Lesiones en los ligamentos

¿Qué tipos de lesiones pueden sufrir los ligamentos? Todo sobre las causas, los síntomas y los tratamientos para el daño en estas fibras.

Síntomas y causas

Las lesiones en los ligamentos engloban los daños que pueden sufrir los tejidos fibrosos que estabilizan y unen unos huesos con otros en las articulaciones. Por norma general, este deterioro se produce cuando la articulación se fuerza y toma una posición antinatural con motivo de un golpe, una caída o una torcedura.

Dependiendo de su gravedad, las lesiones ligamentosas se dividen en tres grupos:

  • Grado I o esguince: existe un estiramiento del ligamento y rotura a nivel microscópico.
  • Grado II o rotura parcial: el ligamento está desgarrado y presenta hemorragias, además de perder resistencia.
  • Grado III o rotura total: la articulación se desestabiliza por la pérdida de continuidad del ligamento, que suele deshilacharse de forma irregular cuando se parte.

Los daños en los ligamentos se clasifican según la articulación a la que afectan. Los más habituales son:

  • Lesiones en el ligamento del tobillo: el esguince de tobillo es una de las lesiones más comunes, especialmente entre los deportistas. Suele tratarse de un estiramiento o un desgarro de los ligamentos de la parte exterior de la articulación.
  • Lesión en el ligamento de la rodilla: la distensión o la rotura se puede producir en alguno de los cuatro ligamentos principales que forman esta articulación. Algunas de las más frecuentes son:
    • Lesión del ligamento cruzado anterior (LCA): se asocia con los futbolistas, los tenistas o los esquiadores y suele darse por un bloqueo del tobillo que obliga a la rodilla a absorber toda la fuerza que ejerce el peso del cuerpo. La rotura total es más frecuente que la distensión y suele ir acompañada de daños en otras estructuras como el menisco o el cartílago.
    • Lesión del ligamento cruzado posterior (LCP): al ser más fuerte que el anterior, es más difícil que se lesione. Aun así, cuando se rompe suele ser de forma conjunta con el LCA. Es más frecuente en personas que practican fútbol, esquí o rugby.
    • Lesión del ligamento colateral medial (LCM): característica de los futbolistas, los baloncestistas, los esquiadores y los tenistas, el ligamento se rompe o se estira cuando se cambia de dirección bruscamente o cuando se tuerce la rodilla al correr o al tocar el suelo después de saltar.
    • Lesión del ligamento colateral lateral (LCL): además de las torsiones, se rompe o se rasga como consecuencia de un golpe en el lateral de la rodilla. Es habitual entre los deportistas que practican fútbol o fútbol americano.
  • Lesión en el ligamento del hombro: la llamada «inestabilidad del hombro» se produce cuando el ligamento se debilita y la cabeza del húmero no queda pegada a la cavidad glenoidea de la escápula. Es común en los nadadores o los atletas de lanzamiento debido a que fuerzan el movimiento de la articulación.
  • Lesión en el ligamento del codo: afecta al ligamento colateral cubital (UCL), que se rompe o se distiende por un uso excesivo de la articulación o por caídas. Se trata de un daño frecuente en el béisbol, el voleibol o la lucha libre.
  • Lesión en el ligamento del pulgar: habitual entre ciclistas y esquiadores, el ligamento suele verse afectado por una caída o por sostener el manillar o los bastones durante mucho tiempo.

A pesar de no ser una patología grave, las lesiones de los ligamentos suelen ser dolorosas y dificultar los movimientos. Por lo tanto, la actividad deportiva puede verse limitada durante un tiempo que, en ocasiones, puede ser prolongado.

Síntomas

Los síntomas pueden variar ligeramente dependiendo del tendón lesionado, pero los más característicos son:

  • Dolor en la articulación afectada.
  • Inflamación en la zona lesionada.
  • Sensación de que la articulación se afloja.
  • Espasmos musculares.
  • Dificultad para moverse.
  • Problemas para soportar peso con la articulación dañada.

Causas

La principal causa de que un ligamento se estire o se rompa es la práctica deportiva, así como las caídas o los golpes. Los motivos por los que el tejido se distiende varían dependiendo del tejido dañado:

  • Ligamentos del tobillo (tibiofibular anterior, tibiofibular posterior y tibiofibular interóseo): por una torcedura o por girar la articulación de forma extraña.
  • Ligamento cruzado anterior: se produce por la combinación de tres causas:
    • Rotación interna de la tibia o externa del tronco.
    • Desviación de la rodilla hacia dentro.
    • Traslación de la tibia hacia delante.
  • Ligamento cruzado posterior: por una fuerza extrema que desplaza la tibia hacia atrás, como un accidente automovilístico frontal.
  • Ligamento colateral medial: puede lesionarse por:
    • Cambiar de dirección bruscamente.
    • Torcerse la rodilla al correr.
    • Torcerse la rodilla al apoyarla en el suelo después de saltar.
  • Ligamento colateral lateral: por recibir un golpe lateral en la rodilla, que la empuja hacia el exterior.
  • Ligamentos del hombro (glenohumerales, coracoacromiales y coracoclaviculares o transverso del húmero): por un traumatismo o por realizar movimientos repetitivos por encima de la cabeza.
  • Ligamentos del codo (colateral ulnar, y colateral radial): por el movimiento repetitivo, por un golpe o por torcerlo en una forma antinatural.
  • Ligamento colateral ulnar del pulgar: por un golpe mientras se sostiene un objeto, que puede ser el volante de un vehículo o unos bastones de esquí, o por caerse con la mano extendida.

Factores de riesgo

El riesgo de sufrir una lesión de ligamentos aumenta con los siguientes factores:

  • Edad: con el paso del tiempo las articulaciones se vuelven más rígidas y se pierde equilibrio.
  • Sobrepeso.
  • Práctica deportiva, especialmente si es de forma profesional.
  • Carecer de una equipación deportiva deficiente.
  • Tener patrones de movimiento defectuosos.
  • Haber pasado un periodo largo de reposo.

Complicaciones

Cuando se tratan adecuadamente, las lesiones de los ligamentos no suelen producir complicaciones. En caso contrario, es posible que se presente:

  • Inestabilidad en la articulación.
  • Dolor e hinchazón.
  • Rotura de otras estructuras articulares como los huesos que la rodean.
  • Artrosis.

Prevención

A pesar de que los ligamentos se pueden lesionar fortuitamente, se pueden prevenir los daños adoptando las siguientes medidas:

  • Fortalecer los músculos.
  • Entrenar para interiorizar la forma de llevar a cabo determinadas acciones sin dañar las articulaciones.
  • Hacer ejercicios de fisioterapia para adquirir patrones de movimiento adecuados.
  • Utilizar equipación adaptada al deporte que se practica y de la forma adecuada.
  • Evitar practicar deporte en hierba artificial.

¿Qué médico trata las lesiones en los ligamentos?

Los especialistas en traumatología y cirugía ortopédica, reumatología, medicina de la educación física y el deporte y medicina física y rehabilitación se encargan del diagnóstico y tratamiento de las lesiones en los ligamentos.

Diagnóstico

Las lesiones de ligamentos se diagnostican mediante una exploración física en la que se evalúan la inflamación, la sensibilidad y la capacidad de movimiento. Además, se compara el estado de la articulación dañada con la sana.

Para determinar la gravedad, se realizan pruebas de diagnóstico por imagen (resonancia magnética, ecografía o radiografía) en las que se comprueba si el ligamento está distendido o roto.

Tratamiento

El tratamiento de las lesiones de ligamentos varía dependiendo de si se trata de un esguince, de una rotura parcial o de una rotura total. Para paliar los primeros síntomas y recuperar el ligamento en caso de estiramiento, desgarro o rotura que no impide continuar con el día a día, se recomienda:

  • Reposo para limitar el uso de la articulación. En las lesiones de rodilla es fundamental que no soporte el peso del cuerpo.
  • Vendaje para evitar los movimientos bruscos.
  • Aplicación de frío en la zona afectada.
  • Rehabilitación para fortalecer los músculos, recuperar la amplitud de movimiento previa y aprender a utilizar la articulación sin dañarla.

Cuando el ligamento se rompe por completo e impide realizar las actividades cotidianas, es necesario recurrir a la cirugía. En los últimos años, la cirugía artroscópica ha avanzado mucho y permite reparar los daños de forma mínimamente invasiva, ya que solamente se necesita hacer unas pequeñas incisiones para insertar un tubo delgado conectado a una cámara que permite ver el interior. Durante la intervención quirúrgica es posible reparar el ligamento dañado o sustituirlo con un injerto, que puede provenir del propio paciente o de un donante.

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