Miomas
¿Por qué se forman los miomas uterinos? Toda la información sobre las causas, los síntomas y los tratamientos de estos tumores benignos.
Síntomas y causas
Los miomas, también denominados leiomiomas, fibromas o fibromiomas, son tumoraciones benignas del músculo liso del útero. Son los tumores más frecuentes del aparato reproductor femenino y, posiblemente, el tumor benigno más habitual en la mujer. Los miomas se forman a partir de la aglomeración del propio tejido muscular del útero, que toma una forma redondeada y bien delimitada.
Los miomas pueden variar en tamaño y ubicación dentro del útero. Asimismo, suelen presentarse en forma múltiple, en cuyo caso se habla de útero miomatoso. Según su localización, la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO) distingue los siguientes tipos de miomas:
- Miomas subserosos: son el tipo más frecuente. Están localizados en la parte más externa del útero, bajo el peritoneo visceral o serosa, la capa más superficial del útero. Crecen hacia la cavidad abdominal, pueden alcanzar un tamaño grande y suelen ser asintomáticos.
- Miomas intramurales: se ubican y se mantienen en el miometrio, la capa muscular uterina.
- Miomas submucosos: aparecen bajo el endometrio, la capa más interna, desplazándolo en su crecimiento y extendiéndose hacia la cavidad uterina. Es el tipo menos frecuente, pero el más sintomático.
- Miomas pediculados: miomas subserosos o submucosos que se desprenden y se mantienen unidos al útero por un fino tallo llamado pedículo.
Los miomas tienen patrones de crecimiento variados: pueden aumentar de tamaño a gran velocidad o muy lentamente, no crecer, pasar por una fase de crecimiento acelerado o disminuir su tamaño por sí solos. Los miomas también pueden degenerar, o incluso necrosar, cuando el crecimiento es desproporcionado al suministro de sangre: si los vasos sanguíneos que los conectan no pueden proporcionar suficiente oxígeno al mioma, sus células comienzan a morir y el mioma se reduce a un tamaño que la irrigación sanguínea puede soportar. Asimismo, puede volver a expandirse y degenerar de nuevo.
Síntomas
La mayoría de los miomas no presenta síntomas. En caso de que los presente, dependen de su tamaño y localización. Estos son los más habituales:
- Menorragia: sangrado menstrual muy abundante de características cíclicas y de mayor duración. Se asocia normalmente a miomas submucosos.
- Metrorragia: sangrado entre menstruaciones, a intervalos irregulares.
- Dismenorrea: menstruaciones muy dolorosas.
- Dolor pélvico, debido a la comprensión que ejerce el mioma sobre los nervios, a la expulsión de un mioma seccionado, a la degeneración del mioma o a la torsión del pedículo.
- Micción frecuente o problemas para orinar, por la compresión de la vejiga.
- Estreñimiento, a causa de la compresión intestinal.
- Aumento del volumen abdominal.
Causas
Se desconoce la causa última de los miomas, aunque se cree que puede estar relacionada con factores genéticos. La comunidad científica considera la posibilidad de que provengan de la mutación de un solo miocito, una célula del tejido muscular, que provoca su replicación continua hasta convertirse en una nueva masa, el mioma. Su desarrollo está condicionado por las hormonas menstruales, los estrógenos y la progesterona, que aceleran el crecimiento anormal de las células musculares del útero. Por tanto, pueden aparecer durante la época comprendida entre la primera menstruación y la última. Asimismo, su crecimiento puede verse favorecido por otros factores de crecimiento y por desarreglos hormonales que aumentan la actividad de la progesterona. Por eso, suelen aumentar de tamaño en el embarazo y disminuir después de este y en la menopausia.
Factores de riesgo
Todas las mujeres en edad reproductiva son susceptibles de desarrollar miomas uterinos. No obstante, ciertos factores pueden aumentar el riesgo:
- Edad: su diagnóstico es más frecuente entre los 30 y los 40 años.
- Antecedentes familiares.
- Menstruación precoz, antes de los 10 años.
- Déficit de vitamina D.
- Dieta rica en carne roja y pobre en vegetales y lácteos.
- Obesidad: la grasa corporal femenina produce un exceso de estrógenos.
Complicaciones
A pesar de que generalmente los miomas uterinos no revisten peligrosidad, también pueden causar problemas como:
- Anemia, debido al sangrado abundante de la menstruación.
- Dificultad o imposibilidad de conseguir un embarazo: si los miomas oprimen las trompas de Falopio, el óvulo no podrá ser fecundado. Asimismo, pueden distorsionar la superficie endometrial y dificultar la implantación.
- Pérdida gestacional: los miomas pueden provocar un aborto espontáneo, especialmente los de tipo submucoso, que afectan directamente a la cavidad uterina y, según su tamaño, pueden impedir el desarrollo normal del embrión.
Prevención
Debido a que la causa específica de su formación no está establecida, la única forma de prevención que se considera es potenciar un estilo de vida saludable y evitar el sobrepeso mediante una dieta rica en vegetales y vitaminas y el ejercicio regular. Asimismo, es recomendable realizar revisiones ginecológicas periódicas para detectar su presencia de forma precoz.
¿Qué médico trata los miomas?
Los miomas uterinos son diagnosticados y tratados por los especialistas en ginecología y obstetricia y en unidades de reproducción asistida.
Diagnóstico
Los miomas suelen encontrarse fortuitamente durante un examen pélvico rutinario en el que se perciben irregularidades en la forma del útero que sugieren la presencia de miomas. Si es así, se realizan pruebas complementarias para confirmar el diagnóstico:
- Ecografía abdominalEcografía abdominalEcografía o transvaginal: se obtienen imágenes de la cavidad uterina que confirman la localización y el tamaño de los miomas.
- Histerosonografía: si la ecografía no es concluyente, se inyecta una solución salina en el útero durante la ecografía para mejorar su visualización.
- Histeroscopia: se introduce una cámara a través de la vagina. Facilita la localización de miomas submucosos.
- Laparoscopia: se inserta una cámara a través de un orificio en el abdomen. Permite observar mejor miomas subserosos.
- Histerosalpingografía: se utiliza un líquido de contraste para visualizar el útero y las trompas de Falopio en imágenes de rayos X y comprobar si las trompas están obstruidas.
Tratamiento
El tratamiento depende del tamaño de los miomas, de la gravedad de los síntomas y de la edad de la paciente. Si los síntomas son leves o inexistentes, probablemente no se realice tratamiento y se recomienden revisiones periódicas. En caso de presentar síntomas, los tratamientos habituales son:
- Tratamientos farmacológicos: no eliminan los miomas, sino que disminuyen su tamaño y los síntomas que producen.
- Anticonceptivos hormonales para regular las menstruaciones y el dolor.
- Dispositivo intrauterino (DIU) liberador de progesterona: alivia el sangrado intenso, pero no disminuye los miomas. Previene el embarazo.
- Análogos de la hormona liberadora de Gonadotropina (GnRH): inhiben las hormonas encargadas de estimular la producción de estrógenos y progesterona en el ovario. Tienen efectos secundarios similares a la menopausia y, si se suspende el tratamiento, los miomas vuelven a crecer.
- Moduladores selectivos del receptor de la progesterona (SPRMS): bloquean los receptores de progesterona en el mioma, reduciendo su volumen y el sangrado excesivo.
- Tratamientos quirúrgicos: se reservan para miomas cuyos síntomas no se controlan con medicación.
- Embolización de las arterias uterinas: se inyectan partículas embólicas en las arterias que irrigan los miomas para obstruir el flujo sanguíneo y hacer que necrosen.
- Ablación por radiofrecuencia: mediante el guiado por ecografía, se identifican los miomas y se les aplica energía de radiofrecuencia desde un cabezal introducido a través del abdomen, del cuello del útero o de la vagina.
- Cirugía con ultrasonidos focalizados (HIFU, high-intensity focused ultrasound): utilizando la ecografía o la resonancia magnética como guía, se localizan los miomas y se les aplican ondas de sonido para destruir el tejido fibroso.
- Miomectomía: consiste en la extirpación de los miomas mediante histeroscopia o laparoscopia. Este procedimiento no impide que aparezcan nuevos miomas en el futuro.
- Histerectomía: consiste en la extirpación parcial o total del útero. Es un tratamiento definitivo, recomendado solo a mujeres en edad avanzada que no desean tener hijos. Se realiza mediante cirugía abierta abdominal, histeroscopia o laparoscopia.
- Cirugía v-NOTES (Vaginal Natural Orifice Transluminal Endoscopic Surgery): Es una técnica innovadora que utiliza los orificios naturales del cuerpo, en este caso, la vagina, para realizar cirugías como la miomectomía o la histerectomía.