Enfermedades del tiroides
¿Qué consecuencias tienen las alteraciones del tiroides? Toda la información sobre las patologías de la glándula tiroides.
Síntomas y causas
Las enfermedades del tiroides son aquellas patologías que afectan al funcionamiento de la glándula tiroides. La función principal de esta glándula, situada en la base del cuello por debajo de la nuez, es segregar hormonas tiroideas, encargadas de regular el metabolismo, es decir, la forma en la que el organismo utiliza la energía. Para ello, estimulan los tejidos del cuerpo para que produzcan proteínas e incrementan la cantidad de oxígeno que utilizan las células. Por tanto, su funcionamiento afecta a la mayor parte de las funciones vitales, como el crecimiento, la respiración, la frecuencia cardiaca, la digestión o el mantenimiento de la temperatura corporal, entre otras.
Las enfermedades del tiroides más habituales son las siguientes:
- Hipertiroidismo: producción excesiva de hormonas.
- Hipotiroidismo: se genera una cantidad deficiente de hormonas tiroideas.
- Bocio: agrandamiento anormal de la tiroides que suele provocar una malfunción. un mal funcionamiento de la glándula.
- Nódulos tiroideos: agrupaciones de células tiroideas que forman tumores, generalmente benignos y asintomáticos.
- Tiroiditis: inflamación de la glándula. Puede ser aguda o crónica.
- Cáncer de tiroides: crecimiento descontrolado de las células tiroideas. Es poco frecuente.
Síntomas
Cada enfermedad tiroidea cursa con sus propios síntomas:
- Síntomas de hipertiroidismo:
- Pérdida de peso (incluso cuando se come más).
- Mayor apetito.
- Frecuencia cardiaca acelerada.
- Nervios, ansiedad e irritabilidad.
- Dificultad para conciliar el sueño.
- Temblores en las manos.
- Aumento de la sudoración.
- Mayor intolerancia al calor.
- Debilidad muscular.
- Aumento en las deposiciones.
- En las mujeres, reducción en la frecuencia y la intensidad de los periodos menstruales.
- Ojos hinchados, rojizos o irritados. Puede aparecer sensibilidad a la luz o visión doble.
- Síntomas de hipotiroidismo:
- Aumento de peso (sin necesidad de que se aumente la ingesta de alimentos).
- Tristeza o depresión.
- Problemas de memoria.
- Frecuencia cardiaca lenta.
- Debilidad muscular.
- Sensación de agotamiento.
- Mayor intolerancia al frío.
- Dolor articular o muscular.
- Palidez y sequedad de piel.
- Estreñimiento.
- Disminución de la sudoración.
- Cabello fino y seco.
- Hinchazón en el rostro.
- Bocio.
- Ronquera en la voz.
- En las mujeres, sangrado menstrual más intenso.
- Síntomas de bocio:
- Inflamación en el cuello: bulto que se nota al tacto o a simple vista.
- Si el bulto es demasiado grande, puede aparecer rigidez en el cuello, tos o dificultades para respirar o tragar.
- Síntomas de nódulos tiroideos: normalmente, no presentan síntomas, aunque en ocasiones pueden apreciarse a la vista.
- Si los nódulos ejercen presión contra otras estructuras del cuello, puede aparecer bocio, dolor, ronquera o dificultades para respirar o tragar.
- Si los nódulos producen hormonas tiroideas, se manifestarán síntomas de hipertiroidismo.
- Síntomas de tiroiditis:
- Síntomas de hipotiroidismo, si la tiroiditis causa deterioro y destrucción lenta de las células tiroideas.
- Síntomas de hipertiroidismo, si causa un deterioro rápido que hace que se liberen más hormonas.
- Puede aparecer dolor de garganta.
- Síntomas de cáncer de tiroides: pueden confundirse con los síntomas de nódulos o bocio.
- Inflamación o bulto en el cuello.
- Ronquera en la voz.
- Problemas para tragar.
Causas
Las causas de las enfermedades del tiroides varían en función de cada patología específica:
- Causas de hipertiroidismo:
- Enfermedad de Graves-Basedow: la causa más frecuente. Es una afección autoinmune crónica en la que el organismo produce autoanticuerpos contra la tiroides que estimulan la producción excesiva de hormonas tiroideas.
- Presencia de nódulos tóxicos que secretan hormonas.
- Tiroiditis, en su fase inicial.
- Algunos medicamentos, como interferón o amiodarona.
- Exceso de yodo: el yodo es esencial en la producción de hormonas tiroideas.
- Causas de hipotiroidismo:
- Enfermedad de Hashimoto: trastorno autoinmune crónico que produce autoanticuerpos que inflaman y lesionan la tiroides.
- Tiroiditis.
- Deficiencia de yodo.
- Tratamientos de radioterapia o contra el hipertiroidismo.
- Trastornos congénitos de la tiroides o la glándula pituitaria.
- Extirpación total o parcial de la glándula en cirugía.
- Causas de bocio:
- Deficiencia de yodo.
- Otros trastornos tiroideos, como enfermedad de Graves, enfermedad de Hashimoto, tiroiditis, nódulos tiroideos o cáncer de tiroides.
- Embarazo: durante la gestación se produce gonadotropina coriónica, una hormona que puede causar hiperactividad y agrandamiento de la tiroides.
- Causas de nódulos tiroideos: se desconoce el mecanismo exacto de aparición y crecimiento de los nódulos, pero puede estar relacionado con la carencia de yodo o tener un componente hereditario.
- Causas de tiroiditis:
- Trastorno autoinmune (enfermedad de Hashimoto).
- Postparto: se puede producir una alteración inmunitaria similar a la enfermedad de Hashimoto.
- Infección por virus o bacterias.
- Tratamientos de radioterapia.
- Traumatismo o cirugía en la zona.
- Algunos medicamentos, como el interferón o el litio.
- Causas de cáncer de tiroides: las células tiroideas desarrollan mutaciones en el ADN que aceleran su crecimiento. Se acumulan y forman tumores que invaden tejidos cercanos y pueden propagarse. No está clara la causa de esas mutaciones.
Factores de riesgo
El riesgo de padecer alteraciones del tiroides aumenta por los siguientes factores:
- Sexo: los trastornos tiroideos son más frecuentes en mujeres.
- Edad: a partir de los 60 años el riesgo aumenta.
- Embarazo, posparto y menopausia.
- Antecedentes familiares.
- Presencia de enfermedades autoinmunes.
- Carencia o exceso de yodo.
- Consumo de medicamentos que afectan a la tiroides.
- Tratamientos con radiación.
Complicaciones
Si las patologías de la glándula tiroides no siguen un tratamiento adecuado, pueden acarrear:
- Problemas con el peso, como obesidad o pérdida de peso excesiva.
- El exceso de hormonas tiroideas puede provocar problemas cardiacos, como trastornos del ritmo del corazón, accidentes cardiovasculares o insuficiencia cardiaca.
- Osteoporosis, por una falta de aporte de calcio a los huesos
- Hipercolesterolemia, por una producción insuficiente de hormonas tiroideas.
- Daño de los nervios periféricos, que provoca dolor y entumecimiento de las extremidades.
- Alteraciones en la ovulación y limitación de la fertilidad.
- En ocasiones, se puede llegar a un coma mixedematoso, una emergencia médica que pone en riesgo la vida.
- En casos raros, el hipertiroidismo puede causar una crisis tiroidea, o tirotóxica, que puede resultar mortal.
Prevención
Para mejorar la función tiroidea, se pueden seguir los siguientes consejos:
- Llevar una dieta equilibrada, rica en vegetales y proteínas magras.
- Evitar los alimentos procesados y refinados.
- Cocinar las verduras crucíferas, como el brócoli, el repollo o la coliflor: contienen bociógenos, sustancias químicas naturales que interfieren en la síntesis de las hormonas tiroideas. Cocinarlas desactiva estas sustancias.
- Hacer ejercicio regularmente, ya que ayuda a regular el metabolismo.
- Manejar el estrés: los estados de estrés ralentizan el metabolismo.
- Reducir el consumo de alcohol, tabaco y cafeína porque aceleran el metabolismo.
¿Qué médico trata las enfermedades del tiroides?
Las enfermedades del tiroides se diagnostican y tratan en la unidad de endocrinología, y el seguimiento de algunos de estos procesos puede ser realizado también por especialistas en medicina de familia.
En muchos casos, se detectan en la unidad de chequeos o en las revisiones ginecológicas.
Diagnóstico
Confirmar las enfermedades del tiroides puede ser complicado, ya que muchos de sus síntomas se asemejan a los de otras muchas patologías comunes. Sin embargo, si existen sospechas de alteración tiroidea, se realizan varias pruebas:
- Exploración física para detectar la presencia de bocio o nódulos tiroideos.
- Análisis de sangre para estudiar diferentes parámetros:
- Prueba de función tiroidea: se miden los niveles de las hormonas tiroideas activas, tiroxina (T4) y triyodotironina (T3), así como el nivel de tirotropina (TSH), una hormona estimulante de la tiroides segregada por la glándula pituitaria. Estos niveles indican si existe un hipotiroidismo o un hipertiroidismo.
- Presencia de anticuerpos antitiroideos para confirmar un trastorno autoinmune.
- Niveles de velocidad de sedimentación glomerular y proteína C reactiva, para confirmar una inflamación.
- Niveles de calcitonina: un nivel muy alto puede ser señal de cáncer medular de tiroides.
- Ecografía tiroidea: permite detectar nódulos y observar señales de riesgo de malignidad, como vascularización, microcalcificaciones o invasión extratiroidea.
- Gammagrafía de tiroidesGammagrafía de tiroidesGammagrafía : se administra al paciente un isótopo radioactivo de yodo o tecnecio y, mediante una cámara de rayos gamma, se muestra el patrón de captación de yodo del tiroides. Así se puede confirmar un funcionamiento anormal de la glándula, así como el nivel de absorción de los nódulos, que, cuanto más bajo sea, más aumenta el riesgo de que el nódulo sea cancerígeno.
- Punción-aspiración con aguja fina (PAAF): mediante una punción en el tiroides, se obtiene una muestra citológica de sus células para examinarlas y determinar si son benignas o malignas.
- Tomografía axial computarizada para observar los límites del tiroides y la dirección de crecimiento en caso de bocio grande.
- Resonancia magnética para valorar la infiltración de las estructuras locales en caso de cáncer de tiroides.
Tratamiento
Existen diferentes tratamientos para las alteraciones tiroideas, en función de cuáles sean las causas:
- Administración de hormona tiroidea (tiroxina) artificial en caso de hipotiroidismo.
- Medicamentos antitiroideos para disminuir la función de la glándula hiperactiva.
- Medicamentos betabloqueantes para atenuar los síntomas de hipertiroidismo, como taquicardia, sudoración y ansiedad.
- Administración de yodo radioactivo para destruir las células tiroideas que producen exceso de hormonas. También se aplica para los nódulos tiroideos que secretan hormonas en exceso. Se puede acabar desarrollando hipotiroidismo.
- Tiroidectomía: cirugía en la que se extirpa parcial o totalmente la glándula tiroides si hay nódulos muy grandes, bocio de gran tamaño o situado en el tórax o células cancerígenas. Puede provocar un hipotiroidismo crónico.
- Ablación con alcohol: se inyecta una pequeña cantidad de alcohol en el nódulo para destruirlo.
- Ablación percutánea: se utiliza láser, radiofrecuencia, microondas o ultrasonidos dirigidos al nódulo para necrosarlo.
- Administración de antibióticos en caso de tiroiditis infecciosa.