Quirónsalud
Blog del Hospital Ruber Internacional
Durante años, Vanessa vivió con un dolor constante, una presión insoportable en la pelvis y una pérdida significativa en su calidad de vida. "Fue como si me estuviera quemando por dentro", relata. Lo que no sabía es que sufría una afección que afecta a un gran número de mujeres, pero de la que se habla muy poco: las varices pélvicas.
¿Qué son las varices pélvicas?
Son venas dilatadas y tortuosas ubicadas en la pelvis, provocadas por un mal retorno de la sangre al corazón. Según el Dr. Pablo Gallo González, jefe de la Unidad de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Ruber Internacional, esto ocurre cuando las venas se debilitan, dificultando el flujo sanguíneo. El resultado: acumulación anormal de sangre, inflamación, dolor y otras complicaciones.
¿Quiénes las padecen y por qué?
Aproximadamente un 39% de las mujeres experimentarán dolor pélvico en algún momento de sus vidas. De este porcentaje, una causa común pero infradiagnosticada es el síndrome de congestión pélvica, producido por varices pélvicas.
El embarazo es un factor clave: cerca del 80% de las mujeres embarazadas presentan algún tipo de dilatación varicosa. Las que han tenido múltiples partos tienen un riesgo aún mayor debido a los cambios hormonales y al peso que ejerce el útero sobre las venas pélvicas.
Síntomas frecuentes
En los casos más graves, esta afección puede desencadenar una trombosis venosa con riesgo de tromboembolismo pulmonar, una condición potencialmente mortal.
Diagnóstico y tratamiento
Los especialistas utilizan estudios como la flebografía para identificar estas venas alteradas. El tratamiento más eficaz es la embolización, un procedimiento mínimamente invasivo que sella las venas afectadas mediante un catéter.
Vanessa, tras someterse a esta técnica, afirma: "La vida me ha mejorado al cien por cien".
Cómo prevenir las varices (pélvicas y en piernas)
Además, en algunos casos se recomienda el uso de medias elásticas a medida y tratamiento con venotónicos, especialmente durante los meses de calor.
El Síndrome de Nutcracker, también conocido como "síndrome del cascanueces", es una patología vascular poco frecuente pero potencialmente debilitante, provocada por la compresión de la vena renal izquierda entre la arteria aorta y la arteria mesentérica superior. Esta compresión dificulta el retorno venoso, lo que genera un aumento de presión que puede derivar en la formación de varices pélvicas, especialmente del lado izquierdo.
¿Qué causa el Síndrome de Nutcracker?
Aunque el origen exacto de este síndrome compresivo no está del todo claro, se presenta con mayor frecuencia en mujeres jóvenes y personas con bajo índice de masa corporal. En el caso de los hombres, puede manifestarse como varicocele testicular izquierdo, un hallazgo que también debe hacer sospechar esta alteración vascular.
Principales síntomas del Síndrome de Nutcracker
Los pacientes con esta patología pueden experimentar una amplia gama de síntomas que pueden afectar significativamente su calidad de vida. Entre los más habituales destacan:
Diagnóstico del Síndrome de Nutcracker
En el Hospital Ruber Internacional, apostamos por un enfoque diagnóstico integral y mínimamente invasivo. Inicialmente, se realiza un Eco-Doppler color, que permite visualizar la anatomía venosa en tiempo real y detectar alteraciones del flujo sanguíneo.
Una combinación de Eco-Doppler transvaginal y abdominal ofrece una evaluación más precisa y completa. En casos seleccionados, pueden utilizarse otras técnicas de imagen como Angio-RMN o Angio-TAC.
El diagnóstico definitivo se establece mediante flebografía pélvica (iliocavografía), considerada el "gold standard". Esta técnica no solo permite obtener imágenes detalladas del sistema venoso, sino también medir el gradiente de presión entre la vena renal izquierda y la vena cava inferior, un dato crucial para determinar la necesidad de tratamiento.
Tratamiento del Síndrome de Nutcracker
El objetivo del tratamiento es aliviar la compresión venosa y reducir los síntomas. En la mayoría de los casos se opta por una intervención endovascular, mediante la colocación de un stent que mantiene abierta la vena renal y restablece el flujo sanguíneo normal.
En situaciones más complejas o cuando la opción endovascular no es viable, se puede recurrir a la cirugía convencional, como la realización de un bypass venoso.
Además, cuando existen varices pélvicas secundarias, puede ser necesario su abordaje previo mediante embolización, como parte del tratamiento integral de la insuficiencia venosa pélvica (síndrome de congestión pélvica).
El pie diabético es una de las complicaciones más graves y frecuentes de la diabetes, y cada 30 segundos provoca la pérdida de una extremidad en algún lugar del mundo. Así lo alerta el Dr. Pablo Gallo González, jefe de Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Ruber Internacional.
¿Qué es el pie diabético?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se trata de una infección, ulceración o destrucción de tejidos profundos del pie en personas con diabetes, asociada a alteraciones neurológicas y/o enfermedad vascular periférica. Es una condición progresiva que, si no se trata adecuadamente, puede derivar en amputaciones y poner en riesgo la vida del paciente.
¿Cómo se desarrolla?
"El pie diabético no aparece de un día para otro", advierte el Dr. Gallo. Es el resultado de años de mal control metabólico, falta de cuidado de los pies, tabaquismo, hipertensión, colesterol elevado, obesidad y sedentarismo.
Una úlcera en el pie, combinada con una mala circulación (isquemia), puede no cicatrizar, infectarse y llevar a una amputación parcial o total. Entre los primeros signos de alarma se encuentran:
Tratamiento y abordaje integral
El manejo del pie diabético debe ser personalizado y multidisciplinar. En casos de isquemia, es fundamental restaurar el flujo sanguíneo con técnicas de revascularización, ya sean mínimamente invasivas o quirúrgicas abiertas.
Cuando hay infección profunda, se requiere hospitalización, limpieza quirúrgica y tratamiento antibiótico.
La prevención, nuestra mejor herramienta
La buena noticia es que el pie diabético se puede prevenir. El Dr. Gallo insiste en que la clave está en la educación, tanto del paciente como de su entorno y del personal sanitario. Las medidas preventivas esenciales incluyen:
"El pie diabético no es una condena inevitable. Con prevención, educación y tratamiento adecuado, podemos evitar muchas amputaciones y mejorar la calidad de vida de los pacientes con diabetes", concluye el Dr. Pablo Gallo.
Las varices son un problema circulatorio común en el embarazo y pueden afectar tanto la pelvis como las piernas. Su correcto manejo es clave para garantizar el bienestar de la madre y evitar posibles complicaciones.
Factores de riesgo
El Dr. Pablo Gallo González, jefe de servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Ruber Internacional, explica que las varices en el embarazo pueden deberse a diversos factores, entre ellos:
- Genética: Si existen antecedentes familiares de insuficiencia venosa, hay una mayor probabilidad de desarrollarlas.
- Cambios hormonales: El aumento de estrógenos y progesterona puede debilitar las paredes venosas y favorecer su aparición.
- Factores mecánicos: A medida que el bebé crece, el peso del útero presiona las venas pélvicas, lo que puede provocar su dilatación.
Las varices suelen aparecer a partir del segundo trimestre y tienden a empeorar a medida que avanza la gestación. Además, pueden estar relacionadas con compresiones venosas pélvicas, como el Síndrome de May Thurner o el Síndrome de Nutcracker.
Síntomas y complicaciones
Los síntomas de las varices durante el embarazo incluyen:
- Dolor y sensación de pesadez en las piernas.
- Edema e hinchazón.
- Pinchazos u hormigueo.
- Aparición de venas dilatadas y visibles.
En algunos casos, las varices pueden desaparecer o disminuir después del parto. Sin embargo, si la paciente presenta dolor intenso, inflamación asimétrica o enrojecimiento en una pierna, es fundamental acudir al especialista, ya que podría tratarse de una trombosis venosa profunda.
Prevención y tratamientos
Si bien no siempre es posible evitar la aparición de varices, se pueden seguir ciertos hábitos saludables para reducir su impacto:
- Mantener una alimentación equilibrada.
- Realizar ejercicio físico regularmente.
- Evitar estar mucho tiempo de pie o sentado.
- Usar ropa cómoda y calzado adecuado.
- Elevar las piernas al descansar.
- Utilizar medias de compresión para mejorar la circulación.
Durante el embarazo, el tratamiento suele ser conservador, priorizando cambios en el estilo de vida y el uso de medias de compresión. Tras el parto, se recomienda una nueva evaluación para determinar si es necesario recurrir a tratamientos adicionales, como los procedimientos endovasculares, que son mínimamente invasivos y permiten una rápida recuperación.
En el caso de varices pélvicas, la embolización es una opción eficaz que permite ocluir las venas enfermas mediante una pequeña intervención realizada desde el brazo, minimizando los riesgos.
El linfedema es la patología linfática más frecuente, caracterizada por la presencia de inflamación crónica o edema que afecta principalmente a las extremidades. Este trastorno se produce debido a un mal funcionamiento del sistema linfático, esencial no solo para el sistema inmunitario, sino también para el transporte y distribución de líquidos en el organismo.
¿Qué es el Linfedema?
El linfedema se manifiesta cuando la linfa, un líquido transparente y blanquecino que circula por los vasos linfáticos, no puede drenar eficazmente. Esto provoca su acumulación en los tejidos, generando hinchazón persistente.
Causas del Linfedema
El linfedema puede clasificarse en dos grandes grupos:
Síntomas del Linfedema
El síntoma principal es el edema (hinchazón), que se presenta con:
A diferencia de otros edemas, el linfedema generalmente no causa dolor ni cambios de coloración en la piel.
Diagnóstico del Linfedema
El diagnóstico es principalmente clínico, aunque pueden realizarse pruebas complementarias como:
Tratamiento del Linfedema
Aunque es una enfermedad crónica y progresiva sin cura definitiva, el linfedema puede manejarse eficazmente con tratamientos que mejoran la calidad de vida.
Tratamiento Conservador
Tratamiento Quirúrgico
En casos seleccionados, se consideran procedimientos como las anastomosis linfático-venosas o el trasplante de ganglios linfáticos para mejorar el drenaje linfático.
La Unidad de Patología Vascular del Hospital Ruber Internacional dispone de un servicio de atención integrada para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades circulatorias venosas (varices tanto en las piernas como en la pelvis, trombosis…) y arteriales (aneurismas, aterosclerosis, obstrucción de las arterias, embolias…).
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