Conjuntivitis

¿Conoces los diferentes tipos de conjuntivitis? Todo sobre sus síntomas y los mejores tratamientos para curarla.

Síntomas y causas

La conjuntivitis es la inflamación de la conjuntiva del ojo, que es la membrana transparente que recubre el globo ocular. Aunque normalmente está causada por una infección, puede producirse por otros motivos. Dependiendo de su naturaleza, se habla de cuatro tipos de conjuntivitis:

  • Conjuntivitis vírica. Está provocada por una infección, normalmente por adenovirus, y es muy contagiosa.
  • Conjuntivitis bacteriana. Tiene lugar cuando alguna bacteria, habitualmente el estafilococo o el estreptococo, entra en el ojo e infecta la conjuntiva. También es altamente contagiosa.
  • Conjuntivitis alérgica. Al contrario de las dos anteriores, siempre afecta a los dos ojos y no es contagiosa, ya que se debe a la producción de inmunoglobulina por parte del cuerpo como respuesta a un alérgeno.
  • Conjuntivitis irritativa. Está causada por la presencia de un cuerpo extraño o una sustancia química. Tampoco es contagiosa.

Los síntomas de la conjuntivitis son molestos y pueden durar de siete a catorce días. No obstante, no se trata de una enfermedad grave y no suele afectar a la visión. En los casos de conjuntivitis infecciosas se recomienda tomar ciertas precauciones para evitar su contagio.

Síntomas

Independientemente del tipo de conjuntivitis, los síntomas son comunes y fácilmente reconocibles. Entre los más habituales se encuentran:

  • Ojos rojos, ya que los vasos sanguíneos del globo ocular se hacen más visibles.
  • Secreción de mucosidad o de pus que puede provocar legañas que impidan despegar los párpados al despertar.
  • Fotofobia (sensibilidad a la luz).
  • Picor en los ojos.
  • Visión borrosa.

Causas

La principal causa de la conjuntivitis es la infección por un virus o por una bacteria. En ocasiones, puede producirse cuando un agente extraño entra en el ojo o por una alergia.

La conjuntivitis en bebés y niños pequeños suele deberse a una obstrucción del conducto lagrimal.

Factores de riesgo

Existen algunos factores que aumentan el riesgo de padecer conjuntivitis. Por ejemplo:

  • El contacto con una persona contagiada en los casos de enfermedad infecciosa.
  • La exposición a un alérgeno.
  • El uso prolongado de lentillas, especialmente si no se limpian de forma adecuada.
  • La presencia de un objeto extraño en el ojo.

Complicaciones

No es habitual que surjan complicaciones por una conjuntivitis. Los casos más graves pueden provocar una inflamación excesiva que impida mantener los ojos abiertos y provoque dolor.

Prevención

La conjuntivitis infecciosa, ya sea vírica o bacteriana, se puede prevenir de forma similar a un resfriado:

  • Limitar el contacto con personas contagiadas.
  • No tocarse los ojos.
  • Lavarse las manos frecuentemente.
  • No compartir toallas o cosméticos que entran en contacto directo con los ojos.

Aunque resulta más complicado, para evitar la conjuntivitis alérgica se deben tomar los antihistamínicos pautados por el médico e intentar evitar aquellas sustancias a las que se tiene alergia.

La conjuntivitis irritativa se puede prevenir siguiendo las recomendaciones habituales de higiene ocular, como evitar tocarse los ojos o no utilizar las lentillas durante demasiado tiempo.

¿Qué médico trata la conjuntivitis?

La conjuntivitis es diagnosticada y tratada principalmente por especialistas en Oftalmología, aunque también puede ser abordada desde las consultas de Pediatría y sus áreas específicas, así como por Medicina Familiar y Comunitaria.

Diagnóstico

Normalmente, la conjuntivitis se diagnostica con la observación del ojo y el análisis de los síntomas y el historial médico del paciente.

En casos graves, cuando se quiere determinar el agente infeccioso que la ha provocado, o si se corre riesgo de sufrir alguna complicación, se pueden solicitar cultivos en el laboratorio de la secreción ocular.

Tratamiento

En la mayoría de los casos, la conjuntivitis mejora por sí misma en pocos días. Para aliviar algunos síntomas como el picor, se pueden aplicar lágrimas artificiales.

No suele utilizarse un tratamiento específico para la conjuntivitis vírica, aunque habitualmente remiten espontáneamente, se prescribe un tratamiento sintomático tópico y lavados frecuentes con suero fisiológico.

Los antibióticos en forma de pomadas o gotas son los más eficaces para las conjuntivitis bacterianas. No obstante, en muchos casos el tratamiento puede limitarse a sueros específicos para los ojos.

Cuando no se puede evitar el contacto con el alérgeno que la causa, la conjuntivitis alérgica mejora con el uso de antihistamínicos. Normalmente, se combinan los orales con los que se aplican en forma de colirio.

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