Sarcoidosis
¿Cuáles son las consecuencias de la sarcoidosis? Toda la información sobre las causas, los síntomas y el pronóstico de esta enfermedad.
Síntomas y causas
La sarcoidosis es una patología sistémica caracterizada por la formación de cúmulos de células inflamatorias, o granulomas, que distorsionan la estructura de los tejidos de los órganos donde se asientan, alterando su función. La sarcoidosis afecta principalmente a los pulmones y a los ganglios linfáticos del tórax, pero también puede manifestarse en la piel, los ojos, el hígado o el corazón, así como en el bazo, los huesos, las articulaciones, el sistema nervioso o los órganos reproductores.
Los tipos de sarcoidosis se clasifican en función de cómo se manifieste:
- Sarcoidosis aguda: presenta síntomas repentinos que desaparecen por sí solos.
- Sarcoidosis crónica: la enfermedad se desarrolla gradualmente, la sintomatología se alarga durante años y puede llegar a causar daños graves en los órganos.
Síntomas
Los síntomas que manifiesta la sarcoidosis dependen del órgano afectado:
- Síntomas generales:
- Fatiga.
- Pérdida de peso.
- Ganglios linfáticos inflamados.
- Dolor e inflamación articular.
- Síntomas pulmonares:
- Tos seca persistente.
- Falta de aire.
- Sibilancias.
- Dolor torácico.
- Síntomas cutáneos:
- Eritema nudoso: nódulos rojos sensibles bajo la piel, habitualmente sobre las tibias.
- Lupus pernio: lesiones violáceas en la cara, especialmente en la nariz, las mejillas, los labios y las orejas.
- Placas cutáneas: manchas abultadas más oscuras o más claras que la piel circundante.
- Síntomas oculares:
- Enrojecimiento y dolor en los ojos.
- Visión borrosa.
- Sequedad en los ojos.
- Síntomas cardíacos:
- Palpitaciones.
- Mareos o desmayos.
- Arritmia.
- Dolor en el pecho.
- Dificultad para respirar.
- Hipertensión.
- Hinchazón.
- Síntomas de afectación en el hígado y el bazo:
- Dolor en la parte superior del abdomen.
- Fatiga.
- Hormigueo y picazón.
- Fiebre.
- Pérdida de peso.
- Síntomas de afectación en el sistema nervioso:
- Visión doble.
- Pérdida de capacidad auditiva.
- Parálisis parcial en la cara.
- Producción excesiva de orina: si la glándula pituitaria está afectada, se puede producir un déficit en la producción de vasopresina, una hormona necesaria para que los riñones concentren la orina.
- Síntomas de hipercalcemia: la sarcoidosis puede aumentar los niveles de calcio en sangre y orina.
- Pérdida del apetito.
- Náuseas y vómitos.
- Sed.
- Micción excesiva.
Causas
La causa exacta de la sarcoidosis es desconocida. Se considera que es la consecuencia de una respuesta anormal del sistema inmunitario a un agente infeccioso o ambiental, como virus, bacterias, toxinas, químicos o alérgenos, especialmente si existe predisposición genética. Cuando el agente extraño penetra en el organismo, las células liberadas por el sistema inmune intentan aislarlo y se acumulan formando una masa más o menos esférica, el granuloma.
Factores de riesgo
Cualquier persona puede desarrollar sarcoidosis, pero el riesgo aumenta en estos casos:
- Edad: suele aparecer entre los 20 y los 60 años.
- Sexo: es más frecuente en mujeres.
- Antecedentes familiares.
- Exposición prolongada a sustancias tóxicas como insecticidas o mohos.
- Medicamentos que afectan al sistema inmune.
Complicaciones
A pesar de que la sarcoidosis cede o desaparece espontáneamente en la mayoría de los casos, en ocasiones puede producir daños muy graves:
- La inflamación pulmonar prolongada provoca la acumulación de tejido cicatricial en el pulmón (fibrosis pulmonar), que puede llevar a la insuficiencia respiratoria.
- La hipertensión pulmonar puede acarrear un engrosamiento del ventrículo derecho del corazón y derivar en una insuficiencia cardiaca de pronóstico fatal.
- La elevación del nivel de calcio suele producir cálculos renales y disminuir la función del riñón.
- La inflamación de los ojos, por su parte, deriva en cataratas, glaucoma o ceguera.
Prevención
A pesar de que la sarcoidosis no se puede prevenir, es conveniente evitar las sustancias ambientales que la favorecen, como químicos, mohos y otras toxinas.
¿Qué médico trata la sarcoidosis?
La sarcoidosis se diagnostica y se trata en la consulta de reumatología o reumatología pediátricaReumatología PediátricaReumatología .
Diagnóstico
El diagnóstico de la sarcoidosis puede resultar complicado, ya que existen diversas patologías que cursan con síntomas parecidos, especialmente en los estadios iniciales. Si en el análisis de los síntomas y el historial clínico se sospecha de sarcoidosis, se realizan pruebas para confirmarla, aunque ninguna es definitiva por sí sola:
- Análisis de sangre y orina para medir los niveles de células sanguíneas, de calcio y de la enzima convertidora de la angiotensina, que presentan alteraciones en casos de sarcoidosis.
- Biopsia: se analiza una muestra de tejido de los órganos que muestren síntomas para confirmar la presencia de inflamación y granulomas.
- Pruebas de diagnóstico por imagen del tórax para comprobar la hipertrofia de los ganglios linfáticos y el estado de los pulmones y el corazón.
- Examen ocular para verificar si existen daños en el ojo.
- Pruebas de función pulmonar para medir el grado de afectación.
- Electrocardiograma para detectar problemas cardíacos.
- Irrigación de los pulmones o lavado broncoalveolar: se analiza el líquido obtenido para medir el número de linfocitos, elevado en caso de sarcoidosis.
Tratamiento
La necesidad de tratamiento viene determinada por la gravedad de la sarcoidosis, porque si solo existen síntomas leves, es probable que desaparezca por sí misma. Si los síntomas son graves o amenazan la función del órgano, se administra un tratamiento farmacológico:
- Corticoesteroides: reducen la inflamación. Se pueden administrar de forma oral, intravenosa o tópica.
- Medicamentos inhibidores del sistema inmune: suprimen la respuesta inmune que causa la inflamación y los granulomas.
- Inhibidores del factor de necrosis tumoral alfa para detener la inflamación, particularmente la articular, porque suprimen la función de la proteína que la causa. Se utiliza en casos que no responden a los abordajes anteriores.
- Otros tratamientos, en función del daño orgánico:
- Marcapasos o desfibrilador implantable.
- Trasplante de pulmón, corazón o hígado.