Fimosis

¿En qué consiste la fimosis? Todo sobre esta enfermedad del prepucio

Síntomas y causas

Cuando el prepucio no puede retraerse por encima de la punta del pene, se produce la fimosis. Esta situación es normal en los niños recién nacidos, pero, con el tiempo, la piel del prepucio se afloja y retrocede completamente. Cuando se alcanzan los 17 años y todavía no se puede retirar por completo, es el momento de aplicar un tratamiento para solucionarlo.

Durante las revisiones infantiles, se vigila la evolución de la piel y se ofrecen consejos en cuanto a higiene y cuidado. Normalmente, se recomienda que se retraiga cuidadosamente el prepucio durante la higiene para facilitar el proceso o que se apliquen determinadas cremas con corticoides. No obstante, se deben evitar los tirones bruscos que pueden producir cicatrices permanentes y dolor intenso.

También se puede presentar parafimosis cuando el prepucio queda retraído detrás del glande y no puede volver a su posición normal. Estos casos son más graves, ya que la sangre no drena adecuadamente.

Síntomas

Dependiendo de las características de cada persona y del tipo de fimosis, resulta necesario o no aplicar un tratamiento para corregirla.

Algunos de los síntomas que indican la necesidad de una intervención médica son:

  • Balanitis o inflamación del prepucio de forma recurrente.
  • Infecciones urinarias de repetición.
  • Dificultades para orinar.
  • Pacientes con malformaciones urológicas como el reflujo vesicoureteral.
  • Niños con megaprepucio, es decir, con excesiva mucosa y poca piel.

Causas

La fimosis es una enfermedad congénita con la que los niños nacen, independientemente de si su padre la ha padecido o no. En estos casos, es muy común que desaparezca de forma natural y sin complicaciones, por lo que suele bastar con una cuidada higiene y vigilar periódicamente.

En algunas ocasiones, se produce tras haber sufrido infecciones urinarias de forma repetitiva o después de un trauma, como puede ser un tirón excesivamente fuerte para intentar retirar el prepucio cuando los niños son pequeños. Este tipo de fimosis no se resuelven por sí solas y es necesaria la intervención médica.

Factores de riesgo

Como se ha indicado con anterioridad, algunos de los principales factores de riesgo para la fimosis son:

  • Predisposición genética.
  • Traumatismos en el prepucio.
  • Falta de higiene.
  • Acumulación de orina.
  • Infecciones bacterianas.

Complicaciones

La principal complicación es la parafimosis. Cuando el prepucio es demasiado estrecho y, después de haberse retraído, no vuelve a su posición inicial, puede dificultar el flujo sanguíneo y linfático. En caso de producirse un edema en el glande, la única forma de retraer el prepucio es quirúrgicamente.

Además de las infecciones de orina y de la acumulación de esmegma (escamas de la piel) o suciedad, cuando la fimosis no se trata puede facilitar el desarrollo de cáncer de pene.

Prevención

Cuando la fimosis tiene un origen congénito no es posible prevenirla. No obstante, se pueden tomar algunas medidas para evitar que se manifieste por otros motivos:

  • Cuidar la higiene del pene desde edad temprana.
  • Durante el baño, retirar delicada y paulatinamente el glande para facilitar el proceso natural.
  • Evitar los tirones fuertes para retirar el prepucio.

¿Qué médico trata la fimosis?

La fimosis se trata en la consulta de urología. Cuando afecta a niños, los pediatras se encargan de diagnosticarla y aplicar la terapia.

Diagnóstico

No existen pruebas específicas para diagnosticar la fimosis, que suele detectarse en las revisiones pediátricas de rutina. El examen físico rutinario incluye:

  • Evaluar la fisiología del pene y los testículos.
  • Comprobar el grado de retracción.
  • Observar el aspecto de la mucosa.
  • Detectar la presencia de adherencias, quistes o cicatrización prepucial.

Tratamiento

El tratamiento de la fimosis suele consistir en dejar a la naturaleza seguir su curso, ya que en la mayoría de los casos desaparece por sí misma. Cuando esto no sucede, se recurre a dos tipos diferentes de abordaje, dependiendo de la edad del paciente y de las características de la enfermedad:

  • Cremas de esteroides y corticoides: tratamiento tópico que se aplica todos los días para mejorar la elasticidad de la piel. Estas pomadas, junto con la retracción cautelosa, facilitan la separación del prepucio del glande.
  • Circuncisión: si el prepucio continúa sin desprenderse y se producen infecciones, se procede a realizar una intervención quirúrgica para operar la fimosis. Durante la circuncisión, se extirpa la piel por completo y se descubre el glande.
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