Infarto de miocardio

¿En qué consiste un infarto de miocardio? Información sobre sus causas, sus síntomas, sus tratamientos y las diferencias con una angina de pecho.

Síntomas y causas

El infarto de miocardio es un tipo de cardiopatía isquémica que se produce cuando el corazón no recibe suficiente sangre debido a que las arterias se estrechan y se vuelven más rígidas por la acumulación de colesterol y grasa en sus paredes internas.

A diferencia de lo que sucede en una angina de pecho, en la que las arterias coronarias se taponan parcialmente, un infarto de miocardio supone la obstrucción completa de estos vasos sanguíneos, por lo que su gravedad es mayor.

La parte del músculo cardiaco afectada por la falta de riego sanguíneo no se recupera, ya que las células se mueren. Por lo tanto, los afectados deben tomar medicación de por vida para controlar la enfermedad. A pesar de que su calidad de vida se ve deteriorada, en la mayoría de los casos pueden retomar casi todas sus actividades diarias en poco tiempo.

Síntomas

Los síntomas más característicos de un infarto de miocardio son:

  • Opresión y dolor en el pecho que, a menudo, se irradia hacia el cuello, el brazo, la mandíbula, el abdomen o la espalda.
  • Náuseas y acidez estomacal.
  • Fatiga.
  • Mareos.
  • Sudores fríos.

Las mujeres manifiestan algunos síntomas diferentes por lo que es fundamental una sospecha clínica para llegar a un diagnóstico precoz.

Causas

La causa del infarto de miocardio es la obstrucción de una arteria que irriga al corazón por la ruptura de una placa de ateroma y formación de un coágulo sobre esta.

Factores de riesgo

Los factores que aumentan el riesgo de un infarto de miocardio son:

  • Hombres mayores de 45 años y mujeres mayores de 55.
  • Antecedentes familiares de ataque cardiaco en familiares de primer grado menores a 55 años.
  • Hipertensión arterial.
  • Hipercolesterolemia.
  • Niveles altos de triglicéridos.
  • Tabaquismo.
  • Obesidad.
  • Diabetes.
  • Sedentarismo.
  • Estrés.

Complicaciones

Las principales complicaciones de un infarto de miocardio se deben al daño que sufre el músculo del corazón durante el ataque. Estas lesiones pueden provocar arritmias, insuficiencia cardiaca, pericarditis, paro cardiaco o muerte súbita.

Prevención

Llevar un estilo de vida saludable puede prevenir un infarto de miocardio. Para ello, se recomienda comer de forma equilibrada, mantener un peso adecuado, evitar el tabaco y practicar ejercicio de forma regular.

¿Qué médico trata el infarto de miocardio?

Los infartos de miocardio se diagnostican y tratan en las especialidades de Urgencias, Medicina Intensiva y Cardiología.

Diagnóstico

El infarto de miocardio se diagnostica atendiendo a los síntomas. Para confirmarlo, se suelen llevar a cabo las siguientes pruebas:

  • Electrocardiograma para descubrir las alteraciones del corazón y comprobar si existen lesiones causadas por un ataque cardiaco previo.
  • Análisis de sangre que muestre los niveles de enzimas cardiacas.
  • Angiografía o cateterismo coronario para ver el estado de las arterias.

Para evitar complicaciones, se recomienda acudir a un hospital inmediatamente si se nota una opresión o un dolor en el pecho que dura más de cinco minutos.

Tratamiento

Los tratamientos del infarto de miocardio varían dependiendo de su gravedad y de las características de cada paciente. Los médicos pueden optar por dos tipos de abordaje:

  • Farmacológico: en los primeros momentos se suministra oxígeno y se administran medicamentos anticoagulantes para impedir que se formen trombos. En algunos tipos de infartos se utilizan fármacos intravenosos (fibrinolíticos) para disolver el trombo, si bien la primera opción de tratamiento es el cateterismo cardiaco. Posteriormente, el paciente deberá continuar un tratamiento con medicación que reduzca la presión arterial, facilite la circulación de la sangre y evite los coágulos.
  • Cateterismo cardiaco: para desobstruir las arterias. En algunos casos esta intervención debe realizarse en las primeras horas del comienzo de los síntomas y consiste en colocar un stent para abrir la obstrucción de la arteria.
  • Quirúrgico: consiste en realizar un bypass coronario, pero esto es necesario en una minoría de los casos.

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