habitualmente la cavidad bucal, la piel o las vías respiratorias. Si estos microorganismos ingresan al torrente sanguíneo pueden desplazarse hasta el corazón, donde se adhieren a las válvulas o al tejido cardiaco y se acumulan formando masas (vegetaciones).
- Endocarditis no infecciosa o marántica: está causada por la formación de coágulos fibrosos de sangre sin microorganismos (vegetaciones estériles) sobre válvulas cardiacas ya lesionadas.
Factores de riesgo
Los factores que aumentan la probabilidad de padecer una endocarditis infecciosa son:
- Sistema inmune debilitado.
- Consumo de drogas por vía intravenosa.
- Presencia de una válvula protésica, un marcapasos o un desfibrilador.
- Malformaciones cardiacas congénitas.
- Valvulopatías.
- Edad, ya que con el envejecimiento se deterioran las válvulas del corazón.
- Afecciones dentales o bucales, como heridas o gingivitis.
- Higiene dental deficiente.
- Cateterismos recientes.
Respecto a la endocarditis no infecciosa, sus factores de riesgo habituales son:
- Trastornos inmunitarios.
- Cáncer de pulmón, de estómago o de páncreas.
- Enfermedades que causan una coagulación excesiva, como sepsis, uremia o coagulación intravascular diseminada.
Complicaciones
En la endocarditis infecciosa (que, si no se trata, es en sí misma mortal), las vegetaciones formadas pueden desprenderse y desplazarse por los vasos sanguíneos, obstruyéndolos o diseminando la infección a cualquier otro órgano. Ambas situaciones pueden derivar en:
- Accidente cerebrovascular.
- Insuficiencia cardiaca.
- Formación de abscesos.
- Embolia pulmonar.
- Ataque cardiaco.
- Daño renal.
En el caso de endocarditis de la válvula protésica, es probable que la infección se disemine hacia el músculo cardiaco, provocando:
- Desprendimiento de la fijación de la válvula al corazón.
- Interrupción del sistema de conducción eléctrica del corazón, con la consiguiente disminución la frecuencia cardiaca.
- Pérdida súbita de la conciencia o, incluso, muerte.
La endocarditis no infecciosa, por su parte, puede presentar las mismas complicaciones que la infecciosa, pero, en este caso, por el desprendimiento de un coágulo que acaba obstruyendo una arteria.
En general, debido a la gravedad de las enfermedades subyacentes, esta patología tiene un pronóstico desfavorable.
Prevención
Se puede intentar prevenir una endocarditis infecciosa tomando medidas que eviten el riesgo de infección:
- Limpieza y cuidado de heridas y quemaduras cutáneas.
- Higiene bucal y corporal adecuada, con lavado de manos frecuente.
- Evitar el uso de drogas intravenosas.
- Administración preventiva de antibióticos al someterse a procedimientos médicos invasivos, como cirugías, cateterismos o extracciones y prótesis dentales, especialmente si existen factores de riesgo de endocarditis.
¿Qué médico trata la endocarditis?
La endocarditis se evalúa y se trata en las unidades de cardiología y cirugía cardiovascular.
Diagnóstico
Si la combinación de síntomas y los antecedentes clínicos son indicativos de endocarditis, se recomienda la hospitalización del paciente para confirmar el diagnóstico y comenzar con el tratamiento lo antes posible:
- Hemocultivos: cultivo de una muestra de sangre para identificar gérmenes en el torrente sanguíneo.
- Ecocardiograma: en imágenes tomadas mediante ultrasonidos se pueden observar vegetaciones y lesiones de las válvulas cardiacas.
- Tomografía computarizada: si el ecocardiograma no es concluyente, la tomografía ofrece imágenes con una mayor definición.
- Radiografía de tóraxRadiografía de tóraxRadiografía : las imágenes por rayos X muestran la hinchazón del corazón y confirman si el daño se ha extendido a los pulmones.
Tratamiento
El tratamiento para la endocarditis puede incluir:
- Antibióticos o antimicóticos, en caso de endocarditis infecciosa. Se administran dosis altas por vía intravenosa durante varias semanas.
- Medicamentos anticoagulantes, en caso de endocarditis no infecciosa.
- Cirugía de extirpación de las vegetaciones y los tejidos infectados.
- Cirugía para extraer y reemplazar el dispositivo implantado, en caso de endocarditis de la válvula protésica.