Enuresis
¿Cómo tratar la incontinencia urinaria infantil? Toda la información sobre las causas, los síntomas y el tratamiento de la enuresis.
Síntomas y causas
Se denomina enuresis a la incontinencia urinaria en niños que sobrepasan la edad habitual de control de la vejiga cuando no hay lesiones o afecciones subyacentes que la justifiquen.
Los niños suelen adquirir el patrón adulto de eliminación alrededor de los tres-cuatro años de edad. Es un trastorno muy frecuente que también puede darse en adolescentes.
Según el control de la micción, se clasifican estos tipos de enuresis:
- Enuresis primaria: el niño nunca ha llegado a controlar la micción de manera regular. Es la más frecuente.
- Enuresis secundaria: ha existido un periodo previo de control de la vejiga, de una duración mínima de seis a doce meses.
Atendiendo a cuándo se produzcan las micciones involuntarias los tipos son:
- Enuresis diurna: las pérdidas ocurren durante las horas del día.
- Enuresis nocturna: las pérdidas ocurren durante el sueño de ondas lentas. Es mucho más habitual.
Síntomas
El síntoma de la enuresis es la micción involuntaria habitual. Para que se considere enuresis, tiene que darse la emisión repetida de orina por lo menos dos veces por semana durante un periodo mínimo de tres meses consecutivos en un niño con una edad igual o superior a cinco años o con un desarrollo equivalente.
Causas
Las causas de la enuresis se pueden dividir en dos subtipos:
- Causas biológicas: la incontinencia tiene un origen fisiológico.
- Retraso en la maduración: suele ir acompañado de retraso en el habla y torpeza motora.
- Disfunción vesical: puede tratarse una vejiga hiperactiva que se contrae sin previo aviso y hace que el niño tiene un deseo fuerte y repentino de orinar, o una vejiga hipoactiva, con contracciones débiles, que hace que el niño la vacie pocas veces al día y de forma incompleta.
- Desequilibrio hormonal: deficiencia de producción de la hormona antidiurética (ADH), que retrasa la producción de orina durante la noche.
- Trastornos del tracto urinario: infecciones urinarias, obstrucciones o malformaciones.
- Trastornos mentales, como el Trastorno del Espectro Autista, Discapacidad intelectual, etc.
- Apnea del sueño: la respiración se interrumpe durante el sueño, lo que puede alterar el equilibrio químico del cerebro y disparar la incontinencia urinaria.
- Estreñimiento: la dilatación constante de la ampolla rectal provoca una disfunción vesical.
- Diabetes: la diabetes puede causar daños neurológicos que afecten al tracto urinario.
- Ciertos medicamentos, como litio, ácido valproico, clozapina o teofilina.
- Trastornos neurológicos, como espina bífida o reflejo vesicoureteral.
- Causas psicosociales:
- Situaciones de estrés o ansiedad: cambios en el círculo del niño, como divorcios, mudanzas o nacimientos, traumas escolares, abusos sexuales, accidentes, hospitalizaciones o cirugías, entre otros. Es una de las principales causas de la enuresis secundaria.
- Negligencia familiar a la hora de fomentar el entrenamiento de la micción.
Factores de riesgo
Existen ciertas condiciones que aumentan la posibilidad de que el niño desarrolle enuresis:
- Antecedentes familiares: la enuresis primaria tiene un componente genético hereditario.
- Algunos Trastornos Mentales: Es frecuente que aparezca en niños con problemas del neurodesarrollo como el TDAH o el TEA.
Complicaciones
Además de que puede ser una señal de una enfermedad subyacente, la enuresis por sí sola puede afectar muy negativamente a la autoestima del niño y a su salud mental, por el sentimiento de vergüenza y culpabilidad que puede desarrollar. Asimismo, puede tener un impacto negativo en sus relaciones sociales y en el rendimiento escolar. Además, puede desarrollar erupciones en los glúteos y en la zona genital, debido a la humedad prolongada.
Prevención
Se pueden favorecer ciertos hábitos para intentar reducir las micciones incontroladas:
- Limitar el consumo de bebidas con gas o con azúcar, especialmente durante la noche, porque pueden irritar la vejiga y producir orina adicional.
- Crear una rutina para orinar: hacerlo cada dos o tres horas durante el día e inmediatamente antes de acostarse. Si es necesario, despertarlo una vez durante la noche.
- Aumentar el consumo de fibra para evitar el estreñimiento.
- Tratar las pérdidas con paciencia, comprensión y naturalidad: los castigos o reprimendas pueden aumentar el problema y resultar muy perjudiciales.
¿Qué médico trata la enuresis?
La enuresis es evaluada y tratada en las unidades de Pediatría y sus Áreas Específicas y Psicología Clínica.
Diagnóstico
Para diagnosticar la enuresis y su causa son necesarias varias pruebas:
- Historial clínico: es fundamental un estudio cuidadoso de los síntomas y los factores de riesgo. Se estudian el tipo de enuresis que se presenta, la frecuencia de los episodios, la presencia de estreñimiento, los patrones del sueño, los antecedentes familiares y tanto la situación familiar como la escolar, entre otros.
- Examen físico y neurológico para comprobar si existen problemas del desarrollo.
- Análisis y cultivo de orina para confirmar si existen signos de infección, diabetes u otra enfermedad.
- Pruebas de diagnóstico por imagen como la ecografía, la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM), para observar el tracto urinario e identificar alteraciones u obstrucciones, si en el análisis de orina aparecen irregularidades.
Tratamiento
El primer paso es tratar el trastorno subyacente causante de la enuresis infantil, si lo hay. Si no existe causa aparente, se siguen las siguientes terapias:
- Terapia conductual: adquisición de hábitos para que el niño aprenda a controlar la vejiga, mientras se ofrece apoyo y tranquilidad al niño, desdramatizando el problema y recompensando sus logros. Las medidas comprenden reducir la ingesta de líquidos y lácteos antes de acostarse, la eliminación de bebidas con cafeína y la micción justo antes de ir a dormir.
- Alarma de enuresis nocturna: se utiliza un dispositivo conectado a un sensor que activa una alarma en cuanto se detecta la orina. Así, el niño puede despertarse, detener el chorro de orina y llegar al baño. Con el tiempo, se genera una respuesta condicionada: el cerebro asocia el despertar a la sensación de vejiga llena. Es un sistema muy efectivo, pero necesita tiempo, constancia y ayuda familiar, por si el niño no se despierta con la alarma.
- Tratamiento farmacológico: si los tratamientos anteriores no funcionan, se pueden administrar fármacos de forma temporal como apoyo:
- Desmopresina (DDAVP): es un análogo de la hormona antidiurética, que regula la absorción de agua en el riñón y reduce la cantidad de orina que se produce.
- Anticolinérgicos, como la imipramina: ayudan a relajar la vejiga y a aumentar la cantidad de orina que puede retener.
- Terapia psicológica: en caso de enuresis secundaria con origen emocional, especialmente si se trata de adolescentes.