Infección vaginal
¿Qué es la infección vaginal? Información sobre las causas, los síntomas y los tratamientos para las infecciones vaginales.
Síntomas y causas
La Infección vaginal es un tipo de infección que afecta a la parte externa del aparato reproductor femenino. A pesar de que suele presentarse en la vagina, también puede manifestarse en la vulva o el cuello del útero.
Se puede hablar de diferentes tipos de infecciones vaginales dependiendo del microorganismo que la cause. Los más destacados son:
- Vaginosis bacteriana: es más habitual en mujeres en edad reproductiva y sexualmente activas, aunque no se trata de una enfermedad de transmisión sexual (ETS).
- Clamidiasis: infección bacteriana de transmisión sexual que se incuba entre 7 y 21 días después del contagio.
- Tricomoniasis: se trata de una ETS cuyo periodo de incubación puede ser entre los 4 y los 28 días tras el contacto.
- Candidiasis vaginal: es una infección bastante común que se produce cuando la flora vaginal no está lo suficientemente equilibrada como para neutralizar la presencia de un hongo.
A pesar de que hay mujeres más propensas, es normal que una mujer desarrolle una infección vaginal al menos una vez en su vida. Por este motivo, es importante reconocer los síntomas para recibir el tratamiento adecuado lo antes posible y evitar complicaciones.
Síntomas
Existen algunos síntomas comunes a todas las infecciones vaginales. Por ejemplo:
- Irritación y picor vaginal.
- Ardor al orinar.
- Flujo anormal.
- Dolor al mantener relaciones sexuales.
Además, cada tipo de vaginosis presenta determinadas características específicas:
- Vaginosis bacteriana: flujo blanco o grisáceo, mal olor vaginal.
- Clamidiasis: flujo de color blanco, mal olor vaginal, sangrado anormal.
- Tricomoniasis: flujo verde o amarillento, olor vaginal similar al del moho.
- Candidiasis vaginal: hinchazón, flujo espeso de color amarillo, ardor en la vulva.
Causas
Las causas varían dependiendo del tipo de infección vaginal que se sufra:
- Vaginosis bacteriana: producida por un desequilibrio en las bacterias que normalmente habitan en la vagina, por lo que disminuye la cantidad de lactobacilos y aumenta la presencia de bacterias anaerobias.
- Clamidiasis: es un tipo de infección bacteriana debida a la Chlamydia trachomatis, que se transmite por contacto sexual.
- Tricomoniasis: provocado por el Trichomonas vaginalis, un parásito que se transmite por el contacto sexual, ya sea oral, anal o vaginal.
- Candidiasis vaginal: es una infección causada por el hongo Candida albicans que puede deberse a un cambio en el equilibrio de los microorganismos vaginales por la toma de antibióticos, cambios hormonales o alteraciones en el sistema inmunitario.
Factores de riesgo
Algunos de los factores que aumentan el riesgo de contraer una infección vaginal, son:
- Estar en edad fértil y ser sexualmente activa.
- No tener una higiene adecuada.
- Llevar ropa interior muy ajustada.
- Mantener demasiado tiempo la humedad en la ropa interior o el bañador.
- Tomar antibióticos durante un periodo largo de tiempo.
- Tener relaciones sexuales de riesgo.
Complicaciones
A pesar de en la mayoría de las ocasiones no suelen presentar complicaciones, si la vaginosis no se trata a tiempo puede provocar enfermedad inflamatoria pélvica, problemas durante el embarazo, dificultades reproductivas, mayor facilidad para contraer enfermedades de transmisión sexual, cáncer de cuello de útero o, si se contrae la enfermedad durante la gestación, un parto prematuro.
Prevención
La mejor forma de prevenir las infecciones vaginales es:
- Utilizar preservativos en todas las relaciones sexuales.
- Cuidar la higiene: limpiar la zona exterior siempre hacia detrás para reducir el riesgo de que entren bacterias fecales en la vagina, utilizar jabones neutros, evitar las duchas vaginales.
- Revisiones periódicas para detectarlas a tiempo.
¿Qué médico trata la infección vaginal?
Los especialistas en Ginecología y Obstetricia tratan la infección vaginal, no obstante, también pueden hacerlo los profesionales en Medicina Familiar y Comunitaria.
Diagnóstico
Para diagnosticar la vaginosis, los especialistas se centran principalmente en:
- Anamnesis: es muy importante conocer además de los síntomas, las causas que pueden haber desencadenado la infección, como episodios previos, toma de antibióticos o cambios hormonales.
- Examen pélvico: para comprobar el estado de la zona afectada.
- Frotis en fresco con suero fisiológico: se toma una muestra de secreción vaginal para juntarla con suero fisiológico y observar si hay microorganismos extraños a la flora vaginal.
- Frotis en fresco con gotas de hidróxido de potasio (KOH): el procedimiento es el mismo que el anterior, pero se añade una solución de KOH para eliminar las bacterias propias de la vagina. Por lo tanto, solo se pueden ver con el microscopio los agentes causantes de la infección.
- Análisis del pH vaginal: para comprobar si está alterado. Los valores normales son entre 3.8 y 4.5.
Tratamiento
Los tratamientos más eficaces para la vaginosis suelen estar basados en medicamentos tópicos en forma de cremas o supositorios vaginales. Normalmente, se utilizan antibióticos para las infecciones bacterianas o por hongos, que también pueden tratarse con antimicóticos. En algunos casos, se recurre a la medicación oral.
Se recomienda tratar tanto a la paciente infectada como a sus parejas sexuales para evitar la propagación de la enfermedad. Durante el tiempo que dure el tratamiento y los siete días posteriores, se debe guardar abstinencia.